?La razón por la que hay tan poco crimen en Alemania es porque está prohibido por la ley?. Alex Levin
A partir de este año, la calcomanía 00, que permite no verificar un vehículo en la zona metropolitana de la Ciudad de México más que una vez cada dos años, será más difícil de obtener. El tener un auto nuevo no significa ya que pueda uno conseguir esa calcomanía de manera automática. Muchas marcas de vehículos sólo podrán recibir la calcomanía 0, la cual obliga a verificar dos veces al año, a pesar de haber salido apenas de la agencia.
Este endurecimiento de las reglas contra la contaminación es molesto, pero debe uno entender los beneficios que tiene para todos los habitantes de la zona. Por eso hay que aceptarlo incluso con una sonrisa.
El problema es que las mismas autoridades que tienen la responsabilidad de cuidar el cumplimiento de las reglas ambientales son quienes las violan también abiertamente y con impunidad.
Hace un par de días meditaba yo sobre este tema al ver un camión de basura de la delegación Álvaro Obregón que arrojaba nubes de humo negro mientras avanzaba por la avenida Revolución. Así, mientras los ciudadanos tenemos que hacer un esfuerzo adicional en el esfuerzo por lograr un bien común, limpiar nuestro ambiente, los vehículos del Gobierno se encargan de desplegar por todos lados su desprecio por este mismo esfuerzo.
No es ésta la primera vez que vemos que quienes trabajan en el Gobierno son los primeros en violar las leyes. Si los camiones de basura del Gobierno son los que más contaminan, las patrullas son también las que más abiertamente violan las leyes. Los semáforos, las vueltas prohibidas y los lugares en que está vedado el estacionamiento no se hicieron para los vehículos de la Policía.
Una investigación del reportero Antonio Morales, difundida por La Red de Radio Red, señalaba con claridad esta situación. Si bien todos los automovilistas de la zona metropolitana necesitan verificar sus vehículos para circular, el periodista señala que, de 2,787 unidades de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, sólo 746 estaban verificadas en el segundo semestre de 2006. En otras palabras, el 74 por ciento de los vehículos y patrullas de esta dependencia del Gobierno del Distrito Federal no estaba cumpliendo con una ley que se supone debe aplicarse a todos los ciudadanos por igual.
Esta información consta, según Morales, en un documento de la propia SSP emitido como respuesta a una solicitud presentada en las Oficinas de Información Pública de la propia secretaría. Según el Artículo 59 del reglamento de Tránsito de la SSP, todos los vehículos que no tengan ?el holograma de verificación vehicular de emisiones contaminantes? deberán ser remitidos a un depósito. Pero aparentemente no las patrullas o los vehículos de la autoridad.
Podrá parecer absurdo que uno exija que los vehículos oficiales cumplan la ley. Se me dirá que los policías tienen cosas más importantes que hacer que llevar sus patrullas a verificar, como lo tenemos que hacer con nuestros vehículos el resto de los mortales. Pero ahí radica precisamente uno de los grandes problemas de nuestro país. Nos hemos acostumbrado a pensar que las leyes se hacen para los gobernados, pero no para los gobernantes. Mientras que en otros países se espera que las autoridades, si acaso, sean más escrupulosas en el cumplimiento de la ley que cualquiera, en México se da por sentado que una de las ventajas de tener un cargo de autoridad, desde un policía hasta el presidente de la República pasando por toda la gama de cargos imaginable, es poder violar la ley con impunidad.
Este concepto debe cambiar. Una de las razones por las cuales los mexicanos le tienen tan poco respeto a la ley es por el hecho de que perciben que éste es un simple instrumento por medio del cual los poderosos hacen prevalecer sus intereses sobre los débiles. Cuando alguien deja de ser débil, lo primero que exige es el privilegio de violar la ley. Así, los policías se pasan los altos, se estacionan en lugares prohibidos o dejan de verificar sus vehículos no porque tengan alguna urgencia especial o por falta de tiempo, sino simplemente para señalar que se han alzado ya por arriba de la masa de ciudadanos comunes y corrientes que sí tienen obligación de acatar la ley.
Ésta es la misma actitud que prevalece cuando un Gobierno se toma la libertad de violar los reglamentos, por ejemplo, permitiendo bloqueos prolongados de vías de comunicación, siempre y cuando éstos sean realizados por gente de su propio partido.
Yo sé que se me ha acusado de ser un purista en el tema de la aplicación de la ley. Pero es importante que sepamos que una de las razones por las que vemos abusos y atraso en nuestro país es precisamente por esta idea de que la ley es una regla que se aplica sólo aquellos que no son suficientemente poderosos para hacer lo que les venga en gana.
BOLOCCO
Muchas han sido las críticas a Cecilia Bolocco, la esposa del ex presidente argentino Carlos Saúl Menem, por haberse presentado en la cena de gala previa al festival de Viña del Mar, en Chile, con un vestido transparente. Mi opinión, sin embargo, es que la ex Miss Universo demostró que una mujer de 41 años puede ser mucho más atractiva que cualquier adolescente anoréxica de esas que están de moda en estos días. Y ante quienes compadecen a Menem por tener una esposa que muestra sus encantos en público, quizá sea más apropiado reconocer la seguridad en sí mismo del ex mandatario argentino.