Héctor Sandarti hace ‘de todo un poco’

Héctor Sandarti pasa de cantante a actor y conductor de TV para consolidar su carrera

MÉXICO, DF.- Aunque usted no lo crea, Héctor Sandarti, ese conductor que ha visto en VidaTV, tal vez actuando en la telenovela Agujetas Color de Rosa, o últimamente en el musical Los Productores, era en su natal Guatemala una figura del canto.

Incluso, lo firmó, en los años 80, la disquera Sony Music Centroamérica para sacar el sencillo Alguien Llora en la Ciudad, que fue un éxito en las radiodifusoras.

- ¿Qué fue lo que pasó para llegar a todo eso?

-A muy temprana edad, como a los cinco años, sonaba como a Joselito (cantante español), pero nunca pensé que esto fuera a convertirse en una carrera. Cantaba ante familiares, luego en concursos de canto en el colegio, luego en coros e incluso en misas, pero cuando me cambió la voz por la adolescencia, ya no me gustó mi tono, se me salían los gallos y dejé de cantar por completo.

“Así que me metí a la orquesta del colegio, donde el trombón era disponible y lo toqué durante casi tres años. Como a los 17 años, me dio por cantar de nuevo y me incorporé como cantante. Grabé un par de temas de los cuales uno fue un hitazo, no sabes de qué manera, ni siquiera lo había grabado en una disquera, sino en una cinta y comenzó a gustar en la radio…”.

Aún con la fama de su lado, en 1993, Héctor decidió darle un cerrojazo a su carrera musical. Aprovechó los contactos que le había permitido el proyecto televisivo Cadena de las Américas, donde llegó a ser conductor. Y llegó a México para estudiar en el CEA de Televisa.

En su decisión final, dijo, influyó notablemente Eugenio Cobo, encargado del talento en la televisora.

“Lo primero que me dijo fue: ‘aquí como cantante no te queremos, aquí lo que queremos es que actúes’. En ese momento me bajó de la nube en que andaba, me sentía el cantante guatemalteco con más éxito después de Arjona, y él (Cobos) literalmente agarró mi disco y me lo devolvió”, recuerda.

-¿Fue fácil ser un centromericano en México?

-Siempre es complicado un extranjero en cualquier país, por visa de trabajo, de estudiante, las cuales yo no tenía. ¡Yo venía como turista! No es que sintiera rechazo, sino cierto problema por tener un acento distinto, así que lo primero fue quitármelo…”.

-¿Y qué tal los compañeros?

-Pues éramos más de 30 alumnos y decía, de galán no la voy a hacer, estaba por ahí Mauricio Islas, Julio Bracho, y entre ellas estaban Dalilah Polanco, Roxana Castellanos y Gaby Platas. Lo que yo descubrí es que tenía cierta facilidad para la comedia.

Esa vena de comediante lo ayudó para ingresar a Agujetas de color de rosa, donde originalmente iba a tener diez capítulos y terminó participando en 40. Ahí comenzó su carrera cuando lo vieron como conductor de Fantástico amor, al lado de Galilea Montijo.

Después vino Al ritmo de la noche y VidaTV, donde a través de sketchs explotaba ese chip humorístico que tiene.

-¿Qué dicen las mujeres de alguien que los hace reír?

-¡Tengo pegue con las señoras mayores! No sé si me ven como el yerno que hubieran querido o como el galán antiguo. No sé, no soy galán, si a alguien le gusta cómo trabajo, bien, si no, ni modo. A mi esposa le encanta y me apoya.

Desde hace unos días, Héctor, esa persona que se siente feliz por lo que ha vivido y se autodefine como alguien religioso, ha regresado de alguna manera al canto, con lo que empezó su trayectoria.

Interpreta a Le Bloom, alternando con Juan Manuel Bernal y Adal Ramones, en el musical Los productores. Pero como dice el dicho, no es lo mismo los tres mosqueteros que 20 años después.

“Lo que más me ha costado es actuar y bailar al mismo tiempo, no tengo aire para las dos cosas, pero ahí voy poco a poco”.