Contenido imprescindible de la felicidad, materia prima del arte, caudalosa fuente de literatura y poesía, el Amor, fue el tema inevitable en este 14 de febrero. Desde mi puerto resguardado y seguro y anclada en las tibias playas de la complicidad y la amistad profunda que sólo la convivencia y la enseñanza de tantos años compartidos le imprimen al amor; mi pensamiento se resiste a dejarse inquietar por ensoñaciones que pudieran atentar contra mi territorio amoroso.
La experiencia me exige, por el contrario, tocar el tema desde la sensatez y la serenidad que me ofrecen los años y un amor añejo y bien logrado. Me impone alertar a los jóvenes sobre la trivialización y el abuso, sobre la manipulación, la falsificación y la adulteración que ha sufrido el concepto del amor en las últimas décadas. Me compromete a sugerirles no confundir el enamoramiento que conduce a la sexualidad como pura gimnasia, con la relación amorosa y profunda que sólo puede darse entre dos personas que comparten un proyecto de vida y a recordarles aquello que dice García Márquez: ?No te amo por lo que eres sino por lo que soy yo cuando estoy contigo?.
Todo eso les diría a los jóvenes de hoy tan proclives a los amores rapiditos y variados, si yo fuera una señora sensata; pero ¿quien dijo que lo soy?
Ya he dicho muchas veces que la sensatez me aburre y cuando me aburro enloquezco y ya desde la locura, mi alma, retozona como es, escapa en busca de rutas sorpresivas e inesperadas, refrescantes y lozanas, contradictorias e incoherentes, desde donde fluye la siguiente fantasía: Dicen que la juventud es la edad del amor.
Y dicen también que la primavera es el tiempo en que suele aparecer con todo su ímpetu; pero yo me niego a creerlo y alimentada por los antiguos recuerdos que me han hecho lo que soy, caigo en un dulce delirio y me pregunto; ¿Dónde aparecerás de nuevo Amor, en el norte o en el sur? ¿En qué sitio preciso habrán dispuesto los hados que nos encontremos? ¿Qué lenguaje hablarás? ¿Bajo qué amable rostro te encubrirás esta vez? Cuando aparezcas de nuevo Amor, pondremos los recuerdos encima de la mesa, las músicas ardientes, la desolación de todos los principios, su júbilo infinito, el inconsciente gozo que salta como un pájaro efímero de un hombro a otro y sin razón alguna ni pasado ni futuro, procesaremos en sólo unas horas, una profunda relación. Desvelaremos viejos secretos y estrenaremos sonrisas y sabores. Es tan dulce el amor cuando comienza, que soy capaz de contentarme con sólo imaginarlo.
Es por eso que no creo que el Amor tenga edades ni estaciones. Tal vez una mirada, un libro, un río, una canción, una manera de caminar o de sonreír?
De regreso de mi viaje por la locura, aterrizo de nuevo en la realidad desde la que los invito a salir hoy a las calles con los brazos abiertos para abrazar amorosamente a todo el mundo hasta reconocer en unos brazos, lo que Octavio Paz en ?La Llama Doble? menciona como ?nuestra ración de paraíso?, Amor que embelleces a cualquier criatura para seducir a otra, y organizas imprevistos y suntuosos cortejos nupciales, no puedes restringirte a una edad y a una hora.
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