El Siglo de Torreón
TORREÓN, COAH.- El jazz no tiene color... lo mismo puede ser rubio -como el trompetista Joe D’ettine- o de cabello castaño, como Luis García y Tomás Nájera, del grupo local Concentus Jazz Quórum.
Lo que sí posee es una libertad de expresión impresionante. El músico que lo toca puede improvisar, ahí está su atractivo. “En otros géneros tocas la melodía, lo que está escrito en el papel y no hay mucha variante; pero en el jazz una parte esencial es la improvisación”, asegura Joe D’etinne.
Este músico es una excelencia en su instrumento y además funge como director de la Big Band de la Escuela Nacional de Música de la UNAM. Es nacido en Alemania, de nacionalidad norteamericana, pero desde hace 16 años vive en el DF; y esta noche será el invitado de honor en el primer concierto de la temporada 2007 de Concentus Jazz Quórum, a realizarse en el Teatro Nazas a partir de las 8:00 de la noche.
“Vamos a presentar las composiciones de Miles Davis, que fue un trompetista muy reconocido de la historia del jazz; vamos a tocar sus canciones más destacadas de los años 60”.
Encerrado en un camerino del teatro, y acompañado por Rolando Gotés (guitarra), Tomás Nájera (batería) y Luis García (saxofón) -estos tres últimos, elementos de la banda local-, Joe habla para esta casa editora del gran esfuerzo que los músicos laguneros están haciendo de realizar una temporada de jazz con el único objetivo de que toda la gente conozca el género. El movimiento que se está creando en el país y las carencias que todavía existen también son parte de la charla.
“...En México primero se necesita que las escuelas tengan instrumentos porque generalmente empiezan tocando la flauta y no hay programas de bandas desde chicos. En Estados Unidos el nivel musical es alto porque cuando un niño tiene diez años ya tiene la oportunidad de entrar en una orquesta o banda sinfónica en la escuela de gobierno; entonces desde muy chico empieza a leer partituras mientras que aquí la mayoría de los músicos tiene qué aprender por su propia cuenta. Ahora con la existencia de Internet creo que cualquier persona puede bajar información, puede conseguir todo lo que existe acerca del jazz desde música, libros, grabaciones... definitivamente aquí lo que falta son escuelas que ofrezcan música”.
Además de participar como concertista, una de las principales ocupaciones de Joe D’etinne en México es la docencia, siendo esa la mayor aportación que cree le ha dado al jazz de este país.
“Ahora puedo apoyar mucho en un sistema de enseñar a un joven a aprender a leer partituras sin vicios, con técnica correcta, con buenos hábitos; ahora sí puedo aportar bastante en cuanto al concepto del jazz como interpretar el swing. Yo nací con esa música, mientras que los que tocan el jazz aquí es porque lo oyeron en discos o hicieron viajes a Europa o Estados Unidos y fueron expuestos al jazz...”
D’etinne hace una atenta invitación a todo el público a que acuda esta noche al Nazas “para que conozcan personalmente lo que es el jazz, vale la pena”.