CANATLÁN, DGO.– “No matarás”, reza el quinto punto del Decálogo de Dios, pero al parecer hay fuerzas superiores a éste. El párroco Manuel Amador Hurtado comentó que los hechos de sangre enturbian la paz de las familias y de no recapacitar a tiempo la violencia seguirá en esta región.
Hurtado expresó que la Iglesia condena estos sucesos que se han dado en últimas fechas; lamenta que esta ola de violencia y hechos delictivos no pare. Esta situación en la que se encuentra inmersa la ciudadanía no sólo del municipio de Canatlán, sino de todo el país, se reduce a una fuerte crisis de valores.
En muchos de los sectores de la sociedad los valores se van perdiendo, tanto en familia donde se permiten abusos y malos modales, como en los gobiernos que toleran actos de grandes magnitudes que hieren en lo profundo a la sociedad, añadió.
“Ante una inminente avalancha de anti-valores, los ciudadanos hemos dejado la enseñanza de la religión para anteponer intereses de tipo económico en la mayoría de los casos”, enfatiza el párroco del Templo de San Diego de Alcalá, tras indicar que el individualismo arrastra tanto a ciudadanos como a servidores públicos.
El trabajo de la Iglesia ha sido en mucho la prevención de actos que incurran contra la naturaleza del humano y contra las leyes de Dios, donde uno de los mandamientos más comunes y conocidos es “No matarás, a cuyo mandamiento se sobreponen el egoísmo, el odio y la venganza por un lado, y por otro el vicio y el dinero”.
