Señalan que de las mil 206 viviendas con daños, 209 son pérdida total tras el paso del tornado
EL SIGLO DE TORREÓN
PIEDRAS NEGRAS, COAH.- Casi 100 horas después de la tragedia que ocasionó el paso de un tornado por Piedras Negras, las autoridades ven con mayor claridad la magnitud de los daños.
“En total tenemos registro de mil 206 viviendas con daños, de las cuales 209 son pérdida total, 403 tienen daños graves, hay 379 con daños parciales y otras 215 con daños menores”, dijo el gobernador Humberto Moreira Valdés.
Este sábado, constructores de Piedras Negras iniciaron el levantamiento de las primeras viviendas que se derrumbaron y a la vez, 17 familias que habitaban en tejabanes ubicados en zonas inseguras como las franjas de arroyos y los bordes del ferrocarril, recibieron una casa por parte del Instituto Estatal de la Vivienda.
“Todas aquellas personas que eran invasoras de terrenos en zonas inseguras y todos aquellos que alquilaban una vivienda, tendrán la donación de pequeñas viviendas que se construyeron en zonas seguras. Las nuevas casas ya tienen agua, luz, energía eléctrica y además se las entregaremos con muebles y enceres.
“Todo esto significa que por un lado vamos a resolver un problema federal, porque ya no habrá viviendas en zonas irregulares y de alto riesgo y por el otro lado estas mismas personas que no tenían otra alternativa sobre dónde vivir, van a contar con una vivienda digna”, anotó.
Confió en que en el curso de los siguientes dos meses todos los habitantes de esta ciudad que perdieron sus casas tendrán construida una nueva, ya sea en los mismos terrenos o en otras zonas de la ciudad.
“Afortunadamente tenemos el apoyo de mucha gente, hay muchos voluntarios participando en las tareas de limpieza, la gente tiene comida, agua y estamos avanzando muy rápido en abatir las consecuencias de este desastre sin precedentes en la historia de Coahuila”, señaló.
Acciones preventivas
Más de mil acciones preventivas realiza el Instituto Mexicano del Seguro Social en las zonas afectadas por el desastre natural que azotó a Piedras Negras el pasado martes en la tarde, por su parte, el cuerpo de brigadistas recorre los albergues para brindar atención médica e identificar posibles riesgos en materia de salud.
El Instituto Mexicano del Seguro Social mantiene un módulo de atención médica en la zona de la plaza de Villa de Fuente, durante las 24 horas, mismo que está a cargo de un médico y enfermeras.
En el primer turno se otorgaron 36 consultas, de las cuales dos casos ameritaron envío a la sala de Urgencias del Hospital General de Zona número 11 del IMSS. Para el traslado de los pacientes, se utiliza una ambulancia que para tal efecto el Seguro Social ubicó en el mismo lugar.
También hay un módulo de vacunación, donde personal de la Unidad de Medicina Familiar número 79 aplica biológico toxoide diftérico, proporciona sobres de suero vida oral y adbendazol.
Hasta el momento las acciones consisten en la entrega de 450 sobres de vida suero oral, 300 dosis de albendazol y la aplicación de 350 vacunas de toxoide tetánico diftérico.
Una brigada de personal del IMSS, recorre cada una de las viviendas de las zonas más afectadas por el tornado para revisarlas físicamente y detectar casos de enfermedades, como pueden ser diarreas o padecimientos febriles.
El delegado estatal del IMSS, José Luis Dávila Flores y el secretario de Salud del Gobierno del Estado, Raymundo Verduzco, visitaron a las víctimas del fenómeno natural que se encuentran en las salas donde se recuperan en el Hospital General de Zona número 11.
A las diez personas que aún se encuentran hospitalizadas, se les reiteró que la atención se les brindará en todo momento sin importar si son o no derechohabientes del IMSS. (Por Cristal Barrientos)
‘Son cosas que pasan, así es la vida’
Abatida por la tragedia, la señora Ramona Cázares tiene claro que aún cuando el techo de la vivienda que habitaba junto a su hijo José Luis, de 11 años de edad y su marido se derrumbó y les cayó encima a los tres, no debe perder el tiempo en buscar culpables.
“Esto no es culpa de Dios ni de nadie. Son cosas que pasan, así es la vida”, señala la mujer mientras se acomoda la férula que trae colgada al cuello y contempla las dos paredes que quedaron de su vivienda.
La casa de Ramona está limpia. Las brigadas de voluntarios y trabajadores de Gobierno que trabajan en la restauración de la zona de desastre recién terminaron de retirar el escombro y de barrer.
Por azares del destino lo único que el tornado del martes no se llevó de su vivienda fue la misma banca de madera en la que se encontraba sentada junto a su hijo, quien no para de comer los huevos revueltos y papas que como almuerzo los voluntarios prepararon en una cocina comunitaria.
La casa está en una esquina frente a la plaza de Villa de Fuente. Tenía tres cuartos. En uno estaba la cocina, en el de en medio la recámara y en el que estaba frente al kiosco de la plaza Ramona tenía instalado el equipo de peluquería, oficio que le permitía ayudar en el gasto a su marido José.
“No quedaron ni las tijeras. Si tan sólo tuviera algo de herramientas para poder empezar a trabajar, pero todo se perdió. Ni modo, a ver cómo le hacemos luego”, señala resignada.
“Lo bueno de todo esto es que Dios no nos quiso llevar. La verdad se puso bien feo. Primero se cayeron los techos y después las paredes. El techo de la recámara donde estábamos nos cayó encima a los tres (ella, su hijo de 11 años y su marido) y como pudimos salimos a la calle.
“Yo le digo a mijo que Diosito fue el único que nos cubrió. Nadie más nos cubrió para que no nos pasara nada, más que Diosito”, señala Ramona.