La orquesta de Austria en vez de elegir instrumentos electrónicos o los tradicionales de cuerdas, madera y metal, decidieron ejecutar sus obras con vegetales.
Zanahorias horadadas para hacer las veces de flautas, calabazas utilizadas como bajos o pepinos que vibran en complicidad con un pimiento dan sonidos tan brillantes y frescos, que el periódico Shanghai News calificó su concierto como "el más fresco de la temporada".
Strait Times, de Singapur, dijo que verlos en vivo resulta una experiencia sensorial. Para los italianos de La República, se trata de "un universo sonoro vitamínico".
La Orquesta de Vegetales de Austria, un ensamble que hace música solamente con el sonido de vegetales frescos manipulados para tal fin ha causado impacto en Europa y Asia, tanto, que ya lanzaron su segundo disco, Automate (un juego de palabras entre automático y tomate, la verdura que aparece en la portada de este álbum).
En su página de internet, www.vegetableorchestra.org se pueden escuchar los tres primeros tracks de esta edición y, si entras a la página YouTube, verás y escucharás algunas de sus más sabrosas actuaciones.
Una ensalada muy exitosa
El ensamble de verduras nació en 1998 y está compuesto por 11 músicos, un ingeniero de sonido y un artista visual. Aunque en realidad, los intérpretes son artistas de distintas extracciones: hay escritores, músicos, pintores, artistas virtuales y otros creativos que se reunieron para investigar los sonidos de las verduras frescas y crear música a partir de ellas.
Explican que no existe un líder, solista o cabeza del grupo, al modo de las orquestas tradicionales, sino que se trata de músicos de diferentes extracciones que se organizan de forma espontánea para crear sonidos.
En casi 10 años de existencia, la orquesta ha brindado unos 100 conciertos o más. Como proemio, en cada uno de ellos a la audiencia se le ofrece un plato de sopa de verduras fresca. En cuanto inicia el espectáculo, uno sabe que el sabor de los vegetales es también parte del concierto, al que se unirá el color, cuando los instrumentos sean percutidos unos contra otros y su jugo salpique el vestuario de los músicos. Al final, llegan los olores, principalmente el de la cebolla y el pimiento que, después de oírse, dejan sentir su presencia en el ambiente.
Ahora, no todos los vegetales sirven para utilizarse como instrumentos: deben ser muy frescos y tener un tamaño específico (por lo regular, bastante grandes) para crear un sonido nítido y perceptible.
Cuando la Orquesta de Vegetales de Austria va de gira, una de sus preocupaciones consiste en hallar el tipo correcto de vegetal, dicen sus integrantes. Pero generalmente los encuentran en los mercados.
Como actividad extra de tan singular grupo musical, éste ofrece talleres a personas de todas las edades, para enseñarles a hacer música y fabricar instrumentos a partir de las verduras, una de las formas de compartir el arte que más les gusta.