Valor, arte y deseos de triunfar lució ayer Germán Vielma en la toma de alternativa, realizada en la Plaza de Toros Torreón, que tuvo poco público. (Fotografías de Jesús Galindo López)
El lagunero Germán Vielma ya es torero.
TORREÓN, COAH.- Festejo agradable y lucido, el cual sirvió ayer para la alternativa de Germán Vielma, quien a sus 46 años mostró hechuras, cortó una oreja a “Carlitos”, de Torrecilla, número 18, con 452 kilos, astado de su alternativa.
Mario Mora fue el triunfador al lograr dos apéndices, y una oreja más fue para el padrino Mariano Ramos.
Tarde soleada y con mucha humedad que hacía sudar a la parroquia, poco menos de media entrada, la mayoría cargada en sombra. Al final, todos salieron contentos pues hubo arte y disponibilidad.
El encierro fue terciado, con animales que en su mayoría pelearon con los caballos, y donde destacó el primer enemigo de Mario Mora de nombre “Don Pepe”, número 240, al que merecidamente el juez Manolo Cárdenas le dio el homenaje de la vuelta al ruedo.
La alternativa fue emotiva. Antes de iniciar el festejo el público aplaudía pidiendo la presencia de Germán Vielma, como un premio a lo que ha hecho desde niño en ese coso donde vivió, haciéndolo salir al tercio y compartiendo los aplausos con sus alternantes.
Vielma lució terno blanco y oro, propio de quienes toman la alternativa. Con “Carlitos” instrumentó con el capote lentas y cadenciosas chicuelinas rematadas con la media. Pinchazo en todo lo alto para que con posterior estocada ligeramente trasera cortara merecida oreja.
En su segundo, “Capitán”, de 440 kilos, número 12, de pelaje cárdeno y de lidia un tanto incierta, picado en exceso y pésimamente lidiado por los subalternos. Tras varios pinchazos y un aviso finiquitó a su enemigo.
Mariano Ramos, de tabaco y oro. En su primero, “Milagroso”, 460 kilos, número dos, dio una faena netamente derechista con muletazos por alto, matando de un bajonazo previo aviso.
En su segundo, “Don Arturo”, en homenaje a Arturo Gilio, pesó 452, número 206, le recordamos un bonito quite de chicuelinas andantes y el remate con lucida revolera. Inició su faena de muleta sentado en el estribo al hilo de las tablas, toreando sobre todo con derechazos y naturales, rematados con el forzado de pecho de pitón a rabo. Un fulminante estoconazo terminó con el burel, para cortar una oreja con insistente petición de la segunda por parte del público.
Mario Mora, de berenjena y oro. “Don Pepe” fue su primer rival, con 445 kilogramos, número tres. Este sería el mejor astado. Lucidas verónicas, rematadas con elegantes medias. Se valió de chicuelinas antiguas para citar, rematadas con revoleras. Su faena de muleta la inició de rodilla en tierra, coreadas. Cerró con arruzinas y un estoconazo fulminante. El juez de plaza otorgó merecida vuelta al ruedo a “Don Pepe”.
En su segundo, “Don Rafa”, en homenaje a Rafael García, 480 kilos, no traía hierro ni número, o sea, toro orejano. Con el capote discreto, al igual que con la muleta. Mató con un bajonazo.
7 años de muerto
La figura del matador de toros Ricardo Castro, en el séptimo amiversario de su fallecimiento, fue recordada por un grupo de aficionados taurinos, quienes asistieron a una misa que se ofició en la Capilla de la Plaza de Toros Torreóm, después del sorteo de los bureles que se lidiaron en la alternativa de Germán Vielma.
