EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Jaque mate| Mesa de tres patas

Sergio Sarmiento

?Es necesario un nuevo IFE, ya que el Tribunal Electoral Federal ya fue renovado en su totalidad; y si el instituto no cambia, será como tener una mesa con tres patas?. Manlio Fabio Beltrones

Los mexicanos no podemos permitir que se destituya a los consejeros del Instituto Federal Electoral por haber hecho su trabajo. Las consecuencias de una acción de esta naturaleza serían desastrosas para la democracia mexicana.

Pero esto es precisamente lo que pretende una alianza compuesta por algunos miembros del PRD, entre los que destaca el senador Ricardo Monreal y algunos del PRI, particularmente el coordinador de los senadores de este partido y presidente del Senado Manlio Fabio Beltrones.

Las razones por las cuales unos y otros buscan este objetivo son muy distintas. Para los perredistas es importante castigar a los consejeros porque ellos suponen ?o pretenden suponer? que Andrés Manuel López Obrador perdió la elección presidencial del dos de julio de 2006 debido a una enorme conspiración en la que participó el IFE de manera protagónica. La destitución de los consejeros sería una forma de demostrar que la elección de Felipe Calderón fue fraudulenta y por lo tanto, inválida.

Los priistas han aceptado la legitimidad de la elección presidencial, pero no les vendría mal darle otro pequeño golpe al panista presidente de la República. El senador Beltrones, por otra parte, parece deseoso de eliminar a unos funcionarios electorales que en su momento fueron aprobados por el PRI, pero no por su PRI sino por el que encabezaba antes en la Cámara de Diputados la hoy odiada Elba Esther Gordillo.

Cualquiera que sea la razón, México no puede permitirse el lujo de destituir a los consejeros del IFE por haber cumplido con su responsabilidad. El mensaje sería desastroso: equivaldría a perder toda posibilidad de tener un IFE realmente independiente frente a los partidos políticos.

Las quejas contra la actividad del IFE durante y después de la elección son falsas y dolosas. Se cuestiona al IFE, por ejemplo, por no haber intervenido de manera vigorosa para censurar los anuncios con los que el PAN cuestionaba durante la campaña a López Obrador y lo presentaba como un ?peligro para México? o para impedir que el presidente Vicente Fox mantuviera sus anuncios de promoción de la obra de su Gobierno o hiciera declaraciones en contra de los populistas. Pero el IFE nunca ha tenido ?ni es a mi juicio bueno que tenga? la facultad de ejercer la censura.

El IFE discutió y votó sobre los anuncios negativos, un tema que hasta la fecha resulta muy controvertido y el asunto llegó finalmente hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que falló en contra de estos anuncios. Pero ni siquiera esta decisión le dio la posibilidad al IFE de ejercer una censura previa. En todos los casos fue necesario que los anuncios pasaran por un proceso de varios días para que finalmente pudieran ser sacados del aire. Nos podrá gustar o no, pero eso es lo que dice la Ley; y la función del IFE es aplicar la Ley electoral. Si queremos cambiar las reglas, y tener una censura previa, habrá que modificar la Ley y darle este derecho al IFE? pero tendremos que atenernos también a las consecuencias.

Como éste, hay muchos otros ataques infundados que se han hecho al IFE y a quienes colaboraron con él en el proceso electoral. Se dijo, por ejemplo, que el IFE había realizado un fraude cibernético a través del PREP, hasta que alguien se percató de que los votos que se cuentan no son los del PREP sino las boletas físicas que se depositan en las urnas. Andrés Manuel López Obrador, que primero adoptó la idea del fraude cibernético para después abandonarla y afirmar que la manipulación se había hecho a la antigüita, presentó para probarlo un video de la casilla 2227 de Salamanca, Guanajuato, en el que supuestamente un funcionario de casilla, Juan Gilberto Castro Razzo, ?embarazaba? una urna. Pero un Tribunal determinó esta semana que López Obrador difamó a Castro Razzo.

Permitir que se castigue a los miembros del consejo general del IFE por haber cumplido la Ley electoral sería un precedente negro en la historia de nuestra democracia. Destituirlos por que la coordinadora de los diputados del PRI que trabajó en su aprobación ya no pertenece a ese partido, sería un despropósito aún mayor.

Si los legisladores quieren cambiar la Ley electoral, que lo hagan: ciertamente hay mucho que puede mejorarse en la materia. Pero que no lo hagan castigando a unos funcionarios por cumplir con sus funciones y por acatar la Ley. Eso sería mucho peor que quedarse con una mesa de tres patas.

DOTE MATRIMONIAL

Como parte de los ataques con los que se busca descalificar al IFE, el presidente nacional del PRD, Leonel Cota, afirmó este 30 de enero que el presidente del consejo general, Luis Carlos Ugalde, había recibido 250 mil pesos de fondos públicos para pagar los gastos de su boda. El IFE ha señalado que Ugalde ni pidió ni recibió este dinero, a pesar que hay disposiciones que establecen una ?dote? de un mes de salario para empleados del IFE y de otras instituciones públicas que contraigan matrimonio. Ante esta información, Cota tiene obligación moral de disculparse públicamente o de mostrar pruebas que demuestren que, efectivamente, Ugalde obtuvo ese dinero. Y mientras en ésas andamos, no sería una mala idea derogar esa prestación tanto en el IFE como en toda la Administración pública.

Leer más de EDITORIAL / Siglo plus

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 258181

elsiglo.mx