Hoy celebran a San Antonio de Padua, santo patrón de Cuencamé.
CUENCAMÉ, DGO.- Hoy celebran en Cuencamé la segunda fiesta religiosa más importante, después de la del Señor de Mapimí en el municipio, el día del Santo Patrón San Antonio de Padua, informó el párroco Pascual Lisardo.
Este día de fiesta dará inicio con las tradicionales Mañanitas a las 06:00 horas; luego a las 09:00 horas se llevarán a cabo las primeras comisiones, además de que se celebrarán misas a las 13:00 y a las 17:00 horas, para ya por la tarde noche participar en la kermés y la quema de pólvora.
Cuencamé es un lugar lleno de tradiciones y gente buena, comentó el sacerdote de la Parroquia de San Antonio de Padua, edificio construido a finales del siglo XVI y principios del XVII, el cual es sede de una de las reliquias más veneradas de la región, “El Señor de Mapimí”.
El santo que posee el récord de canonización más rápido de la historia es originario de Lisboa, donde pertenecen sus restos, y en Cuencamé es reconocido por los fieles católicos como “muy milagroso”.
El párroco destacó que la importancia de celebrar las actividades religiosas debe recaer primero en lo espiritual, pues las demás muestras de alegría vienen por añadidura, motivo por el cual invitó a los feligreses a participar de las misas a realizarse hoy.
Cuencamé se ha distinguido por ser un pueblo creyente, comentó el religioso, quien destacó el fervor que desde hace cientos de años hay por la imagen de San Antonio de Padua y el Señor de Mapimí, guardas de la región.
Estructura histórica
El inmueble que lleva el nombre del patrón de Cuencamé, San Antonio de Padua, es una construcción antigua y digna de ser admirada por propios y extraños, comentó el párroco Pascual Lisardo.
La parroquia de San Antonio de Padua se ubica frente a la Plaza Principal de la cabecera de Cuencamé, a 114 kilómetros al suroeste de Gómez Palacio, por la carretera 40.
Su fachada es de piedra sin pulir, con la portada y la ventana del coro talladas en cantera y coronadas por un pequeño nicho que acoge la imagen de San Antonio de Padua.
En su interior conserva dos sencillos retablos, uno de estilo barroco y el otro neoclásico, además de la famosa imagen de Cristo Crucificado conocida como “El Señor de Mapimí”.