En el país existen casi 1,200 universidades particulares, pero la propia SEP reconoce que dentro de ese universo existen instituciones que no cumplen con los requisitos para que se les considere como verdaderas universidades. (El Universal)
En los últimos seis años un número importante de estudiantes que fueron al sistema privado lo hizo a las llamadas universidades de ‘garage’ o ‘patito’.
La apuesta del Gobierno Federal para abrir mayores oportunidades en la educación superior a través de la creación de 87 instituciones de educación superior “fue insuficiente”, puesto que en seis años el sistema público sólo creó 39 mil espacios frente a los casi 115 mil 800 lugares que se abrieron en el sistema privado.
Un número importante de estudiantes que fueron al sistema privado lo hizo a las llamadas universidades de “garage”, “patito” o que “no han consolidados su planta académica e infraestructura”.
“Hay que preguntarse por qué los estudiantes y las familias están prefiriendo este tipo de instituciones que no garantizan estudios de calidad en lugar de ingresar a las universidades o instituciones que abrió el Gobierno Federal”, plantea Marisol Silva Laya, investigadora de la Universidad Iberoamericana.
En un estudio que realiza en ese mismo sentido el Banco Mundial asegura que en México las oportunidades de educación crecieron para las “familias ricas”, puesto que el 60 por ciento de los espacios de las universidades públicas y privadas es ocupada por jóvenes procedentes del grupo con más altos ingresos económicos.
Por lo que al evaluar las nuevas opciones universitarias creadas en el sexenio anterior, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recomienda evaluar cómo han funcionado esas instituciones, su impacto en la economía y en el sistema educativo antes de crear más “universidades” de ese tipo.
“Una evaluación como la que se sugiere analizaría por qué razón no se han alcanzado las metas de matrícula”, expone el “Análisis Temático de la Educación Terciaria, documento de evaluación de la educación superior al finalizar el sexenio foxista por parte de la OCDE.
De hecho las opciones tecnológicas que creó el Gobierno “no han generado un cambio significativo en la demanda de los estudiantes que prefieren cursar estudios de licenciatura”.
Privilegio de ricos
El Banco Mundial encontró que si bien la matrícula de estudiantes de educación superior en América Latina y el Caribe se incrementó, las oportunidades para encontrar un lugar en las licenciaturas crecieron “sobre todo para los estudiantes provenientes de familias ricas”, planteó Kristian Torn, especialista en educación del Banco Mundial.
Los jóvenes que pertenecen al grupo de “familias ricas” -con los más altos ingresos económicos- en México ocupan acaso el 60 por ciento de los lugares que ofrecen las universidades, en contraste con el cinco por ciento que alcanzan los de estudiantes de las familias más pobres, expuso en la reunión sobre Crédito Educativo que se realizó en Lima, Perú.
Tal disparidad revela la forma acentuada de desigualdad en las oportunidades educativas en nuestro país, plantea el especialista.
Casos como el de Colombia en el que los alumnos provenientes de las familias de mayores ingresos ocupan el 50 por ciento de las plazas universitarias lo ratifica. Lo mismo que Perú en donde ese grupo de estudiantes “ricos” cubren el 55 por ciento de los espacios universitarios; el 35 por ciento en Argentina; 42 por ciento en Estados Unidos y 32 por ciento en España.
Muchas instituciones con pocos estudiantes
En México el sistema universitario está integrado por mil 892 instituciones, pero si se considera que en el caso de las particulares hay algunas que cuentan hasta con 14 sedes en distintas ciudades, existen mil 976 instituciones universitarias, contabiliza el reporte de la Secretaría de Educación Pública (SEP) al finalizar la gestión de Vicente Fox.
De ese total casi mil 200 unidades son de tipo particular. Sólo que la propia SEP reconoce que dentro de ese universo existen instituciones que no cumplen con los requisitos para que se les considere como verdaderas universidades, en el sentido estricto de complementar sus actividades con investigación, creación del conocimiento y difusión de la cultura.
En el país éstas 741 “universidades” que en sus aulas atienden entre uno y 500 estudiantes representan el 62.8 por ciento de la oferta privada y otras 116 instituciones que atienden en sus aulas hasta mil jóvenes.
En el estudio de balance del cumplimiento de las metas del Gobierno del ex presidente Vicente Fox, Marisol Silva Laya especialista de la UIA reportó a los rectores de más de cien universidades públicas y privadas del país, afiliadas a la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), que se debe hacer un alto en el respaldo a la creación de más universidades de tipo tecnológicas, politécnicas, institutos tecnológicos y las llamadas interculturales para analizar su pertinencia con el sector productivo, así como los intereses de los propios jóvenes.
En este periodo la matrícula de educación superior se incrementó en más de 470 mil alumnos, sólo que en lugar de abrir espacios para atender dos millones 800 mil jóvenes y cumplir la meta presidencial, se llegó a poco más de dos millones 500 mil estudiantes.
De tal forma que a pesar de la creación de esas 87 nuevas instituciones el Gobierno foxista reportó al final un déficit de 310 mil nuevos lugares para los jóvenes en las universidades del país, tanto en el sistema escolarizado como el de a distancia y abierto.
Otro elemento de crítica, refiere, Silva Laya, del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación, es que “se favoreció” el crecimiento de instituciones que tienen un menor costo por alumno.
También cuestiona la distribución de esas nuevas instituciones, puesto que se dejó al margen el crecimiento de oportunidades educativas en estados con alta recepción de migrantes jóvenes como Chihuahua o Sinaloa y Yucatán y Colima.
