?Es muy peligroso escuchar. Si se escucha, corre uno riesgo de que lo convenzan?. Oscar Wilde
este lunes 12 de febrero el Instituto de Investigaciones Jurídicas llevó a cabo la primera sesión del seminario ?Constitución, democracia y elecciones: la reforma que viene? que se extenderá toda esta semana. Los profesores Lorenzo Córdova y Pedro Salazar, organizadores del seminario, montaron un programa interesante y profundo, con participaciones de personajes que representan los distintos puntos de vista de nuestro país en los temas que se tratan.
En la sesión inaugural estaba programada la presencia de Luis Carlos Ugalde, el presidente del Instituto Federal Electoral, quien canceló su participación argumentando que ese mismo día debía presentar la controversia constitucional en contra de los Poderes Legislativo y Ejecutivo por las instrucciones recibidas sobre la aplicación del presupuesto del IFE para 2007.
¿Fue ésta realmente la razón o buscó el presidente del IFE evitar una confrontación en el campus de la Universidad Nacional Autónoma de México? Es difícil saberlo. Algunos grupos simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador habían ya indicado que ?reventarían? la sesión y e impedirían que Ugalde hiciera uso de la palabra. Sin embargo, el IFE no dejó de estar representado en la sesión. El consejero Virgilio Andrade acudió en lugar de Ugalde y valientemente trató de presentar sus puntos de vista.
El esfuerzo resultó imposible. Si bien el grupo de simpatizantes de López Obrador era pequeño ?apenas alrededor de una veintena? estaba claramente organizado para ?reventar? la sesión. Desde el primer momento estos activistas se dedicaron a gritar, injuriar y acosar a Andrade, mientras coreaban lemas en apoyo a López Obrador. El consejero leyó como pudo su ponencia, pero no hubo una sola frase que estuviera libre de estas agresiones. Al final hubo también intentos por agredirlo físicamente. Los porros lo siguieron al estacionamiento para seguirlo hostigando y alguno le arrojó un huevo que no pegó en el blanco.
A pesar de todo, los organizadores decidieron continuar con el programa. El tono de confrontación, de hecho, bajó bastante en la siguiente mesa, en la que participaron Rosario Green del PRI y Carlos Abascal del PAN (Leonel Cota del PRD canceló de último momento y el reemplazo que prometió mandar nunca llegó). Aun entonces, sin embargo, el grupo de perredistas mantuvo la estrategia de hostigamiento, en este caso a Abascal. Los gritos no fueron tan constantes, pero sirvieron para mantener el ambiente de intimidación y el mensaje de que ciertos puntos de vista no son bienvenidos en la Universidad Nacional.
No es ésta la primera vez que los porros logran su propósito de evitar en la UNAM una discusión que incluya puntos de vista con los que no están de acuerdo. Se ha hecho ya común, de hecho, que en esta institución, que ha sido considerada durante mucho tiempo la máxima casa de estudios de nuestro país, estos grupos de choque mantengan un verdadero derecho de veto. Nadie puede expresar ahí ideas que no tengan su sello de aprobación. Y para lograr esta censura es común que se sirvan de gritos, amenazas e incluso violencia.
Lo paradójico del caso es que estos grupos de porros afirman que representan una posición ?progresista?. Llegan al extremo de acusar de ?fascistas? a todos los que piensan distinto de ellos. No se dan cuenta ?o quizá prefieren pretender que no lo hacen? que en los tiempos de Mussolini y de Hitler los fascistas eran los que usaban la fuerza para despojar a los demás del derecho al uso de la palabra y no los que trataban de expresarse a pesar de la violencia.
Los medios de comunicación, tristemente, nos prestamos también a este juego perverso. Así, presentamos como protestas legítimas lo que no son más que estrategias para ?reventar? reuniones. Les prestamos más atención a los porros y a sus gritos que a las ideas de fondo que se debaten en estos foros académicos. Nos convertimos así en aliados de aquéllos cuya función es acabar con la discusión las ideas.
La verdad, yo echo de menos los tiempos en que la UNAM y la izquierda eran baluartes de la lucha contra la intolerancia de los regímenes autoritarios. No entiendo por qué, para escuchar una discusión que incluya todas las voces sobre los temas realmente importantes del país, haya que acudir a una universidad privada.
Me preocupa, por otra parte, que quienes están siendo educados en la institución educativa más importante de nuestro país empiecen a considerar como algo natural ?reventar? seminarios a los que se invita a personas que representan posiciones distintas a las de los grupos de choque. Me niego a aceptar que la censura y la intolerancia deban convertirse en la regla del nuevo México que las ?fuerzas progresistas? piensan construir.
EL PEZ POR LA BOCA?
El ex presidente Vicente Fox nunca ha sabido aprovechar una oportunidad para quedarse callado. Esto lo demostró una vez más este lunes en el Kennedy Center de la ciudad de Washington cuando declaró que, si bien él fue derrotado por Andrés Manuel López Obrador en el proceso de desafuero, ?18 meses más tarde yo tuve la victoria. El día de la elección, el candidato de mi partido ganó?. Seguramente el presidente Calderón ya debe estar estudiando la posibilidad de enviar a Fox como representante permanente de México ante las islas Fiji. En su afán de hacerse el simpático, el ex presidente se ha convertido, sin duda, en una verdadera pesadilla para Calderón.