(Segunda Parte)
Centro de Desarrollo para Personas Ciegas y de Visión Baja
Un saludo para ti este domingo. Te contaré un poco más a cerca de nuestras experiencias del Campamento de Verano 2007 de CEIAC en Creel, la sierra tarahumara en Chihuahua, que en nuestro artículo del domingo 12 de agosto Angélica Acosta, maestra de Intervención Temprana de Ver Contigo, quien asistió, lo calificó como “Una aventura inolvidable”. Éste fue diseñado con el propósito de ofrecerles a los niños con ceguera y visión baja, de edades de seis a 12 años, la oportunidad de exponerse a situaciones y actividades novedosas; además de ser una experiencia educativa que les diera la oportunidad de aprender acerca de la naturaleza, conocer el follaje, geografía y fauna del lugar, el excursionismo, técnicas de rápel escalada y otras actividades, permitiéndoles romper con los esquemas tradicionales de la educación especial y así fortalecer su autoestima personal. De Ver Contigo asistieron diez niños y además de Angélica, Carmen Cortés, directora, Mirna Vallejo, maestra de entrenamiento visual, T.F. Ubaldo Magallanes, especialista en orientación y movilidad. Así que yo también les acompañé como madre de familia. Es como tal que quiero plasmar en estas líneas mi experiencia:
“Una oportunidad para reflexionar”.
Quiero como mamá de un niño ciego y como fundadora de Ver Contigo, dar mi agradecimiento al personal de Ver Contigo, por la oportunidad que tuvimos de convivir, disfrutar y aprender de tantas cosas hermosas que la naturaleza y la gente nos da como el personal de Centro de Estudios para Invidentes, junto con unos niños maravillosos, ávidos de experiencias nuevas. Me maravillé al darme cuenta de que con cualquier motivación o estímulo siguen caminando, sin cansarse y sin temor a tropezarse y si caen, todavía gustosos se levantaban para continuar recorriendo senderos, atravesando campos, brincar en los riachuelos. Asombrarse, cuando tocaban una mariposa o una rana que algún invitado vidente atrapó. También tocar las rocas, deslizando las manos más y más arriba y darse cuenta que son tan grandes porque no sienten el final. La experiencia de armar una casa de campaña y entrar en ella como algo que habían formado. Apreciar una fogata por su calor. Saber que tenían encima un cielo lleno de estrellas en donde sería imposible que cupiera otra. O algo tan majestuoso como una cascada en donde se acercaban en el momento de chocar el agua con las rocas y sentían ese rocío, esas gotas en su cara, como algo que les acariciaba. Te comento que la mejor experiencia que tuve a nivel personal, fue ver cómo Manolo, mi hijo, se esforzó para rapelear y bajar. Él no tenía claro a dónde iba, pues no se daba cuenta de la magnitud de la profundidad, como 30 metros, pero quería ir a investigar si pasaba por abajo algo como un río y bajó. Ya al subir, con toda la seguridad que le dio su guía experto en este deporte quien le enseñó a escalar, aprendió y sintió que hacía falta esforzarse más para subir, y hasta entonces se dio cuenta de que tenía que controlar más su cuerpo para seguir adelante hasta llegar a la cima. Yo pasmada, solamente tomaba fotos sin poder intervenir para echarle “porras” pues como mamá, que me costó, no podía hablarle para que subiera por sí solo, con su guía abajo pero con la instrucción de no impulsarlo y arriba de no poderlo agarrar de la mano aunque le faltaran 20 centímetros para llegar. Cuando lo logra solo, como a todos los demás niños, les aplauden y felicitan. Y hasta entonces yo le abracé con mucha emoción. Hoy cuando le pregunto: qué es rapelear y escalar, ya me contesta bajar y subir una montaña”.
Como mamá me sirvió mucho darme cuenta que no debo intervenir en muchas cosas, me costó al principio. Así que me traje muchas enseñanzas buenas para mis hijos y no se diga para con todos los niños de la Asociación. Agradezco a instituciones como CEIAC quienes nos muestran un alto sentido del trabajo en equipo, compañerismo, profesionalismo y sobre todo humanidad y cariño por lo que hacen por los niños con ceguera y visión baja. Reconozco la gran aportación que dan para que estos chicos sean excepcionales, sí, lucharán en la vida pero con la seguridad de que lograrán llegar a donde se propongan.
cecilia.cardiel@vercontigo.org.mx
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