Convenio permitirá que un trabajador que haya realizado aportes para el retiro en diferentes países pueda al final recibir la suma de todos ellos.
Unos 6 millones de trabajadores migrantes que se encuentran en países de Iberoamérica serán beneficiados con el Convenio Iberoamericano de Seguridad Social, que permitirá mantener las pensiones y seguridad social sin importar el país de origen.
México, Chile y España serán los países que financien el arranque del Convenio, que será firmado en el contexto de la XVII Cumbre Iberoamericana, que se inauguró ayer en Santiago.
La inversión inicial será de 640 mil dólares, otorgados entre Chile y México, y otros 336 mil dólares, aportados por España.
Éste es el primer acuerdo concreto de la Cumbre Iberoamericana en sus 17 años de historia.
El ministro del Trabajo de Chile, Osvaldo Andrade, sostuvo que el Convenio es resultado del esfuerzo de los Ministros de Seguridad Social de toda la región, y será un impulso para que las leyes de los países reconozcan a los trabajadores migratorios de toda la región.
El Convenio permitirá que un trabajador que haya realizado aportes para el retiro en diferentes países pueda al final recibir la suma de todos ellos y extenderá los derechos a sus familiares y sobrevivientes.
También se incluye el derecho a seguridad social en casos de accidentes laborales y seguros de invalidez.
El secretario general iberoamericano, el español Enrique Iglesias, calificó al Convenio de histórico, pues, manifestó, se trata del primero que establece un sistema de coordinación en las legislaciones laborales de los países del área.
Se estima que el número de los trabajadores migrantes en las 22 naciones iberoamericanas en 6 millones, aunque muchos de ellos se encuentran en condición de indocumentados.
Los beneficiados con el Convenio serán todos aquellos trabajadores, asalariados o que laboran por cuenta propia, que se encuentren legalmente en otro país del área iberoamericana, donde tendrán la posibilidad de seguir aportando en los fondos de pensiones de sus naciones de origen.
Hasta ahora, se habían firmado convenios limitados al respecto, que no abarcaban a totalidad de los 22 países de Iberoamérica.
El Convenio será firmado por los Jefes de Estado y de Gobierno representados en la XVII Cumbre Iberoamericana y antes de ser puesto en marcha deberá ser ratificado por cada uno de los Congresos de los respectivas naciones.
El punto principal del convenio es el que establece la continuidad provisional, que permitirá a los trabajadores migratorios seguir aportando en sus países de origen, sin que tengan la obligación de hacerlo en el país de residencia.
Otros beneficios se refieren a la posibilidad de recibir las pensiones en un país distinto del de origen, sin que se hagan descuentos impositivos; la posibilidad de sumar los aportes realizados en distintos países y la opción de solicitar una pensión por invalidez con pruebas médicas realizadas en otro país.
Hasta la actualidad las aportaciones a fondos para el retiro no son acumulables, de forma tal que si un trabajador se da de alta en otro país pierde automáticamente lo acumulado en su nación de origen.
La puesta en marcha del convenio no será sencilla y su firma en Santiago representará un paso más, aunque decisivo, en el proceso de negociación del acuerdo iniciado hace dos años en la Cumbre de Salamanca.
El compromiso tendrá que ser ratificado por los 22 países, pero requiere además de un Acuerdo Administrativo de Aplicación, del que dependen detalles tan esenciales como la integración de los distintos elementos de las pensiones y, en definitiva, el reparto de su costo.
El segundo gran tema de la cumbre será el debate de la iniciativa española, para que se creen fondos de cohesión iberoamericanos, que al igual que sucedió en la creación de la Unión Europea, los países más ricos de Iberoamérica aporten recursos para incentivar el crecimiento de las naciones más pobres.
“Queremos que se abra el debate sobre el tema y que quede plasmado en la declaración final”, dice María Teresa Fernández de la Vega, vicepresidenta del Gobierno español.
“Será un gran éxito si se plasma la voluntad política de estudiar los fondos de cohesión. Se trata en realidad de países solidarios, en Europa los hubo y los habrá en América Latina”, añadió la vicepresidenta española, quien también adelantó que esta iniciativa ha sido bien recibida por algunos de los países iberoamericanos con economías más fuertes, que potencialmente serían los aportadores.
Aunque la cumbre durará tres días, será hoy por la tarde cuando los 22 jefes de Estado y de Gobierno estén reunidos a solas, que se decida si esta reunión será una más o el inicio del camino de la integración iberoamericana.
Cumbre arranca con el desafío de disminuir la desigualdad
La XVII Cumbre Iberoamericana arrancó ayer con el desafío de disminuir la desigualdad en momentos que la región vive un período de crecimiento económico, que no se ha traducido en mejoras de las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos.
En su discurso de apertura de la cumbre, la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, consideró que la cohesión social, lema de esta cumbre, "expresa la voluntad de que se haga realidad el sueño de tantos y tantos", de lograr "sociedades más equitativas y libres".
La anfitriona de la cumbre y actualmente la única mujer al frente de un Gobierno en Iberoamérica, manifestó su deseo de que un día "la exclusión ética y social sea un mal recuerdo" en Latinoamérica, donde hay más de 205 millones de pobres, de los que 79 viven en la extrema pobreza.