EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El caso se complica. Nelson Aníbal, arraigado por un probable homicidio, reitera que fue torturado por ministeriales para confesar un crimen. Nora Solís, coordinadora de Homicidios desconoce la tortura. Manuel Solís, padre de una jovencita desaparecida señala: ?Para mí no es viable ningún ?chivo expiatorio?, quiero pruebas?.
En una habitación del hotel California, Nelson Aníbal Hernández Carmona relata que para firmar su confesión ?voluntaria?, los agentes ministeriales le colocaron una bolsa de plástico en la cabeza, lo tenían amarrado de manos por la espalda y con un embudo le echaban agua por la boca.
?Todo el tiempo me dijeron mentiras, que todo iba a salir bien, yo no más tenía que decir que conocía a Adela, luego cuando constataba la verdad me golpeaban hasta que respondiera lo que querían?, dice Nelson, quien todavía se ve con secuelas de golpes.
?Sí hubo una llamada donde señalaban que una persona había hecho algo a una joven, pero a nosotros nos llegó un reporte donde Nelson se entregó en la Colón, confesando el crimen?, dice Nora Elida Solís Castañeda, funcionaria de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
María del Carmen Castañeda, madre de Adela Jazmín, desaparecida el dos de junio, no pierde la esperanza: ?Yo sé que mi hija está viva, lo siento en el corazón? y luego reconoce que al Nelson ?nunca lo mencionaron en las primeras investigaciones, es muy extraño que ahora aparezca de esta forma?.
?Nosotros queremos encontrar a nuestra hija, si dicen que encontraron huesos tienen que comprobar que son de ella, imagínese como estamos, con una incertidumbre que no se acaba, pero no por eso quiero que me presenten un culpable sin pruebas?, repite Manuel Solís.
Por su parte, en su arraigo de 15 días dictada por la titular del Juzgado Tercero del ramo penal, María Luisa Valencia García, la voz se le quiebra a Nelson y dice que desde el miércoles lo detuvieron en Gómez Palacio, que no le daban de comer y lo traían encapuchado, ?a los que me torturaron si los reconozco por la voz?, dice.
Como se informó en su oportunidad, a las 3:00 horas del sábado 24 de febrero, se dictó la orden de arraigo por la probable responsabilidad en el delito de homicidio, en agravio de Adela Jazmín Solís Castañeda, contra Nelson Aníbal Hernández.
Para la PGJE el único indicio relevante es la confesión. Un caso similar ocurrió en 2006, cuando Juan Romero Cansino, fue detenido y acusado del homicidio de una mujer en febrero y ya en prisión, el 18 de julio, se presentó otra persona que confesó el crimen, logrando así su libertad el primer inculpado.
La diferencia de los casos es que en el de 2006 había un cadáver, es decir, había un homicidio. En el caso actual, Nora Elida Solís reconoce que no hay cuerpo, pero argumenta que se tienen que agotar las líneas de investigación.
A los padres de Adela Jazmín se les hace saber que en la confesión que derivó el arraigo, Nelson dice que privó de la vida a Adela en marzo de 2005, ?así no puede ser cierto, porque mi hija desapareció el dos de junio (de 2005)?, dice María Castañeda.
