?La globalización es un proceso de liberación?. Ángela Merkel
Davos, Suiza.- El hombre que se sienta junto a mí en la sesión ?Yo, yo mismo y mi identidad? en el Hotel Victoria de Davos es rubio, de elegante apariencia y de unos 35 años de edad. No me fijo mucho en él mientras me pongo de acuerdo con los ponentes en la discusión que yo he de moderar: el escritor brasileño Paulo Coelho; la baronesa Susan Greenfield, renombrada científica que preside la Royal Institution de la Gran Bretaña; Homi Babha, famoso escritor indio que actualmente da clases en Harvard; Aihwa Ong, profesora de antropología en la Universidad de California en Berkeley; Alja Brglez, directora del Instituto de Civilización de Eslovenia; y otros.
Al empezar a discutir los problemas de identidad en un mundo despojado de fronteras por la globalización económica, informativa y tecnológica, los miembros de mi mesa nos presentamos cada uno, en parte para ver cómo cada cuál se identifica a sí mismo. El hombre a mi lado se describe sucintamente: ?Felipe de Bélgica y ahí, en mi nombre, está buena parte de mi identidad. Desde que era yo muy pequeño sabía que estaba destinado a representar a mi país?. Efectivamente, se trata de Felipe, el príncipe heredero de la corona belga.
Davos ofrece todos los años mil y una sorpresas como ésta. Si bien es muy probable que no conozcamos al hombre o a la mujer que se sienta a nuestro lado en una conferencia o en una cena, lo más seguro es que sea alguien muy distinguido en su país o en su campo de especialidad. Ésa es la verdadera magia de Davos. Nos da no sólo la oportunidad de conocer a gente nueva, muchas veces brillante, sino hacerlo en un ambiente que promueve la discusión y la reflexión.
Los viejos temas de Davos -la globalización, la competitividad, la economía, la política- nunca han dejado de estar presentes. Pero no hay duda de que uno de los encantos de este encuentro anual es la diversidad de temas que se toca. El foro es ?mundial? pero hace mucho que ha dejado de ser simplemente ?económico?.
En este 2007 el calentamiento global dominó la discusión de participantes y medios de comunicación, impulsado en un principio por un invierno sorprendentemente moderado, pero que el mismo día de inicio del foro abrió la puerta a inclementes nevadas y a temperaturas de hasta 20 grados bajo cero. Ángela Merkel, la canciller de Alemania, aprovechó su participación inaugural para proponer medidas unilaterales de los gobiernos de Europa para disminuir las emisiones de contaminantes, sin importar que Estados Unidos se una o no al esfuerzo.
La pobreza, una preocupación recurrente en Davos, sigue teniendo un papel relevante en las discusiones. No deja de sorprender cómo algunos globalifóbicos del pasado han cambiado sus posiciones en este tema. Lula de Brasil hizo un llamamiento a las naciones poderosas para dejar de lado sus resistencias y concluir la apertura comercial de la Ronda de Doha. Bono, el cantante de U2, llamó ?corrupta? la práctica de los países desarrollados de subsidiar los cultivos agrícolas a pesar de que esto deja en la miseria a campesinos de todo el mundo. Felipe Calderón de México buscó dar a la vieja discusión política una nueva dimensión al afirmar que ?el dilema no es entre la izquierda o la derecha, sino entre el pasado y el futuro?.
Junto a estas discusiones, hubo muchas más, como es común en Davos. Los directores, columnistas y comentaristas del Consejo Internacional de Medios debatieron acerca de lo que significa para su negocio la introducción de nuevos vehículos de información y comentario como son los blogs de la Red. Los méritos y problemas éticos y legales de la experimentación con células madre fueron objeto de discusión en un ambiente altamente favorable a la investigación sobre el tema. En la tradicional cena iberoamericana, se repitieron las reflexiones de todos los años para explicar por qué una región con tanto potencial sigue quedándose rezagada en un mundo que avanza sin cesar.
En Davos han estado también presentes los temas que buscan hacer de la vida algo más que la búsqueda de la prosperidad. Dos sesiones nocturnas se dedicaron a los vinos y en particular a probar una colección extraordinaria de claretes. Otra más, como todos los años, ofreció un concierto de jazz.
En la sesión ?Yo, yo mismo y mi identidad? se me quedaron grabadas las declaraciones de dos mujeres. Una de ellas, persa, miembro de alguna familia distinguida de Irán, explicó que desde niña se le había enseñado que tenía que ayudar al desarrollo de su país, por lo cual estudió ingeniería para participar en la industria petrolera. Después de los 50 años, ya en el exilio, cambió completamente de actividad y estableció una fundación. Otra mujer, holandesa, fue maestra toda su vida y al retirarse empezó a trabajar como voluntaria en un museo, del cual hoy es subdirectora. Las dos mujeres terminaron sus presentaciones diciendo que han encontrado la felicidad. Y al final del camino esto es, quizá, lo más importante de todo.
PRECIOS ADECUADOS
?Con innovación en los mercados se puede resolver la mayor parte de los problemas?, dijo en Davos Samuel A. DiPiazza, Jr., presidente de PricewaterhouseCoopers, al discutir los límites al crecimiento por la escasez de recursos naturales. Por otra parte, Peter Brabeck-Letmathe, presidente del consejo de Administración de Nestlé, afirmó: ?Si dejas que el mercado opere y das el precio adecuado a los recursos, el mercado se ajustará?. Pero reflexionará más sobre este tema.
