Sonia Salum ha dedicado gran parte de su vida a la promoción cultural, por eso hoy recibirá un homenaje en el Teatro Isauro Martínez. (Archivo)
En el marco de Un Siglo de Luz, la promotora cultural lagunera recibirá un reconocimiento por su trayectoria
TORREÓN, COAH.- Treinta años de su vida los ha dedicado a la promoción y difusión de la cultura en La Laguna y en todo México, por ello se hace preciso reconocer la incansable labor de Sonia Salum en su casa, el Teatro Isauro Martínez (TIM).
Y es que el recinto ha formado gran parte de su vida, pues además de brillar en su escenario, fue una de las promotoras de su restauración y por 12 años su directora.
Precisamente, esta noche el Patronato del TIM, el Patronato del Centenario, el Ayuntamiento y El Siglo de Torreón le brindarán un homenaje en el marco de la presentación de Un Siglo de Luz, en punto de las 9:00 de la noche.
Será una noche inolvidable para Salum, pues además de regresar a su teatro, podrá admirar el trabajo de sus compañeros en el musical del Centenario dirigido por Vicente Padilla.
Sonia Salum comenzó haciendo teatro en Torreón, la ciudad de su infancia y de su juventud. Y lo hizo bien: Fue primera actriz al principio en un grupo de aficionados que se tomaba con absoluta seriedad lo que hacía, y más tarde en la Compañía de Repertorio del Estado de Coahuila que giró en varias ciudades de la República.
Fue así que trabajó con profesionales como el fallecido Rogelio Luévano, Nancy Cárdenas y Humberto Zurita, y con aficionados que bien podían haber sido profesionales.
“Obras que resultaron memorables, y lo digo porque la gente de La Laguna no las ha olvidado, fueron El Oso, de Chejov; Yerma, de García Lorca; Luz de Gas, de Thorold Dickinson; La Noche de los Asesinos, de José Triana; Casa de Muñecas, de Ibsen; Hoy Invita la Güera, de Federico S. Inclán...”.
Durante ese tiempo tuvo un taller de teatro para niños. De allí salieron actores, músicos y pintores, y quienes no se dedicaron profesionalmente al arte tuvieron la experiencia de hacerlo.
Fue la proximidad con los escenarios, quizá, lo que llevo a Sonia Salum a comprender la importancia que tenía para la ciudad el antiguo teatro y cine Isauro Martínez, inaugurado en 1930 y que había caído en el abandono. Y es que el espléndido edificio no es para menos, pues combina varios estilos –morisco, gótico, art-deco- e incluye en el plafón de la sala y en los muros interiores enigmáticos murales del pintor español Salvador Tarazona.
“Durante muchos meses dediqué mis esfuerzos a apoyar esta tarea, que iniciaron Alejandro Máynez, Sigfrido Macías y José Medrano. Nos dirigimos al INBA, a los dueños del inmueble, a la Presidencia de la República y finalmente lo logramos. Trabajamos en la restauración del edificio; un llorado pintor lagunero, Pepe Méndez, volvió a la vida los ricos murales, y dimos a la ciudad un espacio que le hacía falta”.
Luego siguieron más de 12 años en que dirigió al TIM, fue la representante del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) en La Laguna y consiguió junto a un entusiasta equipo de colaboradores la creación del primer Instituto Municipal de Cultura que hubo en México: “Pusimos a Torreón en el mapa cultural del país. Por allí pasaron todos los grandes artistas y los grandes espectáculos del momento.
“Gracias al apoyo del Gobierno del Estado, con un trailer que se convertía en teatro sacamos el teatro a las calles, a las colonias, a los ejidos. Asimismo organizamos fiestas de la cultura que abarcaron a la ciudad entera; destaco solamente el Festival de los Grupos Étnicos, que festejaba la pluralidad de los inmigrantes –nacionales y extranjeros- que formaron Torreón: gente de Zacatecas, Durango, Nuevo León, junto con palestinos, franceses, españoles, holandeses, chinos, italianos...”.
Posteriormente emigró a la Ciudad de México, en donde trabajó primero en una modesta casa de la cultura, La Pirámide. Después puso en marcha un programa nuevo en el Conaculta, Creadores de los Estados, que le permitió entrar en contacto con un grupo de artistas de la mayor calidad: los becarios del Programa Nacional de Creadores de Arte. Se trataba de que los mayores artistas del país compartieran su manera de trabajar, su experiencia, sus conocimientos, su idea de la creación artística con sus colegas y con el público de todo México.
“Para todos ellos guardo la mayor gratitud, pues su generosidad –y el trabajo inteligente, constante, comprometido y animoso de los directores de los institutos y las secretarías de cultura de los estados, cada quien en su lugar, hizo posible que mujeres y hombres de la talla de Elena Poniatowska, Manuel Felguérez, José Luis Cuevas, Emilio Carballido, Vicente Leñero, Ivonne Domene, viajaran una y otra vez de Chetumal a Tijuana y de Tampico a Tuxtla Gutiérrez para montar exposiciones, dictar conferencias, impartir cursos y talleres, convivir con toda clase de públicos y con quienes, bajo todos nuestros cielos, se esfuerzan por cultivar las diversas disciplinas artísticas”.
Después vino Alas y Raíces, el programa de cultura infantil del Conaculta, que ha sido en muchos sentidos una culminación del trabajo de Sonia Salum como promotora cultural. “En primer lugar porque, para ser completa, la educación de un niño, de una niña, necesita incluir la experiencia de hacer arte. Ésa fue la orientación más poderosa de mi trabajo en Alas y Raíces: no basta con llevar espectáculos a los niños, ni los niños a los espectáculos. Además de esa tarea, que es importante, hace falta, y eso es aún más importante, que los niños y las niñas cultiven diversas disciplinas artísticas. No para que todos sean artistas profesionales, sino para que todos conozcan esa experiencia y sean mujeres y hombres cabales. En segundo lugar, porque hay muchos niños que sufren enfermedades, violencia, abandono y para todos ellos el arte es una respuesta”.
Con este programa trabajó con todas las infancias: “Con niños down, autistas, ciegos, con parálisis cerebral, en etapa terminal, de la calle... con los niños de las ciudades, niños migrantes y los niños indígenas... con esos niños y niñas que parecen protegidos porque viven en una familia y que, sin embargo, con espantosa frecuencia, sufren agresiones de quienes deberían amarlos y cuidarlos”.
Todos esos niños fueron reunidos en encuentros de niños indígenas, en una muestra nacional de teatro infantil, en días especiales en que bailaron y cantaron al mismo tiempo en todas las ciudades del país. Esos niños pintaron en grandes murales sus sueños, sus esperanzas y sus temores. Esos niños escribieron e ilustraron casi 150 libros. Esos niños supieron lo que significa crear obras de arte y, para muchos de ellos, aunque no se dediquen al arte, eso hará su vida más plena.
Con el cambio de Gobierno en diciembre de 2006, Sonia Salum pasó la estafeta para retirarse: “Prefiero hacerme a un lado y dejar que quienes ahora llegan siga adelante con este trabajo. Creo que es hora de dedicarme a mí misma”.
MUSICAL DEL CENTENARIO
En funciones de 6:00 de la tarde y 9:00 de la noche, hoy se presentará nuevamente el musical del Centenario Un Siglo de Luz, pero ahora en el Teatro Isauro Martínez.
Bajo la dirección de Vicente Padilla, el musical es un recorrido por la historia de Torreón desde su elevación en 1907 y hasta el desarrollo de su ferviente industria.
Participan grupos de teatro y academias de danza de la región, como la compañía del TIM, Spazio di Ballo, la Academia de Danza Fernando Valdés, entre otros.
En corto
Un Siglo de Luz será el marco del homenaje de Sonia Salum.
■ Día: Viernes 31 de agosto.
■ Funciones: 6:00 de la tarde y 9:00 de la noche.
■ Lugar: Teatro Isauro Martínez.
■ Nota: El homenaje para Sonia Salum será a las 9:00 de la noche, previo a la segunda función.
■ Entrada: Libre, con pases de cortesía.