Inés Fernández Ortega y Valentina Rosendo Cantú, indígenas tlapanecas de los municipios de Ayutla y Acatepec, denunciaron a militares por haberlas violado sexualmente en 2002 y 2003, respectivamente.
La queja de las mujeres será llevada hoy viernes donde se prevé que sean recibidas en audiencia por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en Washington, para recibir y documentar su testimonio sobre el ultraje sexual de que fueron objeto.
Abel Barrera del grupo defensor de derechos humanos Tlachinollan, dijo que las mujeres indígenas recurrieron ante la CIDH, “ante la ausencia de justicia del Estado mexicano”.
Añadió que a pesar de las denuncias interpuestas ante las autoridades correspondientes de México, los agresores sexuales de Valentina Rosendo, hoy de 17 años de edad y de Inés Fernández, de 29 años, permanecen en la impunidad, “debido a que la constante sobre abusos sexuales cometidos por militares, quedan fuera del alcance de las autoridades civiles”.
Informó que el Tribunal de Justicia Militar, cerró los casos de los militares acusados de violación sexual por parte de las mujeres tlapanecas que se vieron obligadas a recurrir ante la CIDH, en noviembre de 2003 y junio de 2004, que aceptó su petición de audiencia para el viernes 12 de este mes, en la que estarán presentes representantes del Gobierno de México”.
Denuncian rapto y tortura
Por otra parte, alrededor de 31 personas, entre ellos campesinos, jornaleros y estudiantes fueron secuestrados y torturados por elementos del Ejército que tiene sitiado el ejido La Reforma del municipio de Juamave, Tamaulipas.
Luis Antonio Hernández Cedillo, de 32 años y originario de Apodaca, Nuevo León, aseguró que fue torturado y secuestrado por militares cerca de Ciudad Victoria, junto a 31 personas.
Según el regiomontano, los plagiados viajaban en autobús y fueron bajados de manera violenta por los militares para trasladarlos a una base militar en la dicha comunidad. Tras varios días de haber estado en cautiverio, los soldados llevaron a las víctimas a la PGR en Ciudad Victoria, donde llegaron con huellas de tortura.
