La belleza de las coreografías y la habilidad de los bailarines, le dieron a Jarocho un aire espectacular. (Fotografías de Eric Sotomayor y Sergio Reyes)
La compañía Jarocho cerró su gira 2007 dentro del Festival Artístico Coahuila con el aplauso de los laguneros
TORREÓN, COAH.- A golpe de luz y calor, en medio del aroma del incienso, Jarocho puso de pie al público del Teatro Nazas en su presentación de anoche con el espectáculo Un México Inesperado, cerrando con broche de oro el Festival Artístico Coahuila 2007.
Los pies de los integrantes de la compañía se adueñaron del escenario demostrando porqué su grupo es sinónimo de fuerza, de entrega, pero sobre todo de danza y mucho sabor mexicano.
Así, el espectáculo de la compañía veracruzana impactó al público lagunero que ovacionó a los bailarines por cumplir con la promesa de presentar Un México Inesperado en el escenario del Nazas.
Negro con las penumbras, rojo con el fuego y blanco con la luz fueron los colores que se apoderaron del ambiente generado por una explosión de razas y culturas como la africana, cubana, europea que destacaron la historia y las raíces del pueblo mexicano.
El impactante programa inició con la obertura en la que de inmediato el espectador se siente envuelto en un México actual pero que se resiste a perder su esencia, luego en una sincronía al estilo de Riverdance pero llena de ímpetu, Jarocho presentó Zapateado, tan solo una pequeña muestra de lo que estaba por venir.
El Colás fue una algre representación de cómo los veracruzanos disfrutan de la fiesta, de la música y de compartir con los demás.
Pero sin duda, La Bruja fue uno de los más enigmáticos y poderosos de la noche, con movimientos extraordinarios pues casi de inmediato el cuadro se une con Raíces que habla sobre la introducción de los esclavos al nuevo mundo, fuertes y apasionados compases reflejan la supervivencia del hombre en medio de una música rítmica y una danza al estilo del capoeira... definitivamente un momento muy afrocaribeño que no resultó estar nada lejano del vivir veracruzano. Dira Lobato, gerente del grupo, informó que al terminar este número tras bambalinas esperan a los bailarines con oxígeno, agua y bebidas energizantes pues este es uno de los momentos más demandantes físicamente para ellos, pues dejan todo en escena.
Luego hubo viñetas más etéreas como la de Sirena, en donde el arpa toma protagonismo y se da paso a Fandango, una celebración de danza y fiesta típica de un día caluroso en el que se contagia fácilmente el son jarocho.
Luego del intermedio, los integrantes de la banda en vivo de Jarocho -compuesta por alrededor de diez músicos que tocaban en otro nivel del escenario- invitaron al público a regresar a ese mundo tan mexicano y tan actual gracias a nuevos arreglos de canciones típicas del país, demostrando que verdaderamente saben hacer ruido, muy especialmente con su Jarjazz.
Salón Veracruz fue el siguente cuadro, en el cual la sensualidad y la pasión afloraron a través de pasos simples pero fuertes, pequeños pero potentes, que encantaron con esta muestra de danzón y furioso flamenco.
Ya más cerca del final, movimiento y ritmo fueron plasmados con gran calidad por la compañía a través de Noche Cubana, en donde regresó nuevamente el legado africano como metáfora de la unión entre Veracruz y La Habana.
Siguió La Malagueña, pieza más delicada y emotiva que removió los sentimientos más arraigados en la memoria colectiva.
Al final la velocidad regresó con el fastuoso cierre homónimo del grupo Jarocho, que fue la cima de este espectáculo enfrentando y fusionando las culturas, y luego con La Bamba, despidiendo a cada uno de los solistas y finalmente logrando que todos los asistentes se pusieron de pie.
Se enamoran de su arte
Erika Suárez, bailarina de Jarocho originaria del Distrito Federal y quien anoche impactó al público con su cuadro denominado Flamenco dice: “Yo hago este solo evocando toda esta tradición española que tiene el baile jarocho”, pero además, explica que es una interesante fusión: “Que es muy importante porque yo creo que el folclor mexicano en general tiene influencia andaluz pero en donde más se nota es precisamente en Veracruz, entonces para mí es una raíz muy importante, creo que es de las más importantes -junto con el africano también- pero para mí es como un gran privilegio poder representar -siendo mexicana además- este origen nuestro que también nos pertenece como es el flamenco”.
Confiesa Erika que ella disfruta mucho el espectáculo de Jarocho porque: “todos los que trabajamos en este proyecto además de que nos dedicamos a esto vivimos del arte y de hacer danza, o del canto o de la música, creo que estamos muy involucrados porque nos gusta, es un proyecto que te enamora, que te conquista en todos los sentidos, tanto a nivel técnico como a nivel musical y también dancístico”.
Para ella la esencia de Jarocho es “Esta cosa del sabor latino, esta candela que tiene el latino, que a diferencia de Riverdance -que es muy del norte de países tan fríos que se nota en los intérpretes- aunque hay similitudes en cuanto a la forma de crear el espectáculo, pero la forma en la que lo sienten los bailarines es completamente distinta, en ese sentido somos totalmente opuestos a Riverdance.
Por su parte, “Meze” la jovial cantante del grupo quien interpretó extraordinariamente La Malagueña dice que aunque no canta en todo el programa “hay piezas por ejemplo como Raíces, o un son cubano entonces de repente se mezcla muy bien, porque en las voces no soy únicamente yo pues hay dos voces masculinas también que están en el son jarocho”.
Y asegura que en esta que fue su última presentación de la gira quisieron regalarle a la gente: “Pasión , magia, emoción, luz, yo creo que los integrantes de Jarocho estamos totalmente convencidos de lo
que estamos haciendo, somos como un engrane cada uno de un todo, entonces la gente ve el trabajo tanto de bailarines, como de músicos, como de cantantes, iluminación y escenografía, creo que Jarocho es una fusión, un ramillete de muchas cosas que se funden”.
Con sabor a Veracruz
La de anoche fue la última presentación de la gira 2007 de la compañía.
■ Antes de su actuación en el Nazas recorrió Durango, Piedras Negras, Sabinas, Monclova y Saltillo.
■ La función de ayer puso punto fin al Festival Artístico Coahuila 2007.
■ Laura Eraña, directora del Icocult Laguna, entregó a Richar O’Neal un regalo de parte del Gobierno del
Estado, que consistió en un especial sarape que la compañía recibió con gusto.