El Universal
MÉXICO, DF.- El tracoma es una conjuntivitis (inflamación de la conjuntiva) causada por la bacteria Chlamydia trachomatis. Contagiosa en su etapa temprana, se transmite por contacto directo con la persona infectada -frecuentemente de niño a niño y de niño a madre- e incluso con algunos objetos que contengan las secreciones del enfermo (ciertas moscas que llegan a alimentarse de estas secreciones también pueden transmitirlo).
Los síntomas del tracoma (palabra que proviene del término griego que significa ?áspero?) son irritación ocular, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, enrojecimiento de los ojos y secreciones (no lagañas).
Su tratamiento es muy sencillo y eficaz. Sin embargo, si no se aplica oportuna y adecuadamente, el tracoma puede volverse crónico y producir ceguera, aunque las consecuencias no sean evidentes hasta la adolescencia o madurez del paciente.
Con la participación de la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la Universidad Iberoamericana y la Universidad Anáhuac, así como con la de secretarías de Estado y de numerosas empresas privadas, se creó a partir de una convocatoria emitida por la Asociación Mexicana de Salud y Economía (AMSE) el Proyecto Tracoma, con el que se busca erradicar esta enfermedad, que es la segunda causa más importante de ceguera evitable en el mundo y cuyo principal factor de riesgo es la pobreza extrema.
CUANDO LAS PESTAÑAS SE CONVIERTEN EN CEPILLOS
?La acción mecánica de las pestañas sobre la córnea es lo que produce la ceguera. Es como si, en cada parpadeo, dos cepillos frotaran las córneas una y otra vez?, señala Jaime Mas Oliva, coordinador del Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), de la UNAM, que estableció un convenio de colaboración con la AMSE, gracias al cual se aprovecharía la infraestructura de la UNAM, su enorme experiencia, su muy alto grado de conocimientos y de servicio social, para impulsar vigorosamente el Proyecto Tracoma en un futuro próximo.
Al principio, la enfermedad ataca la conjuntiva y, más tarde, la córnea. Comienza lentamente como una conjuntivitis. Años después de padecer esta infección de manera constante, se forman numerosas cicatrices en la parte interna del párpado -precisamente la conjuntiva-, que hacen que pierda su anatomía natural y que invierta su curvatura, junto con las pestañas, hacia el interior del ojo.
En esta etapa, cada parpadeo es una auténtica agresión a la córnea: las pestañas empiezan a rasparla, causándole lesiones muy pequeñas que al cicatrizar forman opacidades irreversibles. Si en esta etapa de la enfermedad no se aplica tratamiento, el enfermo queda ciego.
Si se inicia oportunamente, el tratamiento con el antibiótico azitromicina (un derivado de la eritromicina) evita las complicaciones a largo plazo. En etapas tempranas de la enfermedad, una sola dosis podría ser suficiente para curarla, pero en general suelen ser necesarias dos dosis. Ahora bien, si el tratamiento no incluye la utilización de agua limpia y jabón, la infección puede regresar.
?Para erradicar el tracoma es necesario la terapia medicinal y el mejoramiento de la infraestructura, tanto sanitaria como hidráulica de la zona donde se manifieste?, apunta el oftalmólogo Héctor García Villegas, director de la AMSE.
EN EL MUNDO Y MÉXICO
Durante la décima Reunión de Alianza de la Organización Mundial de la Salud para la Eliminación del Tracoma, efectuada entre el 10 y el 12 de abril de 2006, se informó que hay alrededor de 80 millones de personas infectadas con esta enfermedad, principalmente en las zonas rurales más aisladas y pobres de 56 países de África, Asia y Oriente Medio y, también, de Australia. En América Latina hay tracoma en México, Guatemala y Brasil.
En áreas donde esta enfermedad es endémica, entre 60 y 90% de los niños en edad preescolar están infectados, y las mujeres adultas corren más riesgos de desarrollar ceguera que los hombres, debido a que son quienes cuidan a los niños enfermos.
El tracoma es lo que se dice una ?enfermedad de la pobreza?, en la que el hacinamiento y la falta de higiene son los factores de riesgo para su contagio. En México hay alrededor de 15 mil tracomatosos. Esta enfermedad es endémica en el estado de Chiapas, sobre todo en cinco de sus municipios: Chanal, Tenejapa, Oxchuc, Huixtán y San Juan Cancuc, donde se calcula que hay alrededor de 10 mil personas infectadas.
?Ésa es una zona de extrema pobreza en la que falta todo y en la que empezamos a combatir muy tardíamente el tracoma -apunta García Villegas, y agrega-, ¿cómo podemos penetrar en esas comunidades, donde se cree que la ceguera forma parte del proceso de envejecimiento y que es normal que un ´viejito´ de 40 años quede ciego. He ahí el reto.?
UN PROBLEMA DE IRRESPONSABILIDAD SOCIAL
En teoría, basta una sola dosis de azitromicina ?negativiza? al paciente, pero si no se trata a todos los habitantes de una localidad determinada, o si se deja sin tratamiento a un infectado y éste vive en hacinamiento, el problema puede resurgir.
Además, el tracoma representa la punta de un iceberg de pobreza e insalubridad. Donde surge es algo así como la señal de que allí hay más problemas de desigualdad social y salud: enfermedad de Chagas, tuberculosis, paludismo, oncocercosis y un alto índice de mortalidad materno-infantil, junto con problemas degenerativos como diabetes, o padecimientos cardiovasculares.
?En síntesis, el tracoma es un problema de salud pública y un enorme problema de irresponsabilidad social, por lo que también se requerirá el apoyo sustancial del gobierno federal y de los respectivos estados para erradicarlo?, finalizan García Villegas y Mas Oliva. (Leonardo Huerta Mendoza)
