El Gobierno de la primer y única mujer en ocupar la Presidencia argentina (1974-1976), estuvo marcado por la violencia política, que abrió paso al golpe militar y a la última dictadura, que dejó 30 mil desaparecidos.
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BUENOS AIRES, ARGENTINA.- María Estela Martínez, conocida como Isabel Perón, detenida el viernes pasado en España por crímenes contra la humanidad, fue la gris heredera del poder de su esposo Juan Domingo Perón en un momento crucial para Argentina.
Martínez, nacida en La Rioja en 1931, ha sido la primera y única mujer en ocupar la Presidencia argentina; su gobierno (1974-1976) estuvo marcado por la violencia política, que abrió paso al golpe militar y a la última dictadura, que dejó 30 mil desaparecidos.
La figura de María Estela Martínez ha sido criticada por la debilidad política que demostró durante su Gobierno, derrocado el 24 de marzo de 1976, en comparación con la carismática figura de la anterior esposa de Perón, Eva Duarte, fallecida en 1952.
Su carrera política estuvo siempre a la sombra del polémico Juan Domingo Perón, derrocado y exiliado en 1955, a quien conoció en Panamá y con quien se casó en 1960, convirtiéndose en su tercera esposa, después de Eugenia Tizón y de Eva Duarte.
Como parte de las actividades políticas de Perón y sus seguidores para asegurar el retorno del caudillo político a Argentina, en donde el peronismo estaba proscrito, Martínez de Perón fue delegada personal de su esposo en 1965.
RETORNO DE PERÓN
En 1972, el peronismo, que había logrado agrupar a sectores sindicales y grupos militantes armados tanto de derecha como de la guerrilla izquierdista, logró que Perón, su esposa y sus colaboradores en el exilio retornaran al país durante un mes.
Con una fuerza creciente, el peronismo y sus aliados agrupados en el Frente Justicialista de Liberación conquistó la Presidencia con la llegada de Héctor José Cámpora, bajo cuyo Gobierno retornó el matrimonio Perón el 20 de junio de 1973.
Un primer choque armado entre las alas del peronismo se produjo el mismo día del retorno de Perón, un episodio conocido como la Matanza de Ezeiza, cuando grupos paramilitares ligados a la dirigencia sindical mataron a decenas de seguidores de la izquierda.
Cámpora renunció a la Presidencia luego de 49 días de gobierno (del 25 de mayo al 13 de julio de 1973), para permitir nuevas elecciones con la postulación de Perón, quien fue acompañado por su esposa para la Vicepresidencia en la llamada fórmula Perón-Perón.
Aunque el matrimonio fue electo con más de 60 por ciento de los votos, la amplia alianza que apoyaba al peronismo se rompió y se convirtió en un abierto enfrentamiento armado entre grupos paramilitares de derecha y la guerrilla de los Montoneros.
Perón, quien condenó a la izquierda peronista ligada a la guerrilla, falleció el primero de julio de 1974 y Martínez de Perón asumió la Presidencia ese mismo día.
CRECIENTE VIOLENCIA
El Gobierno de Martínez de Perón se desarrolló en un ambiente de creciente violencia y bajo la influencia del ministro de Bienestar Social y secretario personal, José López Rega, conocido como El Brujo por su afición a las creencias espiritistas.
De acuerdo con investigaciones judiciales, López Rega utilizó bienes públicos para financiar al grupo paramilitar Alianza Anticomunista Argentina o Triple A, ligada a la derecha peronista, y que se dedicó a atentar contra personalidades de izquierda.
Según investigaciones recientes del diario argentino Página 12, la revista El Caudillo, que funcionaba como órgano de difusión de la Triple A, señalaba a militantes y simpatizantes de la izquierda que luego eran ejecutados por el grupo de extrema derecha.
En su edición del pasado domingo, Página 12 recordaba que la revista proclamó el 19 de julio de 1974: ?Isabel no es la heredera de Perón? y precisaba: ?es presidente por mérito propio?.
Las acusaciones contra Martínez de Perón apuntan a que el ocho de agosto de 1974, se celebró en la residencia presidencial de Olivos una reunión presidida por la mandataria y López Rega para planificar el secuestro y ejecución de personajes de la izquierda peronista.
INTERVENCIÓN GUBERNAMENTAL
La crisis desatada, que dejó decenas de víctimas secuestradas y ejecutadas, o asesinadas en atentados con explosivos, fue acompañada por una creciente intervención de las autoridades en los gobiernos provinciales, universidades, sindicatos y medios de prensa.
Junto a la creciente violencia, Argentina vivió una aguda crisis económica, con tasas de inflación de tres dígitos, la caída del comercio exterior basado en la carne y el colapso de las inversiones, lo que condujo a contraer una enorme deuda externa. En junio de 1975, el Gobierno de Martínez de Perón enfrentó una huelga general de los propios sindicatos peronistas, lo que llevó a la renuncia de López Rega.
Ante la creciente actividad de las guerrillas izquierdistas y la fractura del peronismo, la presidenta ordenó en octubre de ese año a las Fuerzas Armadas la Operación Independencia contra la insurgencia en la provincia noroccidental de Tucumán.
En un decreto del seis de octubre de 1975, la presidenta dispuso la participación de las Fuerzas Armadas en ?el aniquilamiento del accionar de la subversión?.
La actuación militar en Tucumán es considerada en la actualidad como el precedente más importante de la posterior ?guerra sucia?, por la realización de arrestos ilegales y la práctica sistemática de la tortura y desaparición de los prisioneros.
Martínez de Perón, quien designó en esas mismas fechas al general Jorge Rafael Videla al frente del Ejército, decidió convocar a elecciones presidenciales adelantadas para finales de 1976, pero fue derrocada el 24 de marzo de ese año por una junta militar.
El Gobierno militar, presidido por Videla, acusó a la depuesta mandataria de malversación de fondos, y dispuso que permaneciera arrestada en la provincia de Neuquén, y luego en una quinta en la localidad de San Vicente, ubicada en el conurbano de Buenos Aires.
En julio de 1981, el régimen militar permitió a Martínez de Perón que se exiliara en España, en donde vivió en la histórica residencia de Perón en Puerta de Hierro, Madrid.
Luego de varios años de exilio sin actividad política conocida, el pasado jueves 11 de enero, la justicia argentina pidió a España la detención con fines de extradición de la viuda de Perón, para juzgarla por crímenes de lesa humanidad.
