Durango

Incierta, la seguridad para El Oro en 2007

Hubo delitos cometidos en 2006 que por su gravedad trascendieron en los ámbitos nacional e internacional

El Siglo de Durango

EL ORO, DGO.- Robó la delincuencia la tranquilidad del municipio en 2006: quedaron descubiertas múltiples deficiencias en prevención y las autoridades locales se mostraron incompetentes para combatir a los malhechores. Aun así, no hay una estrategia que dé serenidad a la ciudadanía para este año.

La cabecera de Santa María del Oro vivió momentos polémicos en cuanto a la seguridad provocados por el asesinato de una jovencita de 15 años de edad, la agresión y robo de una doctora del Hospital General y en últimos meses la desaparición de un abogado.

Para Miguel Carrete Sáenz, alcalde de El Oro, el municipio ha pasado por momentos difíciles en cuanto a la acción de la delincuencia, motivo por el cual ha solicitado más apoyo de parte de las instancias policiales del Estado y la Federación.

Asimismo, el edil ha declarado que el municipio que dirige no tiene más problemas con la delincuencia que otras jurisdicciones del estado de Durango, pero en El Oro se han querido politizar las desgracias que se han suscitado.

En una visita de El Siglo de Durango a la cabecera del municipio en mención, más de cinco personas abordaron al reportero del matutino para denunciar falta de vigilancia o abusos por parte de los elementos de Seguridad Pública.

Abusos de autoridad, agresiones y desatención son las principales razones por las que ciudadanos del lugar se han quejado.

Por su parte, Jaime Agustín Martínez Regis, director de Seguridad Pública, acepta que hay fallas e incluso que han tenido malos elementos dentro de la corporación, pero por otra parte no dejan que las cosas sigan mal e incluso han tenido que prescindir de los servicios de malos agentes.

AMARGAS EXPERIENCIAS

Los casos de la jovencita Fátima Villa Sánchez, la pediatra que recién llegada al Hospital General fue robada y ultrajada por unos desconocidos que siguen prófugos y la desaparición de Gregorio Alarcón, ex agente del Ministerio Público, no se pueden ocultar o minimizar, pues han causado confusión y sentimientos de inseguridad en la sociedad.

La familia de Fátima Villa Sánchez vivió en carne propia la pérdida de la adolescente de 15 años de edad que murió estrangulada en manos de Iván Villa, criminal que ahora paga los delitos que cometió anteriormente en Estados Unidos.

El sector educativo se enardeció con el suceso al grado de convocar a una marcha en la que participaron miles de ciudadanos con consignas contra la falda de seguridad que estaban viviendo en El Oro.

?Queremos vivir en una ciudad tranquila?, ?exigimos a las autoridades mayor vigilancia?, ?exigimos un pueblo en donde nuestros hijos estén seguros?, son algunas de las consignas que los manifestantes plasmaron en mantas ante la Presidencia Municipal.

Por otra parte, médicos y enfermeras del Hospital de El Oro trataron de manifestar su inconformidad con la vigilancia; incluso, realizaron una marcha de protesta. Sin embargo, la represión a este sector fue evidente.

Mientras que los galenos se propusieron presionar y exigir mayor acción preventiva a las autoridades municipales y estatales, uno a uno fueron desistiendo de su objetivo, hasta que al último sólo algunas personas exteriorizaban de, manera anónima, su temor de prestar sus servicios en la ciudad de Santa María del Oro.

Inclusive, residentes, enfermeras y médicos en visitas a Durango hablaron de su temor de trabajar en el Hospital de El Oro, pero no tenían otra opción, pues requerían el empleo.

Sobresalió que en cuanto ocurrió el problema Luz María Sandoval, lideresa sindical, evidenció su molestia y arremetió contra las autoridades, en un acto de protección a su gremio, pero poco le duró dicha actitud, pues al intentar ser entrevistada a los pocos días, dijo que no quería hablar de eso y no estaba autorizada.

Dicha actitud sorprendió incluso a sus compañeros, quienes uno a uno tuvieron que adaptarse a las condiciones de la autoridad local, que colocó un policía de planta en el nosocomio, a pesar de que trabajadores del lugar insisten en que los delitos no ocurren ahí.

Por otra parte, el gremio de abogados, no solamente de El Oro, sino del estado ha manifestado temor por la desaparición de su colega Gregorio Alarcón, quien años atrás fungió como agente del Ministerio Público.

Las investigaciones en torno al caso han tenido poco avance, pero es de llamar la atención que simplemente desapareció, sin dejar rastro y sin que sus familiares puedan aportar una pista que lleve a su paradero.

ASÍ VIGILAN

En El Oro es fácil delinquir, pues a pesar de ser un municipio que cuenta con alrededor de 13 mil habitantes, apenas dispone de 14 elementos de Seguridad Pública, los cuales tienen la obligación de vigilar cada una de las localidades.

Jaime Agustín Martínez Regis dice que, efectivamente, la vigilancia es una obligación de la policía, pero es imposible que cada persona o familia tenga a un elemento para su resguardo, aunque a la vez reconoce que la cantidad de agentes es deficiente.

El regidor Andrés Avítia Payan, de la Comisión de Seguridad Pública, platicó que en más de una ocasión el Cabildo ha solicitado el incremento en el número de elementos de Seguridad, pero hasta el momento sólo se ha presentado rotación de personal, pero en cantidad siguen siendo los mismos.

Otra de las deficiencias que incluso le han dado a conocer por lo menos dos policías es la falta de armamento, quienes se encargan de vigilar y en caso de ser necesario enfrentar a los delincuentes, sin pistola.

Actualmente la dependencia cuenta con tres unidades motorizadas, aunque al inicio de la administración eran cuatro, pero al sufrir volcadura una de ellas ya no pudo ser repuesta.

En General Escobedo hay una demarcación con tres elementos policiales que tienen que hacer sus recorridos a pie, pues la Presidencia considera que las patrullas son más necesarias en Santa María del Oro.

La Dirección de Seguridad Pública informó que hay elementos que han tenido que ser dados de baja por mala conducta, siendo uno de los casos el de un ex agente que poco después de ser despedido intentó abusar de una adolescente y que esas muestras de mal comportamiento ya las venía presentando tiempo atrás.

Martínez Regis agregó que aun con deficiencias han redoblado el trabajo con la finalidad de brindar seguridad a la ciudadanía.

Complementaria

DISMINUYE DELINCUENCIA

Así como se señalan las deficiencias y errores, es necesario reconocer que las pasadas fiestas decembrinas y año nuevo concluyeron con saldo blanco en el municipio de El Oro, pues hubo control y vigilancia en bailes y eventos sociales en los que generalmente se presentan riñas o hasta tiroteos, manifestó el regidor Andrés Avítia Payan.

El encargado de la Comisión de Seguridad Pública manifestó que en las fiestas pasadas, a pesar del poco personal, la Policía estuvo vigilante y al pendiente de que no se presentaran irregularidades contra los paisanos.

Por su parte, Jaime Agustín Martínez Regis, director de Seguridad Pública, dijo que cerraron bien el año, pues a pesar de las fiestas y del incremento en la población a causa de las vacaciones de invierno, no se presentaron delitos qué lamentar, aunque se suscitó un robo a comercio.

Al preguntarle cómo calificaba el año 2006, señaló que en general bien, salvo los incidentes que ocurrieron con la estudiante del Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 64 (CBTA), la pediatra del Hospital General y el abogado perdido, además de la baja por mala conducta de un agente.

Manifestó que dichos hechos son desafortunados y empañan la seguridad del municipio; no obstante, no deben servir de bandera política, sino de ejemplo para que la sociedad participe en la vigilancia y denuncia, destacó.

Indicó que han establecido una buena coordinación con la Dirección Estatal de Investigación (DEI) con la finalidad de obtener más y mejores resultados, además de que sigue en pie el proyecto de reforzar los comités ciudadanos y de esta manera involucrar más a la población en el ámbito de la seguridad.

Afectan foráneos

Coincide el regidor David Avitia con el sacerdote Faustino Villa Cárdenas de la parroquia de Nuestra Señora de Las Mercedes, en cuanto a que los malhechores no son exactamente de la ciudad de Santa María del Oro, sino gente de las localidades e incluso de otros municipios.

Al ser la cabecera de El Oro un centro comercial y social, es costumbre que haya gente fuereña en la ciudad diariamente, mismos que, se ha comprobado, son quienes cometen las fechorías.

Además, las cantinas y antros de vicio de la ciudad son preferidos por los de Indé, San Bernardo, Hidalgo, entre otros municipios vecinos; inclusive, hay comerciantes que vienen del centro y sur del país que se quedan en la región, de no muy buenas costumbres.

Leer más de Durango

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Durango

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 254378

elsiglo.mx