CANATLÁN, DGO.- Los hechos de violencia son evidentes, pero no para Jorge Roberto Ontiveros Amaya, director de Seguridad Pública.
De manera rotunda, el funcionario descalificó los pronunciamientos en el sentido de que existe un ambiente de inseguridad y de violencia en el municipio.
Comenta que lo sucedido son hechos aislados que en nada corroboran que exista esta ola de violencia; añadió que se debe tener responsabilidad en las opiniones emitidas en el sentido de esta situación que se esta presentando, pues la mayoría de las situaciones presentadas se relacionan con hechos en los que las rencillas han tenido fundamental participación.
Justificaciones
Sin embargo, lo anterior no significa que estos hechos no se tomen en cuenta, pues existe ya la actuación de la Dirección de Seguridad Pública Municipal en coordinación con la Dirección Estatal de Investigación (DEI); un claro ejemplo del trabajo realizado son los operativos viales en los que se revisa que los conductores no manejen en estado de ebriedad.
Tampoco se permiten menores de edad al volante y se exige la licencia de conductor, operativos que han dado resultados notorios, pues asegura que en las calles se vive un ambiente más tranquilo en comparación con meses anteriores.
Es bajo el índice delictivo
Canatlán, en comparación con otros lugares del país, registra un bajo índice delictivo; cualquier ciudadano puede salir a la calle con la garantía de que nada le sucederá, no existen registros de robos, asaltos o secuestros, aseguró Ontiveros Amaya.
El trabajo del Gobierno Municipal y de Seguridad Pública se está realizando; sin embargo, sí existen carencias que limitan mucho la actuación de la dependencia, ya que falta armamento y capacitación para los elementos. Presuntamente existen recursos que liberará la Federación; sin embargo, hasta el momento no hay una respuesta concreta.
Se carece de la cultura de la denuncia
El director de Seguridad Pública, Ontiveros Amaya, hizo la observación de que en Canatlán no existe cultura de la denuncia, pues de manera común las personas no concretan una acusación formal, lo que alimenta en mucho la corrupción al dejar libre a aquellos que cometieron el delito y que con seguridad volverán a delinquir.