Islamistas gritan consignas durante una protesta en contra de la operación de las Fuerzas de Seguridad de Paquistán en la Mezquita Roja en Islamabad. (EFE)
Lahore, Pakistán.- Los islamistas paquistaníes protagonizaron ayer una jornada de protestas pacíficas en las principales ciudades del país para condenar el asalto a la Mezquita Roja, en el que la alianza religiosa Muttahida Majlis-e-Amal (MMA) mantiene que murieron “al menos mil estudiantes”.
El MMA, un conglomerado islamista de seis partidos, había instado a los musulmanes a manifestarse contra los hechos de la Mezquita Roja, un feudo radical en el corazón de Islamabad asaltado por el Ejército en la madrugada del lunes al martes.
Tras los rezos del viernes, las principales ciudades de Paquistán fueron testigo de las manifestaciones de los islamistas, aunque el número de asistentes no llegó al millar en ninguna de ellas.
“La tragedia de la Mezquita Roja es el capítulo más negro de la historia de Paquistán, porque ningún dictador había hecho antes este daño a la nación”, dijo en la manifestación de la ciudad sureña de Karachi el vicesecretario general de la Jamaat-e-Islami -una de las fuerzas de la coalición-, Chafur Ahmed.
En Islamabad, los participantes portaron pancartas contra el presidente paquistaní, Pervez Musharraf, y en la ciudad oriental de Lahore el presidente del MMA, Husain Ahmed, acusó a las autoridades de manipulación y dijo que denunciará a Musharraf por el asesinato de niños inocentes.
De forma paralela a las protestas políticas se han producido ya varios actos violentos como supuesta respuesta al asalto, como los dos atentados suicidas que el jueves, causaron once muertos en el valle norteño de Sawat y la ciudad occidental de Miran Shah.
En Sawat, las fuerzas de seguridad han prohibido el movimiento de la población, mientras que en Miran Shah, en el cinturón tribal paquistaní, murieron ayer tiroteados otros tres líderes locales favorables a Musharraf, informó la cadena de televisión Geo Tv.
Los ataques contra las fuerzas de seguridad se registran en las áreas más proclives a los islamistas, en la provincia de la Frontera Noroeste, donde la alianza MMA, muy crítica con la relación que mantiene Musharraf con Estados Unidos, ostenta el poder regional.
Aunque las formaciones islamistas han condenado la operación sin paliativos, la respuesta de la segunda fuerza del país, el Partido del Pueblo de Paquistán (PPP), liderado por la ex primera ministra Benazir Bhuto -en el exilio-, ha sido más tibia.
Bhuto aplaudió el martes desde Londres la intervención en la mezquita, al asegurar que un alto el fuego con los insurgentes sólo habría servido para envalentonarles.
En plena ola de reacciones, el general Musharraf defendió anoche en un discurso la operación contra la Mezquita Roja al asegurar que combatirá y destruirá el extremismo religioso “en todos los rincones del país”.
Aunque Musharraf se mostró “triste” por la pérdida de vidas, el recuento final de víctimas es otro frente de polémica.
