EFE
Roma.- Italia celebró san "Va-lentín", una iniciativa lanzada por la asociación "El arte de vivir lentamente", con la que invita a los ciudadanos a tomarse el día sin prisas, a gozar de cada cosa y, sobre todo, a hacerlo con mucha calma.
El día de la lentitud está dedicado a todos los que tienen cada vez más la sensación de que el mundo gira demasiado deprisa para mantenerse en equilibrio y que viven sometidos a tiempos frenéticos.
"Nuestro enemigo no es la velocidad, sino el frenesí, la prisa", señaló el presidente de la asociación, Bruno Contigiani, quien destacó la buena acogida que ha tenido la iniciativa de san "Va-lentín".
La asociación convocó iniciativas en Milán y Roma, pero se ha recibido "una lluvia" de adhesiones espontáneas de personas de todo el país y del extranjero que han organizado actividades lentas, agregó.
Además, cuentan con el apoyo de las 55 poblaciones italianas del movimiento internacional "Pequeñas ciudades del buen vivir".
En Milán, por ejemplo, se pusieron en marcha los "passovelox", que calcularán la velocidad de los viandantes y los que caminen demasiado rápido fueron "simbólicamente multados" e invitados a ser conscientes de su prisa y a frenar un poco para gozar de un minuto de calma, explicó.
En Roma se convocó, en el parque del Pincio, una reunión de "buscadores de nubes", que pertrechados de sus aparatos fotográficos plasmaron el lento paso y evolución de cirros, cúmulos, nimbos y estratos.
La capital italiana fue escenario del maratón más lento del mundo, una carrera de plaza Trilusa hasta Santa María del Transtévere, una distancia de 300 metros para los que se ha previsto una hora y media. Un récord antivelocidad.
Cuatro asnos -Gioconda, Gaia, Libero y Allegra- fueron los protagonistas de la "jornada de la lentitud" en Casciano Terme (centro), donde serán compañeros de viaje de los ciudadanos en una "caminata lenta, por el borgo medieval".
Otras iniciativas mencionadas por Contigiani son "lecturas lentas" en cafeterías, personas que contaron fábulas a un auditorio que estuvieron con los ojos cerrados, paseos en barca para disfrutar con calma de los ríos, clases de Tai Chi en parques y elaboración de platos de la cocina italiana con los ritmos de otro tiempo.
La idea es que las personas vuelvan a ser dueñas de su tiempo, "saborearlo y hacerlo más útil porque vivir con lentitud no significa estar ocioso, sino encontrar un equilibro", explica la asociación desde su página de Internet.
"Dedicar tiempo a la lentitud significa ser más eficientes cuando es necesario, menos estresados y ser capaces de producir más", asegura.
"El arte de vivir lentamente", que cuenta con más de cien afiliados, nació en 2005 como iniciativa de un grupo de personas de Milán que "verificaron que su vida era demasiado frenética", explicó Contigiani.
