El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, anunció ayer que su país inició el enriquecimiento de uranio “a escala industrial”, ampliando un proceso que la ONU le ha exigido cesar. El mensaje fue dado en la central de Natanz la cual se encuentra fuertemente protegida, con decenas de torres de vigilancia a lo largo de todo su perímetro, así como varias baterías antiaéreas ocupadas por soldados del Ejército iraní. (Fotografías de AP)
El Gobierno de Teherán desafía al sistema internacional, condena EU.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, aprovechó ayer la conmemoración del Día de la Energía Nuclear para anunciar que Irán “ha entrado en el grupo de países que producen combustible nuclear a nivel industrial”, lo que significa que dispone ya de al menos tres mil centrifugadoras para enriquecer uranio.
Pese a las diferentes resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU para que suspenda su programa de enriquecimiento de uranio, Irán continúa avanzando en sus actividades, incluso antes de lo previsto, ya que había programado la instalación de tres mil centrifugadoras para mayo de 2007.
En la última resolución, del pasado 24 de marzo, el Consejo exigió a Irán que suspenda sus actividades de enriquecimiento, así como la fabricación de un reactor de agua pesada, y aclare las dudas sobre los fines pacíficos de sus actividades en esta materia.
El Día de la Energía Nuclear marca el primer aniversario de la fecha en que los científicos iraníes consiguieron enriquecer uranio por encima del umbral necesario para producir combustible atómico para los reactores civiles, fijado en el 3.5 por ciento.
“El año pasado nuestros científicos lograron la capacidad para producir combustible nuclear y este año hemos alcanzado la producción industrial”, proclamó Ahmadineyad ante numerosos altos dirigentes iraníes y de diversos países islámicos reunidos en una amplia carpa instalada para la ocasión en la central de Natanz.
Irán contaba hasta ahora con entre 600 y 800 centrifugadoras para su utilización de forma experimental en laboratorio.
De acuerdo con los últimos informes del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la planta de enriquecimiento de Natanz disponía como máximo de mil centrifugadoras en diferentes grados de instalación.
“Los enemigos de la nación iraní estaban enfadados por nuestros progresos y han instrumentalizado al Consejo de Seguridad de la ONU para parar nuestras actividades nucleares pacíficas”, dijo Ahmadineyad.
“Pero la energía nuclear es nuestro derecho inalienable y hemos pedido a nuestros científicos que resistan y prosigan su esfuerzo”, proclamó.
Ahmadineyad recalcó el carácter pacífico del programa nuclear iraní y destacó que todas sus actividades están bajo la supervisión del OEIA, al que han proporcionado “miles de documentos”.
La central de Natanz, que acogió el acto de celebración de la jornada, es la planta más importante de Irán y está dedicada principalmente a la actividad de enriquecimiento de uranio.
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos condenó ayer el nuevo desafío nuclear de Irán, tras el anuncio del presidente iraní, sobre la producción de combustible nuclear a nivel industrial.
Está claro que el régimen iraní “sigue desafiando el sistema internacional” y sigue suscitando cuestiones “en torno a las intenciones de su programa nuclear”, declaró hoy a la prensa el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.
Lo que espera el gobierno estadounidense, dijo, es que los “líderes iraníes responsables hagan el cálculo de costos-beneficios” y que se den cuenta de que su actual estrategia no beneficia a los ciudadanos iraníes.
En el mismo tenor se manifestó el Gobierno británico al expresar su preocupación por el anuncio. “Irán parece haber confirmado una mayor actividad de enriquecimiento nuclear, lo que es un nuevo incumplimiento” de las resoluciones del OIEA y del Consejo de Seguridad de la ONU, dijo un portavoz del Ministerio británico de Asuntos Exteriores.
El Gobierno británico “siempre” ha dejado claro que se alegra de que Irán tenga un programa de energía nuclear para usos civiles, pero el régimen de Teherán “tiene que convencer a la comunidad internacional de que esto es lo que está buscando desarrollar”.
Cambian de opinión: prohíben a militares cobrar por su historia
Gran Bretaña prohibió ayer a todo el personal militar que hable con la prensa a cambio de pago, revirtiendo así su decisión de permitir a los 15 marineros y soldados cautivos en Irán vender sus historias.
El secretario de Defensa Des Browne emitió una declaración en la que dijo que la armada enfrentó una “decisión muy difícil” por su autorización inicial de los pagos, que fue severamente criticada. La nueva prohibición no afectará a quienes ya dieron declaraciones, dijo un portavoz del ministerio.
Browne dijo que el Ministerio de Defensa está revisando las normas que regulan los contactos del personal militar con la prensa.
Ayer, la única mujer entre los marineros británicos detenidos en Irán durante casi dos semanas dijo que se sintió como “una traidora” por aceptar las demandas iraníes de hablar a la televisión y pensó que sus captores la estaban midiendo para un ataúd, dijo un diario ayer.
El periódico The Sun dijo además que a Faye Turney, de 25 años, los iraníes le dijeron que sus 14 colegas habían sido dejados en libertad y que ella estaba sola.
Uranio: Un mineral de doble filo
El uranio es la materia prima empleada en los programas nucleares militares y civiles: puede servir como combustible para las centrales de energía y como carga de las bombas atómicas. Y ello porque uno de sus isótopos (el U-235, llamado isótopo fisible) tiene la propensión a dividirse en una reacción en cadena que genera energía (fisión nuclear).
Ahora bien, para que el uranio pueda ser empleado en el proceso nuclear debe “enriquecerse”, es decir, hay que aumentar la proporción del isótopo U-235, que es muy baja en el mineral natural (un 0.7%). Un reactor nuclear necesita uranio con un 2% o un 3% de átomos fisibles. Para fines armamentísticos, el uranio debe contener al menos un 90% del isótopo U-235.
Y ese proceso de enriquecimiento es el que realizan las centrifugadoras. Previamente, el uranio se purifica y se reconstituye en una masa sólida llamada yellow cake (pastel amarillo). Esa masa se calienta a 64 grados, hasta que se convierte en gas. El gas se introduce en las centrifugadoras, que separan los isótopos U-235 de otros átomos más densos.
El proceso se repite hasta que se logra el uranio enriquecido: en baja proporción, si va a emplearse como combustible, o en alto grado, si va a servir de carga fisible para armamento.
El proceso de fabricación es el mismo en ambos casos, de ahí la alarma de la comunidad internacional con el proyecto nuclear iraní.
Sobre todo porque Teherán ocultó durante 18 años sus trabajos de enriquecimiento de uranio, violando el Tratado de No Proliferación, del que es signatario.