“Interregno. Del lat. interregnum. Espacio de tiempo en que un Estado no tiene soberano”.
Real Academia Española
Ensenada, B.C.- José Guadalupe Osuna Millán debe asumir el Gobierno de Baja California este próximo jueves, el primero de noviembre. Pero la incertidumbre se mantiene. El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación no ha tomado la decisión final sobre el proceso electoral. Había dicho que anunciaría su fallo la semana pasada, pero después decidió dejarlo para el último momento.
Mientras tanto Baja California espera. Osuna ha anunciado ya quiénes serán los miembros de su Gabinete. Pero hay una gran incertidumbre sobre lo que pueda pasar.
La distancia entre el ganador y el perdedor fue suficientemente amplia: de seis puntos porcentuales. Osuna obtuvo el 50.43 por ciento de los votos contra el 44 por ciento del priista Jorge Hank Rhon, El Tribunal rompería con todos los precedentes si decidiera anular una elección con una diferencia tan grande entre el primer lugar y el segundo. Pero con un Tribunal como el nuestro, nadie puede nunca saber a ciencia cierta cuál será la decisión final. De ahí que se mantenga la incertidumbre a unos días del cambio de Gobierno.
Hank Rhon tuvo el valor de reconocer su derrota poco después que se supo el resultado de la elección. Ha sido el PRI bajacaliforniano, ante cuando menos la indiferencia de Hank, el que insistido en llevar la protesta hasta los tribunales. Hay toda una tradición mexicana de no aceptar una derrota electoral. En México nunca hay perdedores en elecciones: sólo víctimas de complots.
Baja California, mientras tanto, continúa su marcha. Éste es un estado en que el Gobierno no influye tan decisivamente en la actividad económica como en los del sur del país. En Oaxaca o en Guerrero, el Gobierno es responsable de la mayor parte de la actividad económica. En Baja California la economía privada supera con mucho a la gubernamental. Ésta es una de las razones por las que éste uno de los estados más prósperos del país. Por eso Baja California recibe a cientos de miles de inmigrantes cada año. Muchos no cruzan la frontera, sino que se quedan a vivir de manera permanente en el estado.
El interregno, el tiempo entre la elección del 5 de agosto y la toma de posesión del primero de noviembre, se vuelve más complicado por el atraso en la decisión del Tribunal Electoral. Y el problema es que los retos del Estado no pueden esperar.
La seguridad es el más importante. Ninguna entidad política puede prosperar si no supera el reto de la impunidad. Y la oleada de secuestros en Tijuana es realmente brutal.
Otro reto es el desarrollo económico. El corredor Tijuana-Ensenada está creciendo de manera importante, pero desordenada. Si no se ordena, no tendrá un equilibrio ecológico y urbanístico sustentable en el largo plazo. Toda la línea costera desde la frontera hasta el puerto de Ensenada se ha llenado de construcciones. Hay un mercado importante para los estadounidenses, los baby boomers, nacidos entre 1945 y 1969, que se están retirando y buscan un lugar agradable, pero económico para retirarse. Baja California es una opción para millones de personas en suroeste de los Estados Unidos. Sin embargo, una absurda norma constitucional, que les prohíbe ser propietarios de tierra en la costa o en la frontera, se convierte en un obstáculo importante. El otro es la falta de orden en los desarrollos a lo largo de la costa, que crea un caos arquitectónico y ambiental.
El proyecto de Punta Colonet, un puerto industrial de primer nivel 150 kilómetros al sur del puerto de Ensenada, competiría con Long Beach en Los Ángeles, saturado hace mucho tiempo, y se convertiría en un detonador económico importante. La propuesta es impecable, pero desde hace años el Gobierno Federal se demora en tomar la decisión para aprovechar una de las mejores oportunidades de negocios de esta era de la globalización. El Gobierno Federal tendrá que aprobar la construcción de este puerto y un ferrocarril para transportar carga desde Punta Colonet hasta Yuma, Arizona, para de ahí seguir al resto del mercado estadounidense. Para eso, sin embargo, la Administración federal necesita al parecer del acicate del nuevo Gobierno bajacaliforniano.
El interregno le hace daño a Baja California. Hay demasiados proyectos esperando las condiciones para salir adelante. Esperemos que concluya este próximo primero de noviembre y que el nuevo gobernador pueda finalmente ponerse a trabajar.
PROPIEDADES EN LA COSTA
Uno de los principales obstáculos para la inversión turística en Baja California y de otras regiones del país es la prohibición constitucional para que los extranjeros sean dueños de propiedades en la frontera y en la costa. La prohibición se ha justificado por razones históricas, pero es muy tonta. Estados Unidos le habría quitado territorio a México en el siglo XIX sin importar que hubiera o no estadounidenses en la frontera. Hoy tenemos la prohibición, que inhibe la inversión y le damos la vuelta con fideicomisos. Más sensato sería abrir la puerta a la inversión extranjera en bienes raíces en cualquier lugar del país. Los mexicanos invierten sin problemas en bienes raíces en la frontera y en la costa de Estados Unidos, sin que a nadie se la haya ocurrido que eso podría amenazar la soberanía estadounidense.
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