TORREÓN, COAH.- Porque la Jurisdicción Sanitaria VI se encuentra en estado de alerta a consecuencia de las lluvias, las brigadas trabajan sin descanso para eliminar los criaderos del mosquito transmisor del dengue.
José Aguirre Carrillo, jefe de la jurisdicción, dijo que hay la posibilidad de que las lluvias rebasen el trabajo de las brigadas, por eso se intensificó la fumigación, distribución de abate y el retiro de cacharros, además se buscará mayor coordinación con la Dirección de Salud Municipal con el objetivo de no empalmar trabajo.
En 2006 hubo más de 300 reportes de casos sospechosos de dengue, de los cuales 98 fueron confirmados, uno de ellos fue hemorrágico. En 2007 ya se enviaron 12 muestras al Laboratorio Estatal pero los resultados fueron negativos.
El brote de dengue clásico de 2006, dijo el funcionario, provocó mayor participación de la ciudadanía este año, pues ya no se muestran renuentes a recibir a las brigadas, además colaboran con el retiro de cacharros.
“El personal está trabajando de lunes a domingo sin descansar, lamentablemente las escuelas están de vacaciones y no hemos podido entrar a los planteles, pero lo haremos en cuanto sean abiertos para evitar la presencia de criaderos”.
Insistió en que es importante erradicar todos los criaderos del mosquito transmisor del dengue porque en el interior de la mayoría de las viviendas proliferan las plantas acuáticas y depósitos de agua como piletas y tambos.
Y es que la gente se rehúsa a deshacerse de sus plantas acuáticas, además de que las piletas y tambos son necesarios en muchas colonias por el desabasto de agua. “Lo que se tiene que hacer es colocar abate en las plantas acuáticas y cambiarles el agua constantemente, también deben abatizar las pilas y tambos donde almacenan el agua para las actividades diarias del hogar”.
Los cuerpos de agua donde se desarrolla la fase acuática del Aedes Aegypti son comúnmente llamados criaderos. En su mayoría, son de tipo artificial, producidos por el hombre y ubicados dentro o cerca de las casas.
El funcionario explicó que todo recipiente capaz de contener agua puede transformarse en criadero, y sus características condicionan la presencia permanente o temporal de los mosquitos.
El tamaño de los criaderos puede variar, desde la tapa de un envase de refresco, hasta una cisterna; pueden ser artificiales (plástico, metal, madera y cemento) o naturales (como son las axilas de los árboles, plantas o pequeños encharcamientos), según la Secretaría de Salud.