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Jaque Mate| Globalización

Sergio Sarmiento

?Argumentar en contra de la globalización es como argumentar en contra de la Ley de gravedad?. Kofi Annan

París, Francia.- A pesar de la diversificación de los temas que se tocan en el Foro Económico Mundial de Davos, la globalización sigue absorbiendo una parte fundamental de las discusiones. No en balde ésta es la reunión académica a la que se le atribuye haberle dado nombre a este proceso. No es posible pensar en un Davos en que la globalización no ocupe un lugar especial.

Y los participantes que confluyen hacia los Alpes suizos para la reunión que formalmente empezará este miércoles 24 de enero tendrán ante sí información inequívoca de que la globalización, en vez de afectar el crecimiento de la economía mundial, la ha impulsado.

Este 2006 que acaba de terminar registró un crecimiento de 5.1 por ciento de la economía mundial, según el Fondo Monetario Internacional. Es la mayor cifra en los últimos 30 años. Habrá una ligera desaceleración en 2007, pero apenas a 4.8 o 4.9 por ciento. Una baja en la tasa de expansión de los Estados Unidos será fundamental en esta desaceleración; pero el continuo vigor de las economías en desarrollo, especialmente de China y la India, además de una pequeña recuperación de países como Alemania y Japón, mantendrán la tasa de crecimiento global.

Desde el año 2002, de hecho, la economía mundial ha estado creciendo con un vigor sorprendente. Si se mantienen las actuales tasas, esta primera década del siglo XXI será la de más rápido crecimiento económico ¡en toda la historia económica registrada de la humanidad! Ni el decenio de 1950 ni el de 1960 tuvieron un crecimiento tan rápido.

El comercio está teniendo un papel muy importante en este crecimiento. Las cifras de la Organización Mundial de Comercio muestran que el intercambio entre las naciones se expande a un ritmo superior al de la economía. En 2004 el crecimiento del comercio internacional fue de nueve por ciento. En 2005, si bien hubo una desaceleración, alcanzó una cifra de 6.5 por ciento. El crecimiento del comercio rebasa las cifras registradas en la década de los noventa. Y esto no incluye los servicios o el Internet. La globalización sigue acentuándose y promueve el crecimiento económico.

La gran pregunta, sin embargo, no es si el comercio y la economía están creciendo, pero si esto está ayudando a combatir la pobreza. La información disponible, una vez más, muestra que la pobreza no sólo está disminuyendo sino que los países y regiones que más se han incorporado a la economía global son los que están teniendo mayor éxito en la reducción de la pobreza.

En 1990, según el Informe 2006 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de las Naciones Unidas, el 27.9 por ciento de la población del mundo vivía en pobreza extrema: esto es, con un ingreso inferior a un dólar al día. Para 2002 esta cifra se había reducido a 19.4 por ciento. Es un progreso realmente extraordinario, que está teniendo lugar en un periodo de creciente internacionalización de la economía.

La reducción, sin embargo, en buena medida se concentra en Asia y en particular en los países que con mayor rapidez y entusiasmo se han incorporado a la economía global. En el este de Asia, que incluye a China, la pobreza extrema -definida por la gente que gana menos de un dólar diario- pasó de 33 a 14.1 por ciento de la población. En Asia sudoriental y Oceanía, donde se encuentran Malasia, Tailandia e Indonesia, cayó de 19.6 a 7.3 por ciento. En el sur de Asia, donde está la India, la baja fue menos dramática, pero de cualquier manera importante: de 39.4 a 31.2 por ciento de la población.

América Latina y el Caribe siguen teniendo un desempeño decepcionante. Si bien empezaron el periodo con una cifra relativamente baja de pobreza extrema, de 11.3 por ciento en 1990, sólo habían logrado reducirla al 8.9 por ciento para 2002. El que haya un avance debe ser aplaudido, pero claramente hay algo que no estamos haciendo bien los latinoamericanos. Si bien es cierto que muchos países latinoamericanos abrieron su economía en este periodo, claramente no acompañaron la apertura con medidas que les permitieran ser más competitivos.

El mayor fracaso del mundo se registra en el África subsahariana. De 1990 a 2002 su pobreza apenas extrema se redujo de 44.6 a 44 por ciento. Significativamente, ésta es la región del mundo que menos se ha incorporado a la economía global.

Las lecciones están ahí. La globalización sí ha sido un instrumento para generar crecimiento y combatir la pobreza. El que esta primera década del siglo XXI, en que la globalización ha alcanzado su pico, sea también la de mayor crecimiento en la historia no es coincidencia.

Pero también queda claro que la globalización por sí sola no es suficiente. Se necesita competitividad. Por eso Asia está creciendo tanto y está disminuyendo dramáticamente su pobreza. Y por eso Latinoamérica, que ha empezado en un nivel mucho más elevado de desarrollo, no está logrando avances tan notables.

ELECCIÓN FRANCESA

La seductora socialista Segoléne Royal era hasta hace poco favorita para ganar la elección presidencial francesa de este año. La selección del ministro del interior, Nicolas Sarkozy, como candidato de la derecha, un hombre conocido por su línea dura en materia de orden y seguridad, parecía confirmar la situación. Pero los sondeos de este fin de semana ya colocan a Sarkozy en primer lugar. Los franceses, al parecer, siguen manifestándose con la mano izquierda en el corazón pero votando con la mano derecha del bolsillo.

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