Para Juan Francisco Molinar Horcasitas el IMSS sólo podría salvarse con la aplicación de una serie de medidas, tanto endógenas (internas) como exógenas (externas). (El Universal)
Molinar Horcasitas considera que la privatización del Instituto es una realidad y ocurre todos los días.
Cuando uno escucha hablar al director del IMSS pareciera que el instituto que él dirige está desahuciado.
Menos de una cama por cada mil pacientes —cuando el estándar de la OCDE es de 4 por mil y hay países con hasta 11 por millar—, desabasto de medicamentos, 260 obras sin concluir, una crisis financiera son los síntomas de un enfermo que de no ser atendido sólo tiene 5 años de vida.
Sin embargo, Juan Francisco Molinar Horcasitas, director del Instituto Mexicano del Seguro Social prefiere ser mas optimista y asegura que “el IMSS es un paciente que requiere atención y cuidado.
Hoy se dejan de hacer cirugías. Hay consultas detenidas”, situación que Molinar explica lógica cuando el presupuesto de 6 mil 600 millones de pesos asignado para 2007 y 2008 debería ser 10 veces mayor.
Molinar Horcasitas, un político panista de 52 años, considera que la privatización del Instituto es una realidad y ocurre todos los días, cuando el derechohabiente costea sus medicamentos y su cama en un hospital privado por no encontrarlos en el IMSS. “El servicio ha decaído. Hay un deterioro en la infraestructura y tenemos una situación financiera desequilibrada”, dice en entrevista.
De mantenerse la trayectoria financiera actual, a partir de 2008 los recursos del Instituto no serán suficientes para hacer frente a las obligaciones que se tienen con los más de 14 millones de derechohabientes. El último informe financiero del organismo 2006-2007 entregado al presidente de la República y al Congreso de la Unión dice que de no obtener mayores ingresos el Instituto contaría con suficiencia financiera hasta el año 2011. Cinco años, no más.
Para aminorar la insuficiencia de medicamentos, el director propone estimar mejor la demanda de medicinas para asegurar su abastecimiento “pues el método no ha sido muy eficaz en la compra de medicamentos y por eso en los primeros y finales meses del año hay desabastecimiento”.
En el caso específico de la prestación de servicios médicos, no ha sido posible revertir la tendencia decreciente, dice. “En los índices de consultorios se ha pasado de 0.60 en 1980 a sólo 0.41 en 2006, es decir, casi una tercera parte de consultorios en 26 años y el número de camas de hospital por cada mil derechohabientes usuarios ha pasado de 1.85 en 1980, a 0.83 en 2006; una dramática caída a menos de la mitad”.
A pesar que la Organización para la Cooperación de Desarrollo Económico (OCDE) recomienda un mínimo de cuatro camas por cada mil derechohabientes y en países como Japón o Estados Unidos existen 11 camas por cada mil derechohabientes usuarios. “En México pretendemos regresar a tener por lo menos a una cama por cada mil derechohabientes, número con el que contábamos hace más de 20 años”, explica Molinar Horcasitas, un maestro en Ciencia Política egresado del Colegio de México.
Otro problema son las más 260 obras sin concluir. “En algunas de ellas hay retrasos e imprecisiones de contrato con nuestros proveedores pues no han cumplido con lo estipulado. Hemos tenido situaciones que no nos gustan porque encontramos que el costo final de las obras resulta muy por encima del costo presupuestado”, dice.
Asegura que a principios de este mes se ha iniciado una investigación al Programa de Obras del instituto. “Pronto presentaremos un informe detallado de la situación de estas obras al Consejo Técnico del Instituto, además de que nos comprometemos a terminar la mayor parte de las obras a finales de 2008”.
En los próximos tres años el IMSS enfrenta la inaplazable jubilación de 60 mil trabajadores. “Esto significa que para 2009 tendremos que contratar 60 mil nuevas plazas y ya no digamos para mejorar sino para quedarnos como estamos ahora”. Pues este año se espera la jubilación de 16 mil trabajadores, en 2008 13 mil y en 2009 16 mil más.
En el ramo Gastos Médicos de Pensionados se requeriría una prima 402.5 % superior a la actualmente estipulada en la Ley del Seguro Social, para la suficiencia financiera a largo plazo.
Para Molinar Horcasitas, quien en 2003 también fue vocero nacional del PAN, el Instituto sólo podría salvarse con la aplicación de una serie de medidas, tanto endógenas (internas) como exógenas (externas), encaminadas a la reducción de los gastos y al fortalecimiento de los ingresos que lograrían liberar recursos por un monto acumulado de 100 mil millones de pesos en los próximos cinco años.
Según el reporte financiero 2006-2007 se tendría que la cancelar el Seguro de Salud para la Familia, al que están adscritos trabajadoras domésticas y empleados por su cuenta, cambiar el balance de las primas entre los seguros que administra el IMSS y obtener aportaciones extraordinarias del Gobierno Federal y modificar la cuota del Seguro de Enfermedades y Maternidad (SEM) para fijarlo en 11.6% del salario base de cotización de los trabajadores.
Cuatro políticas internas tendrían que asumirse como retos para la Administración en curso: Incrementar la recaudación a una tasa real anual promedio del 3%. Implementar mejoras administrativas que permitan reducir anualmente en 4% el costo de los medicamentos; reducir los días subsidiados por trabajador del IMSS al nivel promedio de los trabajadores de empresas registradas ante el Instituto; y adoptar medidas de eficiencia que permitan generar ahorros en diversos rubros del gasto corriente.
“Los problemas del instituto son grandes, pero tienen solución, debemos empezar en casa, pero necesitamos de la sociedad para lograrlo”, dice Molinar.
