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Jimulco, donde el bosque convive con el desierto

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Jimulco, donde el bosque convive con el desierto

Fabiola Pérez-Canedo El Siglo de Torreón

La parte sur del municipio de Torreón es rica por su biodiversidad. Un río, el Aguanaval, da vida a esta región conocida como Jimulco, considerada desde hace poco reserva ecológica. En ella existen tres ecosistemas diferentes en los que se desarrollan una flora y una fauna muy variada. Los ejidatarios de la zona están de acuerdo con el impulso de proyectos turísticos que generarían una importante derrama económica, siempre y cuando se respete el medio ambiente para que no ocurra lo que en Cuatrociénegas

TORREÓN, COAH.- Torreón tiene un trozo de bosque que convive con el desierto, sin embargo, pocos laguneros lo saben. En este lugar hay tres ecosistemas diferentes, también hay un río, un cerro que algunos han llamado el “Everest lagunero”, y toda una diversidad de animales y plantas.

La Reserva Ecológica de la Sierra y Cañón de Jimulco se encuentra a una distancia de 40 kilómetros de Torreón y abarca 60 mil 400 hectáreas. Para llegar, hay que salir por El Huarache y tomar la carretera a Nazareno.

A la entrada del primer ejido, Juan Eugenio, un solitario letrero en mal estado anuncia la llegada a Jimulco y establece las reglas a las cuales deben ajustarse los visitantes.

“Se prohíbe tirar basura”, pareciera una advertencia que los visitantes no leen, pues a ambos lados de la carretera se observa basura y, al ingresar un poco más a la sierra, abundan las llantas, pañales y desperdicios domésticos, pero no hay quién sancione ni quien vigile.

En Jimulco hay seis ejidos y dos comunidades: Juan Eugenio, Jalisco, La Flor, Trinidad, Jimulco, La Colonia, Pozo de Calvo y Barreal de Guadalupe.

En total, viven aquí cinco mil habitantes. Benito Moreno Frayre, secretario de la Asociación Civil de la Sierra y Cañón de Jimulco, explica que son 800 los ejidatarios propietarios de estas tierras y él es uno de ellos.

Dice que se busca que la reserva ecológica sea punto de visita para el ecoturismo, sin embargo, reconoce que aún no están preparados para recibir a turistas, aun cuando sean regionales.

“Es un lugar bellísimo, tenemos venados, aves de diferentes tipos, la flora y la fauna es única, además, tenemos tres ecosistemas diferentes”, manifiesta, “en Semana Santa cada vez vienen más visitantes pero todavía no estamos preparados, la gente está recibiendo capacitación, nos están ayudando con eso porque hay que saber tratar al visitante y tener un control para que sigan las reglas de la reserva”.

Los ejidatarios le temen a la depredación que pueda generar el turismo. Para ellos, está presente el fantasma de Cuatrociénegas, cuyo sector denominado Las Playitas, no se ha recuperado luego que más de 15 mil jóvenes visitaron el área protegida en la Semana Santa de 2004 y causaron destrozos al internarse en zonas prohibidas.

“Tiene que ser muy bien planeado para que no pase como en Cuatrociénegas, fue un desastre total”, dice Arturo Orona Pereyra, director de la Reserva Ecológica de la Sierra y Cañón de Jimulco.

Para los pobladores es muy importante la vigilancia policiaca, pero en un recorrido de alrededor de siete horas por la reserva, no se observó ninguna patrulla de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM) que hiciera un rondín en este sector. Los habitantes de Jimulco coinciden en que “las patrullas por acá no se aparecen”.

La región de Jimulco es rica en recursos naturales, cuenta con plantas de ornato, medicinales, de alimento y útiles para la elaboración de artículos; también existen aquí minerales como la bentonita y el cobre.

Algunas de las especies vegetales que pueden encontrarse en Jimulco son el maguey, sotol, lechuguilla, mezquite, huizache, nopal, noa, orégano, candelilla; entre la fauna se pueden ver víboras de cascabel y coralillo, correcaminos, coyotes, liebres, halcones, lechuzas, camaleones, venados, ardillas, mapaches, águilas y zenzontles, entre otros.

Orona Pereyra considera que, en términos de turismo, Jimulco tendrá frutos a mediano y largo plazo. Y es que luego de décadas de ser olvidados por las autoridades, los ejidatarios lograron este año que la Comisión Nacional Forestal (Conafor) les otorgara 1.7 millones de pesos para la reforestación del suelo porque la reserva tiene la montaña prioritaria número 61 a nivel nacional. De esta forma, los locatarios serán apoyados con un estudio de impacto ambiental sobre la flora y fauna, que plasmará las acciones que se requieren para conservar la reserva.

El estudio estará listo en un mes y será parámetro para que la Conafor otorgue otro subsidio a los pobladores para la conservación de la zona. Jimulco ofrece campismo, caminata, la observación de monumentos históricos, pinturas rupestres, gastronomía de la región, cultura, artesanías, observación de flora y fauna.

El director de la reserva considera que ha faltado coordinación con las partes involucradas para que los impulsos de Organizaciones No Gubernamentales, empresarios y Gobierno de los tres niveles verdaderamente lleguen a Jimulco y se concreticen los proyectos, que a la fecha han sido meros intentos por limpiar la zona.

Orona Pereyra explica que, ante la falta de señales, los visitantes pueden aventurarse a visitar la parte plana, sin embargo, forzosamente se requiere de guías para recorrer la sierra.

Al suroeste del sector, por un largo camino de terracería donde se construye ya la carretera, se llega al Barreal de Guadalupe, inicio del Cañón de la Cabeza.

Aquí el desierto se transforma conforme se sigue por el borde del río Aguanaval. Lo primero que llama la atención son los sabinos que tienen cerca de medio siglo, sauces, huizaches, y al filo del Cañón el bosque de pino-encino.

Benito Moreno explica que en Jimulco hay tres ecosistemas distintos: el ripario, el xerófilo y el pinar. El primero abarca a los parajes de los cañones de El Realito y De la Cabeza, así como los bordes del Aguanaval; el segundo se encuentra en la mayor parte de los cerros y la llanura; el tercero al llegar al final del Cañón, donde se une Coahuila con Durango.

En Jimulco se localiza el Cerro del Picacho, “el Everest lagunero” según investigadores de la asociación civil Biodesert, pues en su cumbre alcanza los tres mil 120 metros. En este cerro existen asociaciones de plantas y animales de diferentes ecosistemas que conviven entre sí como si se olvidaran de la biología.

Arturo Orona señala que en los siguientes cinco años, la Conafor otorgará un subsidio de cerca de 350 pesos por hectárea a los ejidos de Jimulco, esto significa que, si un ejido tiene un área de mil hectáreas que quiere meter al programa de conservación de biodiversidad, este subsidio sería de 350 mil pesos anuales durante cinco años.

“En la Reserva Ecológica hay seis ejidos, algunos aportan más superficie en cuestión de áreas conservadas que otros, por ejemplo, hay localidades con dos mil a dos mil 500 hectáreas, cada ejido va a tener su estudio porque cada quien tiene diferente área de conservación, los resultados estarán listos antes de la primera quincena de enero”, comenta.

De esta forma, los ejidatarios recibirán un subsidio “por conservar”, porque cuentan con un área que no pueden aprovechar debido a que no tienen las condiciones para ello. Así, los ejidatarios deben mantener la zona tal y como está, dentro del concepto denominado pago por servicios ambientales.

“Esta conservación implica agua, producción de oxígeno, captación de dióxido de carbono, la Federación paga a los ejidatarios porque gracias a ellos hay muchos beneficios para los ciudadanos de Torreón en términos de ecología”, explica.

“Con arriba de cuatro mil hectáreas de bosque de pino que tiene Torreón, es el aspecto de la sustentabilidad”, agrega. En la reserva se busca construir cabañas acorde a la ecología donde los turistas puedan pasar la noche, además de delimitar espacios determinados para acampar, colocar más señalización y botes para la basura.

Ignacio Corona Rodríguez, delegado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), explica que hace unas semanas se entregaron al Ayuntamiento recursos por 500 mil pesos para la construcción de cabañas que sirvan para impulsar el proyecto ecoturístico.

“Uno ni se imagina que cuenta el municipio de Torreón con un área boscosa y biodiversidad tan variada como la que hay en Jimulco, pero necesita contar con la infraestructura y las instalaciones adecuadas para recibir a los visitantes y en este sentido se entregó medio millón de pesos por parte de la Sagarpa”, manifiesta.

En la Semana Mayor de 2007, Jimulco recibió cerca de mil 700 visitantes de diferentes partes de la región, tan sólo en los tres Días Santos. Fuera de esta temporada, son muy esporádicas las visitas porque la gente desconoce los sitios a donde pueden ir en la Reserva.

“El comportamiento va a la alza, llevamos ya cuatro operativos de Semana Santa, en el primer operativo fueron cerca de 600 personas nada más las que lo visitaron, ha ido aumentando en 300, este año fueron mil 700, se va viendo que sí va a la alza”, comenta Arturo Orona.

El director de la Reserva considera que el futuro de Jimulco y de sus pobladores está ligado a la promoción del turismo en esta región, donde los proyectos comienzan a tomar forma. “Ellos tienen que participar muy activamente en todo esto pero necesitan el apoyo de la autoridad, en la Federación ya han tenido eco, siguen el Municipio y el Estado”, comenta.

Algunos datos

La Sierra y Cañón de Jimulco abarca 60 mil 400 hectáreas y se encuentra a una distancia de 40 kilómetros de Torreón.

■ Para llegar, hay que salir por El Huarache y tomar la carretera a Nazareno.

■ Son ocho ejidos: Juan Eugenio, Jalisco, La Flor, Trinidad, Jimulco, La Colonia, Pozo de Calvo y Barreal de Guadalupe.

■ Son 800 los ejidatarios propietarios de las tierras.

■ En la comunidad, hay cinco mil habitantes.

■ El punto más alto es el Cerro del Picacho, que está a tres mil 120 metros sobre el nivel del mar.

■ Cuenta con tres ecosistemas: bosque galería, vegetación xerófila y bosque pino encino.

■ El año pasado, fue denominada por la Comisión Nacional Forestal como la montaña prioritaria número 61 a nivel nacional.

FUENTE: Asociación Civil de la Sierra y Cañón de Jimulco

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