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Jaque Mate| Vacas gordas

Sergio Sarmiento

“Un banquero es un señor que te presta su paraguas cuando hace Sol pero que quiere se lo devuelvas en el momento en que empieza a llover”. Mark Twain

Acapulco.- Cómo han cambiado las cosas en una sola década. Cuando hace diez años los miembros de la entonces llamada Asociación de Banqueros de México se reunían en la convención bancaria, veían con terror cómo sus instituciones se fusionaban o eran intervenidas por el Gobierno, cómo fracasaban sus intentos de recapitalización ante la resistencia de inversionistas ya cansados de echar dinero bueno al malo o cómo sus bancos simplemente quebraban. Los políticos y los medios los cuestionaban por ese desplome, a pesar de que todos sabían que el problema había surgido de una crisis económica producida por los propios políticos.

Hoy las cosas son completamente diferentes. La banca mexicana acaba de concluir su año más rentable en la historia al registrar utilidades por 66 mil 749 millones de pesos, 33.65 por ciento más que un año antes. Pero estas cifras positivas no han hecho que se reduzcan las críticas. Por el contrario, hoy no se recrimina a los bancos por estar perdiendo dinero, sino por estar ganando demasiado.

El mayor cuestionamiento tiene que ver con las comisiones que los bancos cobran por sus servicios. Mucha gente se irrita al ver que las transacciones que hace le cuestan dinero. Y siente, quizá con justificación, que la nueva avalancha de utilidades de la banca la está pagando de su propio bolsillo.

Los bancos argumentan que las comisiones están bajando. El monto total sube, pero no porque aumenten los precios sino porque se están incrementando las transacciones. Esto quiere decir que, a pesar de las quejas, los clientes están encontrando que les es conveniente llevar a cabo todas esas transacciones por las que los bancos cobran comisiones.

También reflejan las comisiones una mayor gama de servicios disponibles. Hoy el cliente puede hacer transacciones en cajeros automáticos, por teléfono o por Internet. No necesita perder tiempo en colas interminables en las sucursales. Los servicios bancarios no sólo son más amplios sino que se han vuelto más eficientes. Y al hacer cobros que reflejan los costos de cada transacción, se están reduciendo los subsidios cruzados tan comunes en el pasado.

La bancarización de México avanza a paso acelerado. El número de trabajadores que recibe su sueldo a través de una nómina bancaria aumenta sin cesar. Son ya 12 millones los mexicanos a los que se les deposita su ingreso en una cuenta de la cual van sacando dinero a través de cajeros automáticos. Esto genera una mayor seguridad y un mayor control en el gasto familiar. Pero obliga también a conocer la forma en que operan los bancos y las comisiones que cobran. Algunos trabajadores, por ejemplo, se han dado cuenta con angustia de que sacar dinero en pequeños montos de cajeros automáticos de bancos diferentes al suyo puede despojarlos de una parte muy significativa de su ingreso en comisiones.

El propio Gobierno está impulsando la bancarización porque esto permite combatir la evasión fiscal. Por eso está promoviendo, a través de Boletazo, el uso de las tarjetas de débito, no para sacar dinero de los cajeros automáticos sino para hacer pagos directamente en tiendas y autoservicios.

Aun así, los propios banqueros están conscientes de que necesitan recuperar el papel en el otorgamiento de crédito que tuvieron en el pasado y que es indispensable para promover un mayor crecimiento de la economía nacional. Por eso ayer, ante el presidente Felipe Calderón, ofrecieron un agresivo programa de ampliación del crédito.

No hay duda de que hay mucho terreno por andar en este campo. El crédito bancario representa actualmente un 13 por ciento del Producto Interno Bruto, la suma de todos los bienes y servicios que se producen en la economía nacional. Ésta es una cifra muy inferior a la norma internacional y a lo que nuestro país tuvo hace relativamente poco tiempo. Antes de la crisis de 1994, efectivamente, la intermediación bancaria llegaba al 40 por ciento del PIB. Los propios banqueros esperan duplicar en este sexenio el raquítico 13 por ciento de hoy.

Ante la presión popular, algunos políticos han amenazado con establecer reglas que bajen artificialmente las comisiones. Pero es muy peligroso dejar en manos de burócratas las decisiones de precios de la banca. Es verdad que hoy la banca está viviendo tiempos de vacas gordas, pero nadie puede olvidar que hace apenas diez años la banca mexicana se desplomaba ante los ojos de todos sin que nadie pudiera hacer nada para impedirlo. Al final ese desplome, que en buena medida fue responsabilidad de errores de los políticos, nos costó a los contribuyentes casi un billón de pesos.

IMPOSICIÓN

Qué ha pasado con esa izquierda de antaño que se caracterizaba por su tolerancia y por su capacidad de enfrentar las controversias con la fuerza de las ideas. Ayer vimos un ejemplo de la otra izquierda, la que busca promover sus causas a través de la fuerza. Los grupos que se oponen a la reforma del ISSSTE se manifestaron violentamente a las afueras del Palacio Legislativo y sus diputados tomaron -¡una vez más!- la tribuna del pleno. Los perredistas se quejan de mayoriteo, pero consideran natural ganar votos por mayoría, ya sea en alianza, como lo hicieron en el Senado al rechazar el nombramiento de Carlos Hurtado como subgobernador del Banco de México, o por sí solos, como tantas veces lo han hecho en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

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