Durango

Jaime Pérez Calzada: ciudadano de lucha

Jaime Pérez Calzada recibirá el próximo 12 de diciembre el Premio Nacional de los Derechos Humanos.

Jaime Pérez Calzada recibirá el próximo 12 de diciembre el Premio Nacional de los Derechos Humanos.

El Siglo de Durango

Mientras redacta con mucha destreza un documento en su computadora portátil, Jaime Pérez Calzada demuestra que ser ciego nunca lo ha detenido para alcanzar lo que se propone.

Producto de la retinitis pigmentaria progresiva, quedó invidente a la edad de los nueve años y enfrentó su discapacidad con una actitud de lucha y un espíritu emprendedor.

En su currículum desfilan varias distinciones: Se graduó como licenciado en Derecho el 20 de diciembre de 1978, con mención honorífica en la Universidad Juárez; es presidente fundador del Centro de Capacitación para Invidentes (Cecapi) y fungió como Diputado Suplente por el Segundo Distrito electoral local en la pasada Legislatura.

Este próximo 12 de diciembre del año en curso recibirá de manos del presidente Felipe Calderón Hinojosa el Premio Nacional de los Derechos Humanos en la residencia oficial de Los Pinos, hecho que recibe con alegría pero también como un compromiso mayor para seguir en la pelea de mejores condiciones de vida para aquellos que tienen capacidades diferentes.

EL INICIO

-¿Quién es Jaime Pérez Calzada?

Bueno, soy el tercero de seis hermanos: María Eugenia, Alberto, luego yo, Margarita, Arturo y Gabriela. Mi papá fue Jaime Pérez Enríquez y mi mamá es Hermila Calzada Morales.

Desde que yo tenía dos años mis papás se dieron cuenta que mi vista tenía alguna anomalía. Empezamos a visitar médicos de todos lados, comenzó un peregrinar, en donde les dijeran a ellos que había un oftalmólogo famoso o bueno íbamos a la consulta.

Siempre fue el mismo diagnóstico: Retinitis pigmentaria progresiva. Después se dieron cuenta que Gaby mi hermana tenía el mismo problema. Al final de cuentas nos quedamos ciegos. Esto trajo a la familia un estado crítico emocional y de tensión.

-¿A los cuántos años perdió la vista?

A los nueve años. Cuando tenía como cinco años una noche me desperté en la madrugada. Escuché un murmullo de sollozos, eran mis papás que lloraban y se consolaban uno al otro por el incierto futuro de sus hijos ciegos. En ese momento no había más porvenir que estudiar leyes o en la Normal.

Entonces, era que fuéramos o limosneros o músicos. Ésas eran las opciones para los ciegos y ninguna idea les animaba. En ese momento me prometí hacer hasta lo imposible para que mis papás no se preocuparan y me hice la promesa de un día hacerme rico, famoso y lejos de depender de alguien, ayudarle a los demás.

INCANSABLE

En su niñez y adolescencia buscó la forma de ganar dinero primero con la venta de raspados, luego de fruta picada, la renta de bicicletas y con un pequeño taller de encuadernación.

Entre sus peripecias estudiantiles cuenta la anécdota de que atrevió a solicitarle al entonces presidente de México Luis Echeverría la instalación de un laboratorio triple de Física, Química y Biología para la Secundaria Benito Juárez –en donde estudió- lo cual logró además del apadrinamiento de su generación por parte del mandatario nacional.

- ¿Qué problemas enfrentó durante su preparación académica?

En la primaria las maestras me hacían favor de escribirme los resúmenes y mi mamá me los leía en la casa. Cuando presenté el examen de admisión en dos secundarias –que fue oral- pasé muy bien pero no me aceptaron porque toda la documentación de exámenes se iba a México y yo no iba a escribir nada y no me iban a reconocer la secundaria.

Como oyente no tenía caso. En la Secundaria Benito Juárez era más fácil conseguir que me hicieran los exámenes orales por eso ingresé a ese lugar. Ese fue un primer choque, yo sentía que no me habían querido en los otros planteles y me dije: Ahora más adrede, voy a salir bien. Eso me hacía poner más atención.

Luego entré a la Preparatoria Diurna y en ese tiempo el director era Ramón Hernández y él tenía la idea de que me hacía daño al dejarme estudiar porque creía que estaba perdiendo el tiempo.

Al terminar el primer año de preparatoria me dieron de baja. A gritos y sombrerazos y con el apoyo de Abel Hernández Martínez –hermano de Ramón- lograron convencerlo de que no me corriera. En la Facultad de Derecho no batallé, terminé la carrera con un promedio general de 9.18.

SUEÑO

-¿Cómo nace el Cecapi?

A principios de 1980 tenía la necesidad de buscarle un hogar a dos niños ciegos del ámbito rural y le expresé a Sara María Vargas de Gámiz, esposa del ex gobernador interino Salvador Gámiz, mi petición.

Le expuse un proyecto que no era otra cosa que lo que hicieron mis papás conmigo pero para mucha gente. Fui al Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) a buscar a una maestra para ciegos pero ya la habían cambiado y estaba Graciela Josefina de la Cruz Muñoz, a quien le gustó el proyecto y se unió al trabajo. Después la invité a formar parte de otro proyecto, el de vida, ahora es mi esposa y madre de nuestros cuatro hijos (sonríe).

No falta quién mete cizaña y la señora nos dijo que ya no nos iba a apoyar. Nos dijo que las personas ciegas estaban muy politizadas y que lo único que causaban eran problemas. Salimos a buscar el apoyo de la iniciativa privada primero con el Club Rotario.

Nos atendió José Luis Raigoso como presidente y hasta la fecha nos apoyan. 15 años después el señor Raigoso fue alumno del Cecapi, perdió la vista a causa de un accidente vascular. El Cecapi tiene ahorita 55 alumnos.

DESAFÍOS

-¿Cómo fue su paso como Diputado Local?

Pues tenía que responder a la esperanza de mucha gente. Lo lamentable del asunto es que sólo tenía cinco meses pero con mucha incertidumbre.

No hubo la oportunidad de hacer todo lo que quería. No estoy satisfecho con mi trabajo en el Congreso porque siento que me faltó mucho por hacer, sobre todo por la causa que me llevó allí.

-¿Qué le implica recibir el Premio Nacional de Derechos Humanos?

Siento que es una distinción que le hacen a la lucha de todas las personas con alguna discapacidad. A mí me toca encabezar un inmenso grupo de organizaciones no gubernamentales. Es el esfuerzo de todos.

Quiero aprovechar ese momento para hablar por los nuestros (discapacitados), decirle al Presidente que sí agradezco la distinción pero eso me compromete más. Me obliga a pedirle su intervención de manera inmediata en la atención a políticas públicas que mucho tienen que ver con la educación, con la salud, con la capacitación y el empleo, hasta con el transporte público.

Tengo que decirle que somos el 10 por ciento de los habitantes de este país, quienes demandamos oportunidades de empleo y no las vamos a tener hasta que estemos capacitados y esto empieza con la educación.

Ése es ahora el nuevo reto. Siento que es un reto mayor y tengo esperanza de que haya respuesta por parte del Presidente.

PERFIL

Datos generales y distinciones.

-Nace el 8 de enero de 1955 en Durango, Durango.

-Es reconocido con la Medalla al Merito Luis Donaldo Colosio por Servicio a la Comunidad. En la primera edición, marzo de 1999.

-Es integrante del Consejo para la entrega del reconocimiento Medalla Luis Donaldo Colosio desde febrero de 2001 a la fecha.

-Recibe de manos del Presidente de los Estados Unidos Mexicanos el Premio Nacional al Voluntario 2003 el 5 de diciembre de 2003.

-Recibe de manos de Víctor González la medalla de plata como distinción en el programa Por un País Mejor. Del Doctor Simi en noviembre de 2006 en el Distrito Federal.

-Toma protesta como Diputado el 2 de abril de 2007, desempeñando el cargo por el Segundo Distrito electoral local del 1 de abril al 31 de agosto del 2007.

FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.

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