El sistema estatal de protección civil de Chiapas decretó ayer alerta amarilla en toda la entidad ante la proximidad de las lluvias de “Félix”. (Fotografías de El Universal)
Desalojan a más de cinco mil personas en Los Cabos y La Paz; se reportan graves apagones.
El huracán “Henriette” golpeaba la noche de ayer la punta de la península del estado de Baja California Sur, mientras que la cercanía de la tormenta tropical “Félix” puso en alerta al estado de Chiapas ante eventuales desbordamientos de ríos.
Una mujer en estado de coma tras resbalarse en su casa inundada por las lluvias, más de 5 mil personas desalojadas de sus viviendas en Los Cabos y La Paz, así como apagones, son los primeros daños ocasionados por el huracán “Henriette”, de categoría uno, que ayer impactó a la península de Baja California.
La Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) informó que en ambos municipios fueron cerradas las vías de comunicación por aire, tierra y mar hasta que pasen los efectos del vendaval. Las escuelas también permanecen cerradas en Los Cabos y La Paz.
Las intensas lluvias y vientos de 130 kilómetros por hora, con rachas de hasta 155 kilómetros, dejaron sin energía eléctrica al 90% de la población en Los Cabos, donde el fenómeno tocó tierra a las 15:30 horas, del Pacífico.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) informó que el ojo del huracán impactó en la punta sur de la península, a 10 kilómetros al noreste de San José del Cabo.
El organismo dependiente de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ubica como fuerte el índice de peligrosidad del ciclón, que hasta el cierre de esta edición avanzaba a La Paz, donde tocaría tierra en las primeras horas de hoy miércoles.
Aunque dos serían los municipios más afectados, en los cinco en que se decretó la alerta roja, de peligro máximo.
Según pronósticos, el huracán ya debilitado y luego de permanecer alrededor de nueve horas en territorio sudcaliforniano, avanzará al Mar de Cortés, para entrar de nuevo a territorio mexicano entre Sonora y Sinaloa, que están en alerta.
Otros estados en alerta son Tamaulipas y Nuevo León. Ayer, la Secretaría de Gobernación (Segob) declaró en emergencia a los cinco municipios de Baja California Sur, con lo que se activan los recursos del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) para atender a los damnificados.
La declaratoria fue solicitada por el Gobierno del perredista Narciso Agúndez Montaño y comprende los municipios de Los Cabos, La Paz, Comondú, Loreto y Mulegé.
Lluvia abundante
En Los Cabos, unas 4 mil personas que habitan en zonas de riesgo fueron desalojadas de sus viviendas ante las fuertes precipitaciones y vientos que se comenzaron a sentir desde la noche del lunes, informó la Dirección Municipal de Protección Civil.
Hasta anoche, el municipio permanecía prácticamente en tinieblas; sólo el 10% de la infraestructura estaba funcionando, reportó la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La Procuraduría de Justicia Estatal implementó un operativo para evitar saqueos y resguardar los bienes. Las localidades más afectadas son Los Barriles, Buenavista, Santiago y San Antonio.
En La Paz, los efectos de “Henriette” se sintieron desde las 6:00 horas, tiempo del Pacífico, con intensas lluvias; unas 900 personas fueron trasladadas a los 13 albergues y se espera que en el transcurso de la madrugada el número de desalojados llegaría a los 2 mil.
El ciclón impactaría en esa capital en las primeras horas de hoy miércoles, a 20 kilómetros al norte del puerto de altura Pichilingue, con vientos de 110 kilómetros por hora y rachas de 140.
Por la tarde, el director de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del Estado, José Antonio Ramírez Gómez dijo que los puertos de Los Cabos y La Paz fueron cerrados a todo tipo de embarcación, al igual que los aeropuertos.
Por vía terrestre, dos carreteras de aproximadamente 220 kilómetros -de La Paz a Los Cabos- fueron cerradas ante la crecida de los arroyos.
Elementos de la Policía Federal (PF) vigilan que la población no intente cruzarlas.
En Sinaloa, desde la mañana de ayer comenzaron a sentirse los efectos del huracán, con lluvias y vientos. Autoridades de Protección Civil decretaron la alerta amarilla (peligro moderado) y la suspensión de clases para hoy y mañana jueves en municipios del centro y norte del estado.
Los puertos de Mazatlán y Topolobampo, donde se formaban olas de hasta cuatro metros de altura, fueron cerrados a la navegación.
El alcalde de Mazatlán, Isaac López Arregui, dijo que en las próximas horas podrían ser llevadas a los refugios unas 600 familias que habitan en terrenos ganados al mar.
En Sonora, la Unidad Estatal de Protección Civil (UEPC) declaró alerta amarilla (peligro moderado); las autoridades de los municipios ubicados en la costa se dieron a la tarea de ubicar albergues y las zonas más propensas a inundaciones.
El director de la UEPC, Wilebaldo Alatriste Candiani informó que en el sur de Sonora están cerrados los puertos a la navegación.
Autoridades de Protección Civil en Tamaulipas y Nuevo León, también se declararon en alerta por los remanentes que pudiera ocasionar “Henriette”.
En ambos estados, desde el pasado fin de semana se registran fuertes aguaceros, que han dejado decenas de poblados incomunicados.
Durante su gira por Chiapas, el presidente Felipe Calderón Hinojosa ordenó la implementación del Plan Nacional de Protección Civil y el desplazamiento del mayor número de elementos del Ejército, La Marina y la Policía Federal a las regiones en donde impactarán los huracanes “Henriette y Félix”.
El Ejército aplica ya el Plan DN-III de auxilio a la población chiapaneca en caso de desastres naturales debido a “Félix” ya que la región tiene más de 40 ríos con posibilidades de desbordarse, además de que mucha gente vive en las laderas de las montañas en donde las fuertes precipitaciones pueden provocar deslizamientos de tierra.
Calderón dijo que la situación no es “grave o alarmante” pero aseguró que es necesario tomar precauciones sobre todo en los lugares donde se presentaron inundaciones en anteriores ocasiones.
Para reforzar su llamamiento puso como ejemplo el caso del Estado de Guerrero donde en días pasados murieron tres personas cuando una roca se desprendió a causa de las lluvias y cayó sobre una casa.
Además, Gobernación decretó ayer emergencia en 118 municipios de Chiapas, medida que libera recursos federales de un fondo para atender las necesidades de alimento, abrigo y salud a la población que resulte afectada por el meteoro.
El más reciente reporte del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicó “Félix” era tormenta tropical y se encontraba sobre Nicaragua y se dirigía a Honduras, pero que la evolución del fenómeno podría afectar la península de mexicana de Yucatán y los estados de Tabasco y Chiapas.
LA PAZ, BAJA CALIFORNIA
Dejé mi casa por mis hijos
Mientras acomoda su colchoneta en el refugio donde se encuentra, doña María Guadalupe Guzmán Castro, originaria de la localidad de Vizcaíno, al norte del estado de Baja California, comenta que prefirió salirse de su casa antes que se viniera el techo encima.
Ella vive en la colonia El Cardonal, en una habitación de apenas cuatro por cuatro metros, según platica. Sin embargo, la noche de ayer tendría que dormir en uno de los albergues habilitados en la ciudad de La Paz ante el paso del huracán “Henriette”, que tocó tierras sudcalifornianas ayer .
“No me importó nada, yo dejé todo por mis hijos”, dice la mujer mientras espera que llegue la hora de la comida en el refugio temporal.
Cuenta que no quiso exponer a sus hijos ante las fuertes lluvias que se comenzaron a sentir desde la noche del lunes en la capital del estado; “vivo con mi mamá y de por sí que la casa está muy pequeña, el agua ya nos estaba entrando”, expresó.
“Nomás atranqué la mesa en la puerta y me vine”, agrega María Guzmán Castro al tiempo que comenta también que su mamá decidió quedarse con una comadre porque quiso “echarle un ojo” a su pequeña vivienda.
“Mi mamá no se quiso salir, se quedó con su comadre”, comenta Guadalupe, pero afirma que aunque se siente preocupada, tuvo que dejarla allá porque tiene cuatro hijos, uno de ellos enfermo y dice: “¡Dios guarde en una de ésas se nos cae el techo!”.
Los elementos del Ejército Mexicano acondicionan el albergue mientras Guadalupe insiste en que prefirió dejar lo poco que ella y su mamá tienen.
“Es que el lugar es un peligro, los techos son de lámina, se vuelan, en una de ésas les cae a los niños”.
Seguramente, cuando regrese a su colonia, una de las que se ubica en zonas de alto riesgo de esa comunidad, la encontrará en malas condiciones, dice ella misma, “pero más vale”, comenta.
La mujer ya está acostumbrada a los huracanes, pues “casi cada año nos pega uno fuerte y yo siempre prefiero salirme de mi casa”.
Añade así que a pesar de que cada año enfrentan la presencia de al menos un huracán de intensidad importante, nunca se está preparado para lo que puede ocurrir. “Con estos huracanes que nos tocan, uno no sabe qué va a pasar, más vale prevenir”.
