Novillos con bravura que exigieron a los toreros, fueron los que se observaron el día de ayer en la Plaza de Toros Salvador Barrera de Ciudad Lerdo. (Fotografías de Jesús Galindo López)
El Siglo de Torreón
Ciudad Lerdo, Dgo.- Bonita tarde vivimos en la Plaza de Toros Salvador Barrera de esta ciudad, porque cuando salen por toriles novillos con bravura que exigen a los toreros y transmiten emoción al tendido, los aficionados vibran y sienten la pasión de la fiesta brava. Y los cuatro cárdenos de Arturo Gilio fueron bravos, permitiendo que disfrutáramos de cuatro diferentes maneras de interpretar el toreo.
Germán Vielma (vino y oro)
En primer lugar salió el novillo de nombre “Rey de Plata”, herrado con el número seis, Cárdeno de pinta y de salida alegre, el cual es recibido con lances que son rematados con revolera a pies juntos, para luego ejecutar un quite de ceñidas chicuelinas que le son fuertemente aplaudidas. Con la pañosa inicia por alto ante un enemigo que exigía quedarse muy quieto, lo que Vielma hizo al torear por el lado derecho con muletazos con aguante, sobresaliendo la primera tanda. Deja media estocada, luego de dos intentos, para dar una vuelta al ruedo.
César Montes (azul rey y oro)
Saltó a la arena el novillo “Cesarín”, marcado con el número cinco, de alegre salida y mostrando desde el principio su calidad y buen estilo al meter muy claro la cabeza en el capote del novillero zacatecano en las verónicas que instrumentó. Su faena de muleta dejó ver la bravura del cárdeno y lució con tandas de naturales en una labor meritoria. Deja media estocada, que fue suficiente para escuchar palmas.
Aarón Hinojosa (burdeos y azabache)
El toreo cascabelero del lagunero prendió el entusiasmo en los tendidos y alborotó al público, que hizo tres cuartos de entrada y coreó la labor de Hinojosa, que con el capote toreó a la verónica e intentó un quite por zapopinas por el lado menos potable del novillo. Con la muleta volvió a mostrar que tiene valor y afición toreando en tandas largas por el lado derecho del cornúpeta; se va tras la espada dejando una estocada entera que fulmina a su enemigo para cortar dos orejas, con las cuales dio la vuelta al ruedo.
Carlos Gomezpezuela (azul turquesa y oro)
Un precioso novillo, “Aguao”, número nueve, el más fuerte de la tarde, correspondió al chihuahuense que hizo su debut y que dejó constancia de tener un valor a toda prueba, porque aunque mostró sus incipientes conocimientos, el público supo valorar su tesón y oficio pues a pesar de andar a merced del enemigo pasó la prueba con calificación de sobresaliente. Al segundo viaje terminó su labor para saludar desde el tercio.