La belga Justine Henin, número 1 del mundo y primer cabeza de serie en Wimbledon, venció ayer en el encuentro de cuartos de final a la estadounidense Serena Williams, séptima favorita, por 6-4, 3-6 y 6-3 en 1 hora y 45 minutos. (AP)
LONDRES, INGLATERRA.- En un partido muy disputado, la tenista belga Justine Henin no cedió ante la presión de la dos veces campeona del torneo de Wimbledon, la estadounidense Serena Williams, y la venció por 6-4, 3-6 y 6-3 para alcanzar las semifinales del certamen.
Después de una hora y 45 minutos de acción de un choque muy igualado, la número uno del mundo y máxima favorita hizo valer su condición para imponerse a la menor de las hermanas Williams, y así eliminarla del torneo.
Henin fue la primera en tomar ventaja, aunque la reacción de la monarca aquí en 2002 y 2003 no tardó en aparecer para agenciarse el segundo parcial y obligar a un definitivo.
La tres veces campeona en Roland Garros dejó en claro que hoy en día es ella quien domina la Asociación Femenil de Tenis (WTA), tras superar a la séptima sembrada en el tercer Grand Slam de la temporada para avanzar a la ronda de las mejores cuatro.
A lo largo de encuentro, los ocho servicios as no sirvieron a la estadounidense, quien pese a que no cometió dobles faltas, por las siete que sí registró su rival, los 25 winners y 81 puntos ganadores de Henin fueron determinantes para la victoria.
En la semifinal, la belga chocará con la francesa Marion Bartoli (18), quien logra así su mejor participación en cualquier Grand Slam tras remontar el marcador para ganar a la holandesa Michaella Krajicek (31), por 3-6, 6-3 y 6-2, en una hora y 52 minutos.
Por su parte, en un partido de cuarta ronda, la estadounidense Venus Williams dio cátedra de tenis a la segunda raqueta del mundo, la rusa Maria Sharapova, y en una hora y 29 minutos de acción la superó por 6-1 y 6-3 para eliminarla.
Ahora, la tres veces campeona del torneo de Wimbledon (2000, 2001 y 2005) peleará por un boleto a las semifinales ante la rusa Svetalana Kuznetsova, quinta favorita al trono que dejó vacante la víspera la francesa Amelie Mauresmo.
Duelo de dobles rompe récord de duración
Tras seis horas y 13 minutos de acción, ayer llegó a su fin el partido más largo en la historia del torneo de Wimbledon, el cual se dio en el dobles varonil donde los brasileños Marcelo Melo y Andre Sa se adjudicaron la victoria.
En la segunda ronda del certamen de parejas en el tercer Grand Slam de la temporada, Melo y Sa requirieron de cinco sets para imponerse al australiano Paul Hanley y el zimbabuense Kevin Ullyett, por parciales de 5-7, 7-6 (7-4), 4-6, 7-6 (9-7) y 28-26.
Debido a las interrupciones por lluvia, el choque tuvo que disputarse por lapsos en cuatro diferentes días, y fue hoy cuando por fin pudo terminar con un gran triunfo para los sudamericanos, que entraron en la historia con ese récord.
Cada una de las primeras cuatro mangas no superó los 50 minutos de duración, mismas que repartieron para obligar al quinto parcial que se disputó en la cancha 16 del All England Club.
Nadal y Soderling se dijeron de todo
¿Quién puede culpar a Rafael Nadal y Robin Soderling por estar hastiados de verse todos los días?
Después de todo pasaron una eternidad tratando de completar un partido de tercera ronda en el que Nadal salió ganando ayer por 6-4, 6-4, 6-7 (7), 4-6, 7-5.
Wimbledon tiene fama de ser un sitio plácido, pero ambos jugadores se dispararon dardos verbales una vez concluyó un partido que en principio debió disputarse el sábado.
El español Nadal, quien muy rara vez se muestra enfadado, criticó duramente a Soderling. “Es un chico extraño”, dijo Nadal sobre el sueco. “Yo le he saludado, a lo mejor, siete veces desde que estoy en el circuito, y no me contesta nunca. He preguntado a otros jugadores y no es sólo conmigo”.
Y es que a Nadal no le gustó la actitud de Soderling cuando el tricampeón de Roland Garros sufrió una caída. Tampoco le gustó el que Soderling celebró levantando el puño, en vez del ademán de disculpa, al ganar un punto con la ayuda de un pique favorable en la malla. “Peor imposible”, fue su respuesta cuando le preguntaron sobre el comportamiento de Soderling.
“Parece que algo le picó. Hoy le entró por quejarse”, dijo Soderling. “Si a mi rival es el beneficiado del golpe de suerte y no me dice 'lo lamento', yo no le doy importancia. Es algo normal. ¿Porqué tengo que lamentarme cuando es el momento más feliz de mi vida?”.