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Jaque Mate| PERSPECTIVAS 2007

Sergio Sarmiento

?La mejor forma de predecir el futuro es inventarlo?.

Alan Kay

Una vez más el crecimiento económico de México resultará decepcionante en este 2007. Según la empresa Galilei Consulting, México ocupará el lugar 41 del mundo, de 62 países monitoreados, en términos de expansión.

Galilei Consulting calcula que México crecerá 3.3 por ciento este año. Esto nos coloca ligeramente por arriba de Irak, que registrará un avance de 3.2 por ciento a pesar de su guerra. Pero estamos muy por debajo de los líderes del mundo.

China sigue ocupando el primer lugar. En 2007 registrará, según Galilei, una expansión de 9.4 por ciento. Le siguen Kazajstán, Letonia (Latvia), Estonia, Vietnam y la India, todos con cifras superiores al siete por ciento. Hay en este grupo países que están surgiendo de un nivel muy bajo de desarrollo, como ocurre en Kazajstán -que además tiene petróleo?, Vietnam y la India. Pero también están ahí naciones bálticas como Letonia y Estonia, que cuentan con un nivel de desarrollo relativamente elevado, pero que están creciendo porque han aplicado buenas políticas económicas en los últimos años. Letonia y Estonia, a pesar de no contar con petróleo y gas, han logrado prosperar debido a que han hecho reformas fiscales de fondo, estableciendo tasas únicas (el famoso flat tax) y han mantenido políticas económicas sanas.

En séptimo lugar de la lista se encuentra Irlanda, un país de desarrollo ya elevado, pero que no ha dejado de crecer desde que llevó a cabo una reforma fiscal en los años ochenta. En ese entonces estableció también una tasa única para el Impuesto Sobre la Renta de las empresas. Para este 2007 se prevé que Irlanda registre una expansión de 6.8 por ciento.

El país latinoamericano con mejor perspectiva de crecimiento en este nuevo año será, una vez más, Chile. Éste se encuentra ubicado en el décimo lugar de la tabla con una perspectiva de expansión de 6.4 por ciento. Chile es un país que ha hecho también muchas de las reformas estructurales que se consideran importantes en estos momentos y que lleva ya varias décadas con un ritmo elevado de expansión.

No se requiere de mucha ciencia para saber por qué otros países del mundo están teniendo tasas de crecimiento superiores a la nuestra. La verdad es que nosotros, los mexicanos, no hemos hecho nuestra tarea. Tenemos un sistema fiscal absurdo que castiga a los causantes cumplidos y cautivos, y que deja a la mayoría -incluso a muchos ricos? libre de la obligación de pagar impuestos. El sistema recauda tan poco que el Estado mexicano carece de la capacidad para ofrecer el impulso que necesita el país en campos como la educación o la construcción de infraestructura.

En un momento en que los países del mundo pelean cada centavo de inversión, nosotros nos damos el lujo de rechazar la inversión productiva en aquellos campos, como la energía, donde ésta tiene consecuencias más importantes para la economía. Tenemos un sistema burocrático que se nutre de la parálisis y que hace que los esfuerzos por invertir y generar empleos se pierdan. Dedicamos más que cualquier otro país a la educación en términos de nuestro producto interno bruto o del monto total del gasto, pero desperdiciamos el dinero pagando sueldos en un sistema educativo sin rendición de cuentas ni criterios de calidad o encauzando grandes cantidades de dinero para mantener gratuitas las universidades incluso para quienes pueden pagar su instrucción.

Si volvemos la vista al mundo, encontraremos que hay otras formas de hacer las cosas. Las reformas fiscales que han hecho países como Letonia, Estonia e Irlanda nos demuestran la importancia de tener un sistema sencillo y equitativo. El énfasis que han dado a la inversión productiva otras naciones, entre ellas China, son también una lección para nosotros. Ni siquiera la ideología comunista ha sido excusa para limitar la inversión privada en energía en China.

México tiene derecho a tener un mejor futuro. No es lógico ni justo que tantos mexicanos sigan teniendo que arriesgar la vida para buscar empleo en Estados Unidos, cuando con unas cuantas reformas generaríamos aquí en el crecimiento que nos permitiría aumentar la oferta de empleos.

En este momento en que todos estamos haciendo propósitos de año nuevo, nuestros políticos deberían también hacer unos cuantos para el país. No es imposible que México crezca al 5 o 6 por ciento al año o incluso más. No haya nada en nuestra conformación genética o económica que nos limite a una expansión de apenas el 3 o 4 por ciento. Si Irlanda y Chile han mostrado que se puede crecer de manera consistente con unas cuantas reformas razonables, ¿por qué no podemos hacerlas también nosotros?

Se requiere para ello de tener una idea clara de cuáles son las reformas que realmente impulsan el crecimiento de un país. Y se necesita también la voluntad política para llevarlas a cabo. No es imposible. Pero si no empezamos pronto, estaremos condenados a seguir ubicados cada año entre los últimos países del mundo en materia de desarrollo.

HUSSEIN

Nadie duda de las atrocidades cometidas por Saddam Hussein, pero la ejecución del ex dictador iraquí es un error ético y táctico. Muchos países del mundo, incluso aquellos que apoyaron la guerra contra Irak, como el Reino Unido, tienen objeciones morales válidas a la pena de muerte. Ahorcar a Hussein quita una vez más una parte importante del sustento moral en que trataba de basarse la guerra de Irak. Pero además la ejecución de Hussein convierte a un tipo despreciable en un mártir y un héroe para millones de árabes y musulmanes en el mundo.

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