Los precandidatos presidenciales republicanos Mike Huckabee y Fred Thompson han comenzado a presentar a su rival Mitt Romney como un vástago de la clase alta, contrastándole con sus raíces más humildes en un intento por minar la popularidad del contendiente más rico de un grupo adinerado.
“Nuestros fundadores tuvieron una idea brillante, realmente revolucionaria, de que las personas elegidas no representasen a la elite, sino a los ciudadanos comunes”, dijo Huckabee, ex gobernador de Arkansas, en un debate en Iowa esta semana, en un sutil ataque al ex gobernador de Massachusetts.
Thompson, un abogado, actor y ex senador de Tennessee, fue más directo, diciendo: “Mi objetivo es un día tener la situación de Mitt Romney, en la cual no tengo que preocuparme por los impuestos”.
Romney, cuya fortuna está valorada entre 190 millones y 250 millones de dólares, rechazó el comentario. Pero sus dos rivales ya habían planteado la idea entre los votantes del centro del país de que Romney lleva una vida de lujos y privilegios.
El tono populista marca un cambio para Huckabee y Thompson, dos sureños que aunque comenzaron sus vidas en familias de recursos modestos, viven ahora cómodamente, aunque no pródigamente.
Ambos están usando el factor de clase contra Romney -diciendo esencialmente a los votantes de Iowa que a diferencia de él, “yo soy uno de ustedes y voy a hablar a nombre de ustedes”-, en momentos en que los sondeos muestran una contienda extremadamente reñida a apenas tres semanas de los comicios partidistas en Iowa que lanzan las votaciones estatales por la nominación republicana.
Huckabee, un pastor de la iglesia Bautista Sureña, ha venido del fondo del grupo para tomar la punta en Iowa. Romney, el líder durante meses, está peleando fieramente para recuperar la punta. Thompson les sigue de cerca, pero a la zaga, y espera beneficiarse de las escaramuzas diarias entre los dos primeros.
El jueves en Muscatine, Romney desestimó los ataques de Huckabee y Thompson, diciendo que él no creía que los votantes escogían basados en la fortuna de los candidatos.
“Hemos tenido grandes presidentes de diferentes estatus económicos, desde la familia Bush a la familia Reagan y otras. Así que no pienso que resaltar las diferencias en los ingresos es una estrategia política exitosa”, dijo Romney.