La Camerata y Meissner se llevan la ovación

EL SIGLO DE TORREÓN

TORREÓN, COAH.- Un concierto elegante, lleno de misterio y energía fue el que ofreció la Camerata el viernes en su novena presentación de la Primera Serie de la Temporada 2007, bajo la dirección de Michael Meissner. La noche inició con una orquesta más pequeña de lo acostumbrada y las obras de Sibelius abriendo con Valse Triste, una melodía que fue escrita para acompañar la obra Kuolema. La música de Sibelius logró retratar a la perfección el tema de la obra que gira en torno a la danza de la muerte entre una mujer moribunda y un campesino. Melancólicos fueron los pasajes de Pelleas y Mélisande compuesto por ocho diferentes movimientos que fueron de la mano entre lo sublime y lo sombrío. Después del intermedio llegó el momento de escuchar la Serenata No. 2 de Johannes Brahms, que deja de manifiesto la técnica y la pasión de Meissner en la batuta, la obra se compone de cinco movimientos muy bellos y enigmáticos, palabras que definirían el concierto, tal y como estaba prometido. El primer movimiento de esta espectacular segunda parte, fue un allegro moderato que como su nombre lo indica fue dinámico pero moderado, luego un más enérgico Scherzo Vivace para dar paso al movimiento protagonista de la noche que fue el famoso adagio non troppo en el cual Brahms escribió con gran intensidad a pesar de haberlo escrito cuando apenas tenía 26 años, esta profundidad de la obra y las exigencias que significa el autor fueron perfectamente transmitidas por la Camerata que contagió el ambiente en el que se desenvolvía el legendario autor. Figuras en el aire se dibujaron toda la noche con la batuta de Meissner y los sonidos de la Camerata que fueron ovacionados por el público lagunero obligándolos a regresar al escenario y ofrecer un encore de uno de los movimientos de la Sinfonía de Brahms.