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ROMA, ITALIA.- El Papa Benedicto XVI inauguró ayer un comedor para pobres de la asociación católica de ayuda humanitaria Caritas, a las afueras de Roma, y lo intituló con el nombre del extinto Juan Pablo II.
Poco después de las 11:00 horas local (10:00 GMT), el Pontífice arribó a la Colina Oppio y fue recibido allí por el vicario para la diócesis romana, Camillo Ruino acompañado por el obispo auxiliar del sector, Ernesto Mandara y el director de Caritas, Guerino Di Tora.
El Papa saludó a los jóvenes que asisten al antiguo oratorio del Centro Juvenil Monti-Esquilino; después ingresó en los locales, visitó el comedor y un nacimiento navideño artístico montado por los voluntarios de la casa.
En el comedor, el jefe de la Iglesia Católica bendijo una lápida puesta en recuerdo del Papa Juan Pablo II, quien cumplió allí una visita similar el 20 de diciembre de 1992 y la cual dejó constancia de la intitulación de dicho lugar en memoria del Papa Wojtyla.
?En este lugar es posible tocar con la mano la presencia de Cristo en el hermano que tiene hambre y en aquel que le ofrece de comer; aquí se puede experimentar que, cuando amamos al prójimo, conocemos mejor a Dios?, señaló.
?En la gruta de Belén? -agregó- ?él se manifestó a nosotros en la pobreza de un neonato necesitado de todo, el mensaje de Navidad es simple: Dios vino entre nosotros porque nos ama; Dios es amor, no un amor sentimental sino hecho don total hasta el sacrificio de la cruz?.
Ponderó que en ese comedor, de alguna manera, se hace visible Cristo todos los días porque allí no se quiere solamente dar de comer sino ?servir a la persona sin distinción de raza, religión o cultura?.
La reflexión del Pontífice culminó recordando las palabras de Juan Pablo II, 14 años antes, pronunciadas en dicho centro: ?El hombre que sufre nos pertenece?; esa misma frase quedó plasmada en la lápida del comedor.