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Jaque Mate| Autopista del Sol

Sergio Sarmiento

?Nada está edificado sobre la piedra, todo está edificado sobre la arena, pero nuestro deber es edificar como si fuera piedra la arena?. Jorge Luis Borges

La Autopista del Sol, una carretera de doble carril y espectaculares puentes que ha acortado el tiempo de traslado entre Acapulco y la ciudad de México, ha permitido un renacimiento de esa bahía como centro turístico; pero es ejemplo también de muchas de las cosas que no funcionan en nuestro país, del desperdicio de recursos y de la ineficiencia que han llevado a que tantos de nuestros compatriotas vivan en la pobreza y busquen oportunidades de prosperar en otras tierras.

La autopista atraviesa tierras áridas y abruptas que ofrecen pocas posibilidades de trabajo y mejoramiento para los duros hombres y mujeres de tez cobriza que habitan la región. Por su asfalto surcan raudos autobuses y vehículos particulares que transportan a esos turistas que se han convertido en una de las pocas fuentes de empleo en un estado, Guerrero, que se encuentra entre los más pobres de la federación.

Sorprendentemente, sin embargo, la Autopista del Sol detiene su trazo a 100 kilómetros de su destino para entrar al centro de la ciudad de Chilpancingo, la capital del estado. No hay un libramiento, como ocurre usualmente cuando las autopistas del mundo llegan a ciudades de cierta importancia. Esto genera problemas evidentes.

Uno de ellos es el de los vehículos que atraviesan la capital de Guerrero por un viaducto a velocidades que pueden ser reducidas para una autopista, pero que ocasionan accidentes y pérdidas de vidas humanas en el centro de una ciudad.

Pero además, este cuello de botella se ha convertido en un punto bloqueado constantemente por organizaciones políticas y sociales. Detener el flujo de vehículos en la Autopista del Sol, por cualquier razón que sea, es ya una costumbre para los grupos que buscan presionar al gobierno de Guerrero o al de la República.

Muchas veces he preguntado por qué, en lugar de tener un libramiento, la Autopista del Sol pasa directamente por el centro de Chilpancingo. La respuesta más común que he escuchado es que los grupos políticos de Guerrero exigieron que la carretera atravesara la ciudad precisamente para ahorcarla cuando lo consideraran necesario. El Gobierno de Carlos Salinas de Gortari, que concesionó la carretera, definió ese trazo precisamente para permitir los bloqueos.

Yo no sé si la explicación es cierta o no, pero de lo que no hay duda es que la Autopista del Sol rompe con las reglas de otras grandes carreteras del mundo precisamente por ingresar al centro de Chilpancingo. Y esto es precisamente lo que permite que con tanta frecuencia los distintos grupos de políticos del estado ejerzan presión al Gobierno con bloqueos de la carretera.

En otros sentidos es también la autopista un ejemplo de por qué nuestro país, al desperdiciar recursos escasos, sigue siendo pobre, a pesar de todos los esfuerzos por lograr un desarrollo. La carretera fue apenas terminada en 1994 y sin embargo, está teniendo que ser reconstruida en muchos de sus puntos. No se trata sólo de trabajos de reencarpetamiento, que son inevitables en una carretera de asfalto en un lugar donde los calores ardientes se mezclan con lluvias torrenciales. Mucho del trabajo que se está haciendo actualmente es de reconstrucción. Los taludes están siendo modificados para evitar derrumbes. Se están colocando cimentaciones en algunos lugares que antes no existían.

Un funcionario de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes me señaló el año pasado que la carretera no cumplía con las especificaciones necesarias para el tipo de suelos y las condiciones climáticas de la zona. ¿Corrupción o falta de previsión en la construcción original? Escoja usted.

La Autopista del Sol es un símbolo de muchas de las cosas que ocurren en nuestro país. Es visualmente atractiva y cuenta con puentes que son un orgullo de la ingeniería mexicana. Es cara para los usuarios, aun con los descuentos que actualmente se aplican precisamente por los trabajos de reconstrucción.

Muestra un deterioro sorprendente para sus pocos años de uso. Pierde dinero a pesar de sus altas cuotas. Compite con una carretera federal que ofrece el mismo servicio de forma gratuita. Pasa por el centro de Chilpancingo, por la única razón de que esto facilita que sea bloqueada por grupos políticos. Ha sido rescatada ya una vez por los contribuyentes. Y está siendo reconstruida, a un costo muy elevado, debido a que desde el principio se planeó mal.

CONTAMINACIÓN AUDITIVA

El hotel Las Brisas de Acapulco es una leyenda. Construido sobre la roca de la montaña en 1957, arriba de la carretera escénica a Puerto Marqués, fue considerado en la década de 1960 como el mejor y más bello hotel del mundo. Muchas décadas han transcurrido desde entonces, pero el lugar mantiene mucha de la elegancia de antaño y la singularidad de sus cabañas con piscinas individuales. Los tiempos, sin embargo, han cambiado. Una discoteca cercana ha colocado en su techo una sección al aire libre desde la que suena música a todo volumen hasta las cinco o seis de la mañana. Los reglamentos urbanos no permiten, por supuesto, esta agresión constante a los vecinos y a los huéspedes de Las Brisas, pero en México la ley nunca se respeta. Me imagino que mucho dinero debe pasar de los operadores del antro al Gobierno acapulqueño de Félix Salgado Macedonio para permitir este abierto despliegue de contaminación auditiva.

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