?Nadie ganará jamás la guerra de los sexos. Hay demasiada confraternización entre los enemigos?.
Henry Kissinger
Fue mi cotidiana compañera en la cabina de radio, Guadalupe Juárez, quien encontró la nota de la agencia informativa británica Reuters en el periódico Reforma. Sin adelantar nada de lo que tenía entre manos, súbitamente empezó a leer una cabeza que decía: ?Antes que sexo, ellas prefieren ropa nueva?.
Y continuó: ?La mayoría de las mujeres, ante la disyuntiva entre tener sexo y un guardarropa nuevo, optan por? la ropa. Una encuesta realizada entre aproximadamente mil mujeres de diez ciudades de Estados Unidos señala que la mitad estarían dispuestas a renunciar a tener relaciones sexuales durante 15 meses por un armario lleno de ropa nueva?.
Y la nota seguía: ?El dos por ciento de las encuestadas se declara dispuestas a abstenerse del sexo durante tres años en aras de renovar su guardarropa, mientras que el 61 por ciento expresó que sería peor perder su prenda favorita que renunciar a tener relaciones sexuales durante un mes.?
¿Sexo o ropa? La pregunta la hicimos al aire medio en broma y medio en serio y empezaron a llegar respuestas, principalmente de mujeres. Las opiniones, sin embargo, no se limitaron al programa de radio. A todo lo largo del día mis conocidos, y gente con la que me encontraba, me ofrecían sus puntos de vista sobre esta disyuntiva.
Alfredo Domínguez Muro, al comenzar sus comentarios deportivos, dijo que le parecía que los resultados de la encuesta eran más un reflejo de la actitud de las estadounidenses que de las mujeres en general. Pero al parecer las respuestas no son una cuestión de nacionalidad. La mayoría de las mujeres mexicanas que expresa su opinión, al igual que las estadounidenses de la encuesta, parecen preferir la ropa que el sexo, por lo menos en lo que dicen (no hubo forma de verificar si su actuación corresponde a sus palabras).
Los hombres que opinan, en contraste, se pronuncian en general por el sexo. Uno me dice: ?Para qué quieres ropa si ya tienes sexo??. Ahora bien, no estoy muy seguro qué concluir de esto. Quizá nos dice algo acerca de la obsesión de los hombres con el apareamiento? pero también nos puede explicar por qué en general los hombres se visten tan mal.
Hay algunas mujeres, sin embargo, que se pronuncian simple y llanamente por el sexo. Una recién divorciada dice que la falta de sexo en los últimos meses se ha convertido en una obsesión para ella y que cada vez le cuesta más trabajo no pensar en él. Esta mujer dice que no está dispuesta a acostarse con el primero que levante la mano, pero eso no significa que deje de pensar en el tema. ¿Y la ropa? Bueno ?dice? la verdad es que no es tan importante para mí.
La mayoría de las mujeres, sin embargo, se pronuncia sin resquicio de duda por la ropa. Las razones que ofrecen son diversas, pero hay una tendencia clara: ?Me gusta más?, dice una. ?Es más bonita?, afirma otra. ?Te dura más?, señala una tercera (¿¿¿¿????). ?Es más rica?, apunta otra más (¡¡¡¡!!!!).
Una mujer, casada desde hace ya muchos años, medita sobre el tema y después le dice con pragmatismo a una amiga: ?Definitivamente la ropa? Me toca más seguido?. La amiga me comunica de inmediato la respuesta.
Otras se apartan de la tendencia mayoritaria y obligan a imaginarse mil cosas: ?Sexo sin ropa?, dice una. ?Sexo con ropa?, responde otra.
Muchos me dicen que las mexicanas son menos materialistas que las estadounidenses y que, por lo tanto, deben inclinarse más por el sexo que por la ropa. Pero otra me sorprende al mirarme directamente a los ojos y decirme: ?Primero el sexo? después, si el sexo es bueno, la ropa llega?. El contraste lo da un joven alto que dice: ?La ropa? Si tú les compras ropa, el sexo viene en automático?.
No faltan algunas mujeres que se adaptan a lo que venga: ?¿Sexo o ropa??. ?Pues cualquiera... Lo que venga primero?. Otras lo quieren todo: ?Primero el sexo y después la ropa?.
En fin, es evidente que éste no es un sondeo científico. Sacar conclusiones definitivas sería muy arriesgado. Pero no cabe duda que el tema genera interés. Nadie se niega a contestar la pregunta y muchas son las respuestas que llegan de forma espontánea. Todo el mundo tiene una opinión que ofrecer sobre este asunto.
¿Sexo o ropa? Por lo menos puedo decir que la pregunta genera más interés que el uniforme militar del presidente, que la contienda por la Presidencia del PRI, que las afirmaciones de Andrés Manuel López Obrador de que él es el único y verdadero presidente legítimo de México o las de Marcelo Ebrard de que no aceptará encontrarse con el presidente Calderón sino hasta que éste deba entregarle la banda presidencial en el año 2012.
PRECIOS
El aumento del índice de precios al consumidor en enero, que fue de 0.52 por ciento, es elevado si consideramos que México está buscando regresar a una inflación de sólo tres por ciento al año. Pero la cifra no muestra esa inflación desaforada que los sindicatos dicen que está teniendo lugar y que están usando como justificación para exigir un aumento salarial de emergencia. De hecho, el alza es inferior a la que se registró en enero del año pasado, cuando la inflación no era tema ni para los políticos ni para los medios de comunicación. Por lo pronto el alza en los precios no es suficiente para que el Banco de México endurezca la política monetaria y provoque un alza en las tasas de interés. Y esto, cuando menos, es una buena noticia para la frágil economía nacional.