Casi cinco minutos les bastó levantar el escenario principal de 50 metros de diámetro, que albergará al Circo del Sol y su espectáculo Quidam en la Ciudad de México. (El Universal)
Instalan en México el espectacular escenario que requiere El Cirque du Soleil para presentar Quidam
MÉXICO, DF.- Casi cinco minutos les bastó levantar el escenario principal de 50 metros de diámetro, que albergará al Circo del Sol y su espectáculo Quidam en la Ciudad de México. En esta ocasión no hubo maestro de ceremonias, pero sí más de 100 técnicos dedicados a la seguridad de la carpa.
El Cirque du Soleil no es un circo normal, no tiene animales ni sus artistas duermen en campers, pues para poder brindar un espectáculo de calidad, los 51 protagonistas que montan Quidam tienen qué estar descansados y lo hacen en hoteles cinco estrellas.
El show de Quidam es una combinación de acrobacia artística con música y extravagancia. Los integrantes son acróbatas, gimnastas, bailarines, payasos, actores, músicos y otros artistas de circo que con 250 vestuarios hacen un show en donde combinan la espectacularidad y el virtuosismo.
Con seis carpas que albergan entre vestuarios y camerinos, además de su carpa principal con capacidad para 2 mil 500 personas, el elenco integrado por artistas de 14 países brinda su confianza al equipo de producción, que antes supervisa todos los escenarios.
Ellos mismo levantaron la carpa gigante para que el próximo 15 de noviembre se estrene este gran espectáculo en la Gran Carpa Santa Fe, de la Ciudad de México.
“Las carpas son todas iguales en el mundo, pueden cambiar de color pero no la estructura ni la altura, ni el espacio. Todas las medidas de seguridad son multiplicadas por cuatro, es decir, si una cuerda servirá para aguantar 100 kilogramos, compramos una que soporte 500”, platicó Eduardo Salvo, encargado de montar la carpa, quien agregó que Quidam llegó a México procedente de Shangai, Seúl y Dubai. “(Levantar) La carpa es una operación muy compleja, los asientos, los vestuarios, los camerinos, todo es portátil. Es como llegar a un campamento e instalar una casa y más de 50 tráilers lo hacen espectacular”, agregó Renato Herrería, responsable del Circo del Sol en nuestro país.
Para lograr la espectacularidad característica del Circo del Sol, intervienen 140 personas de 22 nacionalidades y en más de 60 tráilers transportan 750 toneladas de equipo a través del mundo.
El show lleva casi un mes en nuestro país, pues la primera ciudad que visitaron en tierra azteca fue Guadalajara, Jalisco, para dar paso a la capital de México el próximo 15 de noviembre.
Hasta la fecha, son cuatro los espectáculos que ha traído el Circo del Sol a México: el primero fue Alegría, después Dralión, el año pasado Saltimbanco y ahora se espera Quidam, que es una palabra francesa que describe a un transeúnte anónimo.
COMPARTEN SECRETOS DEL SOLEIL
Lyn Heward, responsable de la gestión de talentos del Cirque du Soleil, compartió en México algunos de los secretos que han llevado a la compañía canadiense a la que pertenece, a ser una de las más importantes de entretenimiento a nivel mundial gracias a espectáculos como Alegría, Dralion, Quidam, Mystere y Zumanity, entre otros.
La conferencia que ofreció tuvo lugar en el marco del Foro Mundial de Marketing e Innovación, en donde Lyn platicó sus experiencias frente a unas 950 personas, que se dieron cita en uno de los salones del Centro Banamex. Durante poco más de una hora, Lyn habló de varios temas, entre ellos, del perfil de hombres y mujeres que buscan para que formen parte de la familia del Cirque du Soleil y cómo los dueños deben involucrarse con sus empleados para lograr que juntos crezca la compañía. “Somos buscadores de tesoros, de las perlas más preciadas, siempre buscamos un valor agregado, potencial, locura, algo extraordinario; tenemos una base de datos de más de 20 mil individuos y lo que hacemos con algunos de ellos son audiciones cerradas para buscar el talento oculto”, dijo Lyn.
Explicó que una de las pruebas consiste en pedirle a sus artistas que suban por una cuerda de 20 metros y que cuando llegan a la parte alta se les pide que cierren las piernas, abran los brazos y canten una canción, desafío con el que se dan cuenta que pueden crear su propia música.
