El rejoneador español sale a hombros de la Plaza de Toros Torreón.
El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- El rejoneador español Pablo Hermoso de Mendoza y Arturo Macías el “Cejas” salieron en hombros de la Plaza de Toros Torreón, escenario que los vio triunfar a lo grande durante la velada taurina efectuada ayer en esta ciudad.
Cuatro orejas y un rabo para el ibérico y dos orejas y un rabo para la sensación del toreo mexicano fueron las preseas otorgadas por el juez Marcelo Acosta, luego de ofrecer ambos toreros lo mejor de sí en el ruedo y ser premiados con el reconocimiento de la afición taurina, que registró una gran entrada en el añejo embudo de la colonia Moderna.
A Pablo Hermoso de Mendoza le tocó lidiar al segundo y quinto de la noche, ante los cuales demostró el porqué es considerado el mejor rejoneador del mundo; y montado en sus caballos educados a la alta escuela, puso en evidencia sus cualidades para ejercer el toreo.
El primero de su lote, llamado “Capri”, procedente de la ganadería Los Encinos y con 500 kilos de peso, logró un perfecto entendimiento con el torero, para así conseguir una lidia de primer nivel.
Lo mejor de la noche llegó con “Fusilero”, hermoso caballo con el que el rejoneador se ganó a pulso el reconocimiento del público al realizar frente al toro una serie de peligrosos giros en los que lució a lo grande.
Nuevamente montado en “Hijo de Cagancho”, regresó para poner banderillas cortas y banderillas largas a dos manos. Tras dos pinchazos, acertó en el tercer intento con la espada y el toro cayó a sus pies. La cabalgadura también fue premiada con el aplauso, luego de plantar un beso sobre el cuerpo inerte del toro, al reconocer así a un digno rival en el ruedo.
Poca fortuna para Fabián Barba
Por su parte, el hidrocálido Fabián Barba tuvo poca suerte con sus dos toros, y en el primero de ellos, llamado “Besucón”, de 476 kilos, debió demostrar oficio y torearlo con inteligencia, al ser muy débil de remos.
Poco a poco lo fue llevando con buenos muletazos, marcó las pausas entre cada uno de ellos y rescató la faena, aunque después de una leve estocada pinchó en dos ocasiones, situación que le obligó a recurrir al descabello.
En el segundo del lote, llamado “Mapache”, con 485 kilos, Barba una vez más debió marcar la pauta, ya que el ejemplar resultó muy difícil y presentó un alto riesgo para la integridad del torero, al hacer repetidamente peligrosos amagos. Barba terminó con el astado de una estocada.
