Hasta cuatro años más joven
El tiempo pasa volando y a partir de cierta edad el cutis necesita un tratamiento para mantenerse lozano, como si los días no se acumularan.
Al llegar a la tercera década de vida, las mujeres deben pensar que la piel de su rostro debe ser tratada de manera diferente porque los rayos solares, la contaminación ambiental y ciertos malos hábitos la dañan.
Un descuido en la alimentación o dejar que el estrés se apodere de la vida diaria son riesgos que se reflejan en el cutis, pues restan a la piel luminosidad, elasticidad y llegan a provocar signos de envejecimiento. Todo porque la dermis del rostro comienza a perder firmeza y las proteínas que forman su soporte natural se van oxidando.
La belleza no es una ciencia, sino un don de la naturaleza, pero conservarla tiene que ver con ella.
ORIENTE LA BELLEZA
En las culturas orientales la piel es un reflejo del funcionamiento del cuerpo y su apariencia está relacionada con el estado anímico. En Occidente, el estrés se ha convertido en parte de la vida y esto se refleja en la piel: resequedad, manchas, exceso de grasa y marcas de envejecimiento, entre otros.
Investigadores de la casa Avon dieron con una triple alianza de elementos para cuidar la faz de las treintañeras o mujeres de más.
Mezclan plantas y flores medicinales que durante siglos han sido utilizadas en Oriente con beneficios para la salud y se emplea la tecnología occidental, lo que reactiva el proceso de curación natural de la piel, y con su FPS 25 la protege de futuros daños ocasionados por el sol.
Anew Alternative Day FPS 25, afirman sus creadores, "hace lucir la piel radiante desde la primera aplicación, proporcionándole mayor luminosidad, un tono más uniforme y un alto factor de protección solar".
A las dos semanas de utilizarla, la dermis es más elástica y tiene menos arrugas. Después de dos meses, las facciones del rostro se ven esculpidas y la piel luce hasta cuatro años más joven, aseguran.
RECOMENDACIONES
Párpados firmes: elevar las cejas y mirar hacia arriba. Bajar el párpado superior y contar hasta cinco, cinco veces. Colocar los dedos índice y medio en el lagrimal y presionar abriendo y cerrando los ojos 10 veces.
Frente sin líneas de expresión: apoyar los dedos, con excepción de los pulgares, en la frente. Presionar hacia abajo, estirando el músculo frontal y elevando las cejas 12 veces.
Cuello y mejillas: inhalar aire por la boca y mantenerla cerrada cinco segundos de forma que las mejillas queden infladas. Soltar lentamente y repetir 12 veces.
Elasticidad facial: abrir la boca como simulando un bostezo. Contraer un lado de la cara y estirar el otro. Tomar las mejillas con las manos y tirar de ellas hacia afuera. Descansar y repetir 10 veces.