?Los reportes de mi muerte son una gran exageración?. Mark Twain
He escuchado muchas opiniones despreciativas al respecto de la elección que el PRI llevará a cabo este domingo, 18 de febrero, para elegir a un nuevo presidente de su comité ejecutivo nacional.
?¿A quién le interesa qué cadáver escogen para dirigir otro cadáver?? me decía hace unos días un amigo. Y es que para algunos grupos de la sociedad mexicana, particularmente para los círculos intelectuales de la capital de la República, el PRI es desde hace mucho tiempo un espíritu chocarrero que no se ha dado cuenta de su propia muerte.
Yo pienso, por el contrario, que la elección de este domingo es muy importante. A pesar de las humillaciones del dos de julio de 2000 y 2006, el PRI sigue siendo un partido de enorme influencia. No es sólo su presencia en el Congreso de la Unión y en los gobiernos de estados y municipios a lo largo y lo ancho del país. El PRI se ha convertido en el fiel de la balanza entre una izquierda encabezada por el PRD que se ha vuelto cada vez más intransigente y una derecha, en el PAN, que ha pecado muchas veces de arrogancia.
En este momento es virtualmente imposible impulsar una iniciativa en el Congreso sin el apoyo del PRI. Sus alianzas con el PAN o con el PRD son las que determinan el triunfo o la derrota de cualquier esfuerzo legislativo. Dado que el PAN y el PRD se nulifican mutuamente en el Congreso, el PRI está encontrando que tiene más fuerza que nunca, incluso más que en los tiempos de la Presidencia imperial, porque entonces el presidente de la República imponía sus posiciones sobre las del propio partido.
El PRI tiene hoy una oportunidad enorme para ocupar un lugar en el centro del espectro político que es el que refleja realmente la posición política de la mayoría de los mexicanos. El problema para el partido radicará en tener el valor de asumir esa posición.
Los propios priistas no parecen entenderlo. Muchos insisten en que ellos representan una posición de izquierda. Recientemente, tanto Rosario Green, la actual secretaria general del partido, como Beatriz Paredes, una de los principales contendientes por la presidencia del partido en la elección de este 18 de febrero, han declarado que son de izquierda y que el partido debe moverse hacia esa opción política. Lo curioso del caso es que ninguna de las dos ha tenido realmente una posición de izquierda en sus encargos públicos. Recordemos que Green fue secretaria de relaciones exteriores y Paredes subsecretaria de Gobernación con Ernesto Zedillo, quien no fue precisamente un gran líder de la izquierda mexicana.
Las encuestas de opinión, en contraste, muestran que los mexicanos ven al PRI como un partido de derecha. Esto es producto, en parte, del largo tiempo en que éste se mantuvo en el poder. Si el PRI da un viraje demasiado brusco a la izquierda, bien puede perder el apoyo de muchos mexicanos que votan por el PRI precisamente porque ven en él una opción conservadora.
Las únicas dos encuestas de opinión que se han llevado a cabo para la elección de este próximo domingo colocan a Beatriz Paredes adelante en la contienda por la presidencia del partido, enfrente de Enrique Jackson, que es el otro candidato fuerte. Se puede argumentar que hay dificultades técnicas importantes para encuestar una elección que no es abierta a la población en general, por lo que puede esperarse una sorpresa el día del sufragio. Lo importante para el partido, sin embargo, no es realmente quién gane la votación, sino qué papel asumirá después en la presidencia del partido.
La primera responsabilidad del nuevo presidente del PRI será, por supuesto, reconstruir al partido herido por la derrota del dos de julio de 2006. Tendrá que conciliar en los siempre conflictivos procesos de selección interna de candidatos con el fin de que el partido pueda seguir ganando elecciones locales en los próximos dos años. Posteriormente tendrá que negociar candidatos y guiar al partido en la elección a la Cámara de Diputados de 2009.
Sin embargo, la idea de que el presidente del partido puede negociar con el Gobierno del Calderón las reformas que se discutan en el Congreso es bastante ilusa. En los tiempos en que el presidente de la República tenía control absoluto sobre el partido, los legisladores priistas obedecían las órdenes que llegaban de arriba. Pero hoy eso es difícil o imposible. Son los coordinadores de bancada los que llevan la batuta, siempre y cuando no pretendan distanciarse demasiado del sentimiento de los legisladores, como ocurrió en el caso de Elba Esther Gordillo.
La elección de presidente del PRI de este domingo será muy importante para el país. México necesita un PRI que tenga una buena dirigencia y que ocupe un lugar en el centro del espectro político. No es imposible, pese a lo que muchos creen.
ESCUELAS PÚBLICAS PRIVADAS
La Sección 22 del SNTE le ha recordado al Gobierno Federal que mañana sábado 17 se vence el plazo para que éste cumpla sus compromisos firmados en octubre de 2006. Entre las demandas del sindicato oaxaqueño está que se le entreguen las escuelas que hoy están bajo control de padres de familias o de maestros disidentes. ?No queremos que nos entregue una escuela o dos ?señaló el vocero de la sección, Daniel Rosas-. Queremos el paquete completo?. Se trata de 260 escuelas. Pero qué curioso. Yo había pensado que las escuelas públicas eran del Estado mexicano. Ahora resulta que son propiedad de una Sección de un sindicato.