Debido a la entrega-recepción, la Dirección de Salud de GP suspendió la supervisión en las últimas semanas
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Dentro de la extensa lista de giros y actividades que son sujetas a una regulación sanitaria permanente, la venta de alimentos en la vía pública está considerada como “potencialmente peligrosa” por todos los riesgos que implica para la salud pública.
El encargado de la oficina regional de la Comisión para la Regulación contra Riesgos Sanitarios del Estado de Durango (Coprised), Jesús Romero Torres, informó que, sin embargo, la dependencia se enfrenta a la insuficiencia de personal verificador para abarcar todas las áreas, de tal forma que la atención se concentra en aquellas que representan una mayor amenaza de enfermedades.
De hecho, en las últimas semanas las labores de inspección sanitaria quedaron en manos de la oficina regional, toda vez que la Dirección de Salud Municipal, con la que se venía operando en forma coordinada, se abocó al proceso de entrega-recepción por el cambio de Administración.
A través del departamento de Control Sanitario de Bienes y Servicios, la Coprised es la responsable de vigilar todo lo relacionado con los productos destinados al uso y consumo humano, así como los establecimientos de alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, tabaco, productos de aseo, limpieza, perfumería y belleza, además de todas las materias primas que intervengan en su elaboración.
De tal forma, deben realizar por lo menos tres visitas al año a establecimientos que van desde los puestos fijos y semifijos de alimentos que se preparan y expenden en la vía pública como estanquillos, fondas y restaurantes, hasta industrias dedicadas a la elaboración de embutidos, comedores industriales, plantas pasteurizadoras, empacadoras de frutas y vegetales, carnicerías y en resumen, todas aquellos que producen o manejan alimentos.
Cuando se realizan las visitas, el personal de verificación toma muestras alimenticias que son sometidas a análisis en el laboratorio de la propia oficina regional, a través de las cuales se puede detectar o descartar la presencia de riesgos sanitarios para la población.
En el caso de alimentos como gorditas, tacos, lonches y otros, se practican estudios para detectar la salmonela, mientras que cuando se expenden pescados y mariscos la labor se concentra en la detección del vibrión colérico, que transmite el cólera; otras pruebas están destinadas a encontrar coliformes totales y fecales, fiebre tifoidea y otros virus o bacterias que se traducen en enfermedades gastrointestinales para la población.
“Sabemos que el riesgo de todos estos padecimientos, leves o severos es latente, por lo que también dependemos de los reportes epidemiológicos de dichas enfermedades para actuar en consecuencia”, señaló.
Responsabilidades
Los tres niveles de Gobierno tienen responsabilidades específicas en vigilar lo relacionado con la elaboración, producción, manejo y venta de alimentos y productos destinados al uso y consumo humano.
La Comisión para la Regulación contra Riesgos Sanitarios (Coprised), desconcentrada de la Secretaría de Salud y dependiente de la Comisión Nacional, la Cofepris, debe ejercer la vigilancia sanitaria de establecimientos, productos y servicios relacionados con alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas, tabaco, etc.
Por este motivo, los giros que le corresponde verificar a través de muestras que son analizadas, van desde los puestos fijos y semifijos de alimentos, tales como vendedores ambulantes, estanquillos, fondas y restaurantes, hasta comedores industriales, fábricas de embutidos, plantas pasteurizadoras, carnicerías, empacadoras de frutas y vegetales, entre muchos otros.
Al Municipio le corresponde obligar a los vendedores ambulantes y semifijos a acatar las medidas de protección como contar con agua corriente en el sitio de trabajo, utilizar gorra y mandil en la elaboración de la comida, tener una persona asignada al cobro de dinero y otra a la preparación de los alimentos.
