Margarita Zavala confiesa que extraña su vida de antes del primero de diciembre del año pasado. (El Universal)
Margarita Zavala asegura que ni se ha metido ni tratará de influir en las decisiones del presidente o de los integrantes de su Gabinete. Sobre el PAN, señala que no le debe nada el partido
EL UNIVERSAL
MÉXICO, DF.- Ella no titubea, habla con serena firmeza, sin aspavientos: “Como abogada y estudiosa del derecho, tengo claras muchas cosas, no soy funcionaria pública, la ciudadanía votó por Felipe Calderón, lo eligió como presidente de la República a él, a nadie más”. Por ello, Margarita Zavala asegura que ni se ha metido, ni tratará de influir en las decisiones del jefe del Ejecutivo o de los integrantes de su Gabinete.
Y agrega: “la verdad es que tenemos un gran presidente. Yo confío en él y en su equipo. Yo tengo otros papeles en los que a mi nivel puedo ayudar. Todos debemos hacerlo, nadie se debe quedar en su casa y lo reitero, está muy claro, fue a Felipe Calderón a quien eligieron”.
Está en su oficina, en una de las casonas de la residencia oficial de Los Pinos. Pidió a Lucia Godínez que no fotografiara su escritorio, porque la cubierta está llena de papeles, carpetas, “y mi mamá va a decir que nunca cambié”.
Escucha las preguntas y las responde, con una amable sonrisa. Sin embargo, en algún momento, inevitablemente, la seriedad se reflejará en su rostro.
¿Le ha invadido el miedo ante las amenazas que ha recibido su esposo el presidente de la República?
Conocí a Felipe en momentos que no eran muy fáciles para quien estaba en la Oposición. Creo que enfrentar los problemas con valor tiene sus riesgos y bueno, yo creo que hay más miedo a equivocarse que.... que.... a eso. Y lo importante es hacer lo que uno cree que se debe hacer y con el corazón en la mano y pensando en lo mejor para México y.... yo procuro no pensar en lo otro.
¿Y no le han dado coraje los insultos, lo que le han dicho a Felipe Calderón quienes no ganaron la elección?
Yo eso lo entendí como parte de un proceso que estaba viviendo el país. Fue una etapa difícil. Pero también lo entendí como un crecimiento de México y de la apuesta a las instituciones por las que habíamos luchado mucha gente de muchos partidos políticos. Además, la forma en que Felipe enfrentó la situación, desde luego, hizo que lo admirara más.
Le acompañan en el despacho varios recortes de periódicos enmarcados y una fotografía que evidentemente le emociona: María, Luis Felipe y Juan Carlos Calderón Zavala abrazan a su padre, quien tiene la banda presidencial cruzándole el pecho. “Mis hijos saben que tienen prestado a su papá, se lo prestaron al país”, dirá más adelante.
Antes de empezar la entrevista, ella platicó de aquel primero de diciembre, de la forma en que entró al salón de sesiones de San Lázaro, del lugar desde el que vio a su marido con el brazo al frente. “Me sorprendió que dijera las palabras de rendición de protesta de memoria, sin leerla, me pregunté: ‘¿Y éste, cuándo, a qué horas se las aprendió?’”.
Usted tiene preparación, una trayectoria política. ¿No le es difícil renunciar a su actividad en ese campo?
No. Depende cuáles sean los motivos por los que está uno en esta carrera, si no hubiera sido la esposa de Felipe, de todos modos habría participado en su campaña y hubiera pedido el voto por él. Lo quiero como esposo, pero también lo admiro como hombre político. Está ejerciendo la autoridad en el marco del derecho, es valiente, se crece frente a la adversidad. Y yo ahora tengo la oportunidad de servir a mi país, que es por lo que he estado en la actividad política. Ahora, con prudencia, en lo que me corresponde, puedo y debo ayudar a mi país.
Ella, casi sin maquillaje, vestida con sencillez. Estrena una pulsera de hilo que le regaló minutos antes una niña alumna de una escuela pública. Ella y la espontaneidad de siempre, el entusiasmo, el orgullo, cuando señala que es Consejera Nacional del PAN.
“Es mi partido, me dio la oportunidad de ejercer mi vocación. Pero el PAN no me debe nada. Yo sí le debo mucho de mi formación. Es un partido al que quiero. Le reconozco sus fallas, pero lo quiero mucho”.
Como militante, como consejera, ¿hay algo que le preocupe de su partido?
Bueno, las cosas que me preocupan del PAN, como lo aprendí desde el principio, las digo en el partido. Es un modo de ser que estaba muy marcado en el PAN, aprendimos que había los cauces internos para resolver adentro los problemas. Aprendí que en los momentos difíciles eso lo había sostenido. Yo creo que ése debe seguir siendo el estilo del PAN.
O sea que si tiene algo que decir de Manuel Espino o a él, será en su cara, no a mí.
Sí ¡Claro!
Margarita Zavala. Se ha preparado para trabajar en la cuestión social, le interesan entre otros, tres aspectos: buscar que se faciliten las adopciones, profundizar en la prevención de las adicciones y colaborar en la repatriación de niñas y niños mexicanos que están del otro lado de la frontera.
Ella, la que continúa dando clases y lleva a sus hijos a la escuela. Y con su marido, ha tenido que responder ciertas preguntas difíciles que les han hecho sus pequeños. La que hace poco tuvo que ir a la farmacia y al supermercado, pero se dio cuenta que no traía mucho dinero en efectivo. La que en la medida de lo posible, busca un espacio para escuchar con Felipe Calderón una de sus canciones: “Coincidir”.
Margarita Zavala. confiesa que extraña de su vida de antes del primero de diciembre del año pasado “caminar sin que nadie sepa por dónde ando o quién soy”. Pero aclara que agradece a quienes ahora le saludan.
Ella, ahí, en su oficina. La de siempre, aunque en algún momento un gesto grave asoma a su rostro.