Estonia era la única capital europea que no tenía sinagoga.
El viceprimer ministro israelí, Simón Peres, inauguró en el centro de Tallin la primera sinagoga construida en Estonia desde el fin de la Segunda Guerra Mundial (1945).
La nueva sinagoga, que sustituye a la construida en 1885 y que fue destruida durante la contienda mundial, tiene 975 metros cuadros de superficie y forma parte de un conjunto arquitectónico que incluye un colegio y un centro judío.
En este lugar se puede comprar tanto literatura judía como comida Kosher, la única que pueden ingerir los judíos observantes.
Hasta hoy Tallin, donde viven la mayoría de los miembros de la comunidad judía de Estonia, era la única capital europea que carecía de sinagoga.
La primera piedra del templo, construido con ayuda del Estado estonio y donaciones particulares, fue colocada el 19 de septiembre de 2005 por el presidente israelí, Moshé Katsav.