Revela Amnistía Internacional que desde 2004 más de 270 personas han sido condenadas a la pena máxima en ese país árabe.
El número de personas condenadas a muerte aumenta de forma “espectacular” en Irak, donde esa pena máxima se impone incluso después de “confesiones” televisadas, juicios injustos o denuncias no investigadas de torturas, según denuncia Amnistía Internacional (AI).
Irak, donde al menos 65 personas fueron ejecutadas en 2006, entre ellas el ex presidente iraquí Saddam Hussein, se ha convertido en el cuarto país con mayor número de penas capitales aplicadas, después de China, Irán y Pakistán, revela AI en un informe que publicó ayer en Londres, donde la organización tiene su sede.
“La manera vergonzosa como fue ejecutado Saddam Hussein destapó la crueldad grotesca de la pena de muerte en Irak”, señaló en un comunicado el director de AI para Oriente Medio y el Norte de África, Malcolm Smart, que advirtió que la cifra de personas a las que se aplica la pena máxima “continúa creciendo”.
Amnistía pone de relieve que, desde la restitución de la pena de muerte a mediados de 2004, más de 270 personas han sido condenadas a la pena máxima y al menos cien, ejecutadas.
La emisión de “confesiones” televisadas terminó a finales de 2005, pero muchos de aquellos que aparecían en esas grabaciones continuaron en el corredor de la muerte o han sido ejecutados, agrega la organización.
“El espectacular incremento en el uso de este castigo cruel, inhumano y degradante supone un deslizamiento peligroso hacia los errores brutales del pasado”, indicó Smart, sobre todo cuando muchas de las ejecuciones se llevan a cabo “después de juicios injustos, confesiones televisadas y denuncias no investigadas de torturas”.
“A pesar de las justificaciones oficiales de que la pena de muerte es un elemento disuasorio, la creciente violencia en las calles de Irak sugiere que su restitución puede simplemente haber contribuido a hacer más inhumana a la sociedad iraquí”, añadió.
ANALIZAN VEREDICTOS
Para realizar el informe, titulado “Injusta e injustificada: la pena de muerte en Irak”, Amnistía Internacional ha examinado cientos de veredictos emitidos por el Tribunal Penal Central de Irak y los testimonios de las familias de los condenados y sus abogados, así como leyes iraquíes que socavan el derecho a un juicio justo.
Y ha hallado casos en los que no se investiga o no de forma suficiente, las denuncias de torturas, el uso de confesiones televisadas previas al juicio y la presentación ante el Tribunal de pruebas que identifican al acusado aportadas por testigos que habían visto previamente la confesión.
El informe también recoge ejemplos de un acceso insuficiente por parte de los acusados a abogados defensores y la intimidación sufrida por los letrados, incluso con amenazas de muerte y ataques.
Amnistía hace un llamamiento al Gobierno iraquí para que establezca “de forma inmediata” una moratoria en las ejecuciones, conmute las penas de muertes pendientes y garantice que se cumplen en todos los casos los estándares más rigurosos para un juicio justo, indicó Smart.
Y añadió: “Sin esa acción, Irak continuará viviendo bajo el legado cruel del pasado”.
A principios de 2007, no menos de 128 países habían dado el “paso trascendental” de abolir la pena de muerte en sus legislaciones o en la práctica, indica Amnistía, que hace campaña a favor de la abolición total de ese castigo máximo.
Mueren al menos 17 personas en ola de violencia
Al menos 17 personas, entre ellas un soldado estadounidense, perdieron la vida y otras 11 resultaron heridas ayer en la oleada de violencia que azotó diversas zonas de Irak, informaron fuentes de los cuerpos de seguridad.
Según su relato, cinco iraquíes murieron en las redadas lanzadas ayer por la mañana por las tropas estadounidenses contra supuestos reductos rebeldes de la localidad de Hadiza, 180 kilómetros al oeste de Bagdad.
Indicaron que en las operaciones, realizadas en varias viviendas del Centro de la ciudad, fueron detenidos más de 20 hombres sospechosos de estar implicados en actividades subversivas.
Por su parte, en la zona próxima de Al Haqlaniya, la Policía halló el cadáver de una persona decapitada, con señales de torturas y sin documentos de identificación.
También la violencia se expandió al norte del país, ya que un matrimonio kurdo y sus dos hijos fueron acribillados en su propia casa por desconocidos, en el área de Tariq Bagdad, próxima a la ciudad de Kirkuk, a unos 250 kilómetros al norte de la capital.
Asimismo, la Policía encontró ocho cadáveres de personas que habían sido secuestradas por desconocidos hace dos días en las proximidades de la ciudad de Baquba, capital de la provincia de Diyala, al noreste de la capital.
Los cuerpos, todos con indicios de tortura y cuatro de ellos decapitados, fueron encontrados en un camino que une las localidades de Jales y Hebheb, precisó una fuente policial.